miércoles, 31 de enero de 2024

EN LA ARGENTINA POR QUÉ MILEI REPRESENTA A LA HORDA

 


 

 

Rubén Rojas Breu

 

POR QUÉ MILEI REPRESENTA A LA HORDA

 

En 1912 Freud toma de Darwin la hipótesis de una horda primitiva según la cual, en su origen, la sociedad humana era tal tipo de conformación de la masa sometida al dominio absoluto de un poderoso macho.

 

Sigue diciendo Freud que tal formato dejó sus huellas en la memoria colectiva a lo largo de los milenios y, de tal manera, que bajo determinadas condiciones la horda primitiva reaparece.

 

Ese jefe macho es destronado por los demás varones de la tribu ancestral, partiendo de la solidaridad o complicidad fraterna y desemboca en un nuevo jefe con atribuciones más limitadas.

 

Eso sucede en la Argentina y, desde los puntos de vista antropológico y sociopsicológico, es la génesis de lo que representa Milei.

 

En varias publicaciones señalé que, como consecuencia de la declinación descomunal de la cultura política y de las organizaciones políticas, fue emergiendo, desde el seno de la masa, una horda.

 

La dictadura sentó las bases: los grupos de tareas responsables de las más de 30.000 desapariciones forzadas asfaltaron el camino para el surgimiento de la horda.

 

Durante los 90 la horda todavía embrionaria nace alentada por lo que se da en llamar “menemismo”; Menem tenía el perfil de un jefe de comunidad de salvajes, según la acepción de la Real Academia.

 

Lúmpenes, barras bravas, bandas delictivas, patotas, “celebridades” cabezas huecas, gatillos fácil, organizaciones residuales de las tenebrosas de la dictadura, grandes hacendados y magnates prepotentes, politiqueros y narcos, entre otras incalificables especies, van creciendo y constituyendo un rejunte indeseable en el que se combinan el desdén de la Política, el odio al Pueblo, el desprecio de la Nación, el culto del exitismo y la admiración por el país y la incultura yanquis.

 

Crecientemente se favorecen los comportamientos violentos y se celebra lo brutal, la televisión es copada por los llamados “reality shows” y los espectáculos groseros a los que se habrán de sumar, ya avanzado el nuevo siglo, las redes virtuales.

 

La horda primitiva se reencarna movida por la frustración de una Argentina cuesta abajo, en decadencia, una Argentina sin justicia social, amenazada en su soberanía, de futuro incierto, con una acentuación nunca vista de la pobreza y del hambre.

 

Aquella ancestral comunidad primitiva resucita en la horda contemporánea que se erige como alternativa para canalizar tal frustración y los sentimientos negativos que conlleva, tales como el resentimiento y el odio.

 

La horda aleja a la masa del Pueblo, al cual considera un enemigo, y la aparta de lo nacional, lo popular, de la causa de los trabajadores y de todos quienes padecen tanta injusticia y atraso.  

 

La horda aspira a una sociedad en la que todo vale, en la que se ignore la Ley y las leyes, en la que se arrase con la convivencia, en la que la fuerza bruta sea la norma y en la que la voluntad de los actores y sectores dominantes se convierta en omnímoda, en absoluta.

 

La horda en su monstruosidad odia a los débiles, ya que diviniza a la fuerza, y aboga por el machismo, la misoginia.

 

Esa horda en los últimos lustros estuvo buscando una figura líder que la representara: no logró tal meta con Cambiemos que resultó, para la horda aclaro, una congregación relativamente civilizada.

 

En ese contexto se hace conocer Milei, sobre todo a través de programas de televisión que gustan de la escoria y a través de las redes cibernéticas, una suerte de basurales.  

 

Milei deviene entonces el representante de la horda: la horda lo antecede y tuvo la iniciativa.

 

Todas las características de la horda están presentes en el perfil del caudillo libertario.

 

También está presente tal caudillo algo que está pasando inadvertido: así como en la horda primitiva se termina imponiendo la comunidad fraterna en el caso de Milei eso se da por el vínculo con su hermana.

 

Es público que la relación simbiótica, nada “individual”, de Milei con su hermana, se origina en el enfrentamiento con el jefe de familia, reproduciendo así la dinámica del mito de la horda primordial.

De esa constelación fraterna forma parte también su perro del “más allá”, el cual simboliza algo infaltable en la constitución de la tribu o del clan ancestral: el tótem.

 

El día que asumió la presidencia Milei en su discurso inaugural no solamente dio la espalda a un Congreso desprestigiado: se dirigió a la horda que apenas ocupaba una parte de la avenida Entre Ríos y la vereda de la Plaza de los Dos Congresos, unos pocos cientos de desaforados.

 

Con su decretazo, la ley ómnibus y demás medidas impiadosas que el gobierno de Milei toma refleja la vocación destructiva de la horda.

 

La ley ómnibus, es rigurosamente analizada, una “antiley”: no respeta a la Constitución, la Ley de leyes, ni tiene en cuenta la totalidad de las leyes que dan cuenta del funcionamiento de una sociedad.

 

A eso se suma que todas las conductas del caudillo libertario y de quienes lo acompañan en el Ejecutivo y el Legislativo están determinadas por la prepotencia, la ignorancia, el desprecio por los demás, el odio a la nación, al pueblo, a los trabajadores, la intemperancia, la intolerancia, las groserías mayúsculas.

 

Inclusive, al arrancar la sesión de Diputados, un miembro de la horda atacó a una legisladora de izquierda, en un marco de continuos desplantes o insultos a quienes no integran la tropa propia, la cual, por otra parte, es persistentemente vapuleada.  

 

Vale aclarar que la masa, esa “mayoría silenciosa”, se está asustando con la horda y con Milei, abandonando a éste.

 

Así como en mi publicación anterior señalé que es un antagonismo principal el de Patria versus antipatria, agrego ahora el que surge de este análisis: PUEBLO VERSUS HORDA.

 

Vamos por el Pueblo.

 

Rubén Rojas Breu

Buenos Aires, enero 31 de 2024


domingo, 28 de enero de 2024

SOBRE EL SIGNIFICADO DE LA CONSIGNA DEL PUEBLO ARGENTINO "LA PATRIA NO SE VENDE"

 



 

Rubén Rojas Breu

 

SOBRE EL SIGNIFICADO DE LA CONSIGNA “LA PATRIA NO SE VENDE”

 

Con el comienzo de la resistencia popular a la gestión del gobierno absolutista, francamente totalitario, encabezado por Milei, una frase se alza como directriz de todas las movidas, desde los cacerolazos, marchas, difusión en medios y redes hasta convocatorias como las del 20 de diciembre y el gran paro con movilización del 24 de enero.

Esa frase directriz es “LA PATRIA NO SE VENDE”.

 

La Patria es un dado, es el lugar en el que se fijan las raíces generadas a partir de la generación de la semilla.

De ahí que tanto en el origen ancestral como en la acepción de la Real Academia la palabra clave sea “tierra”.

Patria como la tierra natal, como forma femenina del vocablo latino “patrius” o como remisión a “patres”, los antepasados.

 

De esa semilla emerge la Nación, a la que se define como el “conjunto de personas que comparten historia, territorio, cultura, etnia y que se agrupan formando un Estado”.

En consecuencia, la Nación es una construcción colectiva que busca su realización autónoma.  

 

Patria es lo dado y Nación es la construcción, Patria es la tierra nativa y Nación es la asunción de la Patria como condición para generar el destino colectivo.

 

De tal manera, la frase directriz “la Patria no se vende” señala enfáticamente que no se entrega ni se trafica tal tierra nativa que es condición de la existencia colectiva.

Va a la raíz, a la médula, a la condición indispensable de la existencia, a la premisa para posibilitar la vida misma. Metafórica y metonímicamente “no hay vida sin Patria”.

 

De dicha consigna se desprende que la Nación es un bien supremo a preservar y potenciar y que el Pueblo es protagonista, considerando la articulación intrínseca entre Nación y Pueblo sobre la cual he publicado insistentemente.

Nación y Pueblo organizan a la Patria.

 

En consecuencia, cuando hablamos de “antipatria” nos referimos al conjunto de actores y sectores que reniegan de la tierra nativa y ancestral en la que se hunden nuestras raíces, raíces que en su desarrollo nos construyen como Nación y como Pueblo.

 

Ergo, los “antipatria” se oponen taxativamente a la Patria, a la Nación y al Pueblo y, en el seno de éste, a quienes lo constituyen: trabajadores, jubilados, desocupados, mujeres, niñas, niños, adolescentes y, en general, a todos los subconjuntos que tienen por objetivos comunes su emancipación y su realización.

 

El gobierno absolutista de los libertarios encabezados por Milei, apoyado por los concentradores de poder y de riqueza globales y locales, así como por la horda enemiga del Pueblo, representa a los “antipatria”.

 

En términos de mi creación, el Método Vincular, los “antipatria”, acaudillados hoy por Milei, se ubican en el Posicionamiento Dominancial en su versión como apéndice o seudópodo de los poderosos que representan o forman parte del despotismo global, particularmente el país yanqui y el FMI, a los cuales se suman sus socios del planeta en general.

Quienes tomamos partido firmemente, jugadamente, por la tríada Patria, Nación y Pueblo, optamos por el Posicionamiento Constructivo el cual alude a los objetivos estratégicos de la emancipación y del desarrollo integral sobre la base de la plena soberanía y el protagonismo del Pueblo.

 

Milei, sus aliados y sus seguidores en formato horda, emergen de quienes se sienten ajenos en sus raíces mismas a nuestra Patria.

 

Sus raíces son extranjeras, por obra del colonialismo en sus distintas etapas a lo largo de nuestra Historia y, en particular, desde la ocupación de hecho por el imperio inglés hace alrededor de 150 años, el cual contó con la colaboración activa de la oligarquía y gran burguesía vernáculas.

 

Es decir, Milei, sus socios y seguidores se sienten extranjeros en la Argentina a la cual menosprecian o desprecian, a la cual menoscaban o repudian.

 

 

Su ideal está puesto en otras culturas y países, fundamentalmente los EEUU de Washington y, por lo que se ve, en el Israel gobernado por el sionismo de extrema derecha, extrema derecha que es repudiada por gran parte de los judíos del mundo y, sobre todo, por gran parte de los judíos argentinos.

 

Los libertarios y sus adherentes quieren anexar la Argentina; de ahí, por ejemplo, su propósito de la dolarización y, también, sus planes de entrega a las corporaciones dominantes, planes puestos en marcha con sus medidas desde el 10 de diciembre de 2023, el decretazo, la ley ómnibus y todo lo que tienen en carpeta.

 

Quieren hacer de la Argentina un estado más de otro país y, por lo tanto, nos quieren dejar sin Patria, lo cual redunda también en dejarnos sin Nación, sin Pueblo, sin derechos, sin cultura y sin tanto más.

 

El Superyó de estos personajes fue generado y moldeado por los valores, por “la conciencia moral” de los colonialistas e imperialistas: de ahí que Milei invente que Argentina fue hasta hace cien años potencia, una aberración ya que se refiere a un período en el cual nuestro país era apéndice del imperio comandado por la reina Victoria y, luego, por sus sucesores y gobernado por la oligarquía y gran burguesía. ¿Cómo puede ser potencia un país sometido?

 

Milei se formó, se mal formó, en ámbitos educativos en los que se rinde culto a las culturas y regímenes hegemónicos de Occidente.

 

Se mal formó no solamente por haber sido craneado por dogmas de tales procedencias sino también, lo cual es concomitante, por el bajísimo nivel educativo de tales ámbitos. Así se formó él, sus acompañantes y sus prosélitos.

 

La consigna “LA PATRIA NO SE VENDE” expresa contundentemente la iniciativa del Pueblo argentino que está exigiendo tajantemente que la Patria, la Nación y el Pueblo no se entregan ni se rinden.

 

El gobierno de Milei tambalea, va camino de naufragar como consecuencia, sobre todo, de la intensa, persistente y ejemplar movilización del Pueblo.

Se suman como causas de su camino al naufragio la pérdida de confianza de sus mandamases, un internismo desaforado, la incapacidad e ineptitud no sólo políticas sino también en economía y en todas las áreas de la sociedad.

 

También concurren como causales los desatinos, la prepotencia, la ignorancia descomunal, las manifestaciones de desequilibrio severo del propio Milei, que llevado por su empecinamiento cavernícola genera enemigos a cada paso, tanto en el orden interno como en el internacional.

Davos y el agravio al presidente colombiano son algunas de las barbaridades que expresan cómo se puede hundir solo.

 

Lo único que lo sostiene es la inacción o la claudicación vergonzosa de una oposición incalificable.

El Pueblo está también manifestando categóricamente su decepción o su repudio a esa oposición que le facilita al gobierno totalitario su acción depredadora y antipatria.   

 

“LA PATRIA NO SE VENDE” es una consigna de gran significación estratégica que en su propia formulación y por la adhesión que despierta crecientemente deviene una orden, un imperativo que se impone, que se cumplirá a rajatabla.

 

También nos señala por donde pasa hoy el antagonismo crucial: PATRIA O ANTIPATRIA.

 

Rubén Rojas Breu

Buenos Aires, enero 28 de 2024


viernes, 26 de enero de 2024

EN ARGENTINA EL GOBIERNO DE MILEI SE ENCAMINA AL NAUFRAGIO

 


Rubén Rojas Breu

 

GOBIERNO LIBERTARIO DE MILEI RUMBO A SU NAUFRAGIO

 

Encaminándose a su naufragio, a su fracaso, a su colapso.

Ése es el estado actual del gobierno de “La libertad avanza”, denominación en la cual debe interpretarse “libertad” como la apetencia voraz de Milei para satisfacer sus caprichos.

 

No soy vidente, ni lo quiero ser; de tal manera no hago pronósticos sobre tiempos ni sobre la inminencia del naufragio, pero hacia ahí se encamina Milei con su troupe y no hay a la vista salvavidas eficaces.

 

Cualquier persona honesta con conocimiento y experiencia política podía prever que un gobierno libertario inexorablemente, en la Argentina, haría agua.

 

Se podía presentir que su triunfo electoral sería pírrico: con lo que tenía le alcanzó para ganar comicios viciados quedándose sin resto para afrontar las exigencias de gobernar un país de la complejidad de la Argentina.

Para más, todo lo que proclamó y vociferó en campaña hoy alimenta el desengaño y la ira de la sociedad.

 

El precario poder de Milei se basa, fundamentalmente, en la carencia de conducción política de la nación y del pueblo, carencia de larga data como vengo señalando desde hace tanto tiempo.

Su poder reside en una insuficiencia de quienes el caudillo libertario nos considera enemigos, radica en nuestra insuficiencia y no en sus virtudes, potencialidades o basamentos.

 

Hay quienes se ilusionaron con que el fundador y la fundadora del kirchnerismo cumplieron ese rol de conducción y que todavía con ella se podría retomar, pero salvo que se aferren a la obstinación, deberán reconocer que esas creencias no tuvieron nunca ni tienen asidero; para más, en el momento actual no tienen un papel determinante, ni siquiera significativo.

 

El Pueblo está resistiendo denodadamente y solo.

 

Si hubiera conducción política esa resistencia sería reemplazada por la ofensiva, por una acción que sostenida en el Proyecto contara con la estrategia para dirigir a argentinas y argentinos a su emancipación y realización.

 

Así que esa falta de conducción política es la que sostiene al gobierno absolutista libertario y vale el aparente oxímoron.

 

Lo que dirigentes, medios, encuestadores y analistas dizque políticos reportan como apoyo de parte de la sociedad, ignora u omite que tal apoyo es el de una porción de la masa, denominada en términos refinados como “la gente” y en términos peyorativos “la gilada”.

La horda, surgida de esa masa, se recluyó, aunque cada tanto dé alguna señal de que pervive.

 

Ahora bien, esa masa, que fue la que votó a LLA está replegándose o volviéndose en contra como consecuencia de tanto malestar: se esfumó la promesa de los dólares de los que dispondrían y se evaporan antes de llegar al bolsillo los pesos a los cuales Milei calificó como excremento: la ingenuidad o la incultura política, cuanto mayores son más caro se pagan.

Proliferan los arrepentidos que compungidos exclaman: “la casta éramos nosotros”.

 

El aval de los concentradores de poder y de riqueza tiende a diluirse, a debilitarse ante tanto desatino, ante un manejo tan inepto de la cosa pública. Los medios dominantes, empezando por sus plumas y sus voces más influyentes, muestran creciente preocupación y hasta hay quienes manifiestan decepción.

 

En ese cuadro de situación, las fuerzas implosivas se incrementan a ritmo vertiginoso: internismo descontrolado, incapacidad para acordar con sus aliados en el Congreso y fuera del mismo, agravios a los propios y cercanos y expulsiones, como las de un ministro y un alto funcionario que se enteró por llamados de amigos de que había sido despedido. Ya puede vaticinarse que esos expulsados abrieron los portones que pronto otros atravesarán para acompañarlos.

 

De tal manera, los que se postularon como garantes del orden, con su acción, están en la génesis de un desorden mayúsculo que amenaza con un descontrol inédito.

 

 

Se van sumando todos los obstáculos, todas las contras, todos desaciertos e infortunios que empujan al colapso.

 

Además de las ya mencionadas fuerzas implosivas en las cuales anidan golpes o autogolpes, deslealtades y traiciones, intrigas y saboteos, se incrementan minuto a minuto las resistencias y desafíos en las que se mezclan organizaciones opositoras, expresiones inorgánicas y francotiradores.

 

La decisiva y más relevante organización opositora es el Pueblo que, en las vísperas, anticipó el escarmiento con el paro y las movilizaciones ante el Congreso nacional y en numerosas ciudades de la Argentina. El Pueblo inició su resistencia el día cero y se mantendrá movilizado aumentando su convocatoria de ahora en más con cacerolazos, paros, reclamos sectoriales, marchas, comunicaciones en redes y otros medios y hasta con sus comportamientos como consumidores.

 

Esa jornada de lucha, toda una movida política que excede de lejos la calificación tacaña de “protesta social”, fue activamente acompañada por demostraciones de enfática solidaridad en un alto número de ciudades del planeta, dejando en claro que Milei y su gobierno son rechazados en el mundo. Ese rechazo se intensificó a causa del tristísimo e incalificable discurso de Davos, toda una muestra de ignorancia, de simplismo, de desubicación, de megalomanía, de arrogancia.

Un discurso que reveló una particular aptitud para ponerse al mundo en contra.

A tamaña barbaridad se suma el escándalo que la hermana Karina armó antes de despegar en el avión de Lufthansa, una de las aerolíneas más reputadas del planeta. Pilotos, tripulación y pasajeros padecieron la gritería y la imposición de Karina Milei de obligar a permanecer en tierra hasta que llegaran sus acompañantes retrasados.

Es de imaginar el efecto que tal conducta provocó en Alemania y más allá.

 

Por lo tanto, Milei no cuenta con apoyo internacional significativo, para nada.

 

No solamente Milei carece de la capacidad para comandar la nave: la totalidad de sus acompañantes, toda su tripulación, es de una incompetencia, de una falta de conocimientos, de una falta de escrúpulos, de un grado de intolerancia, de una incapacidad negociadora, de un nulo dominio de la Política tales que, con cada orden y contraorden, con cada movida y cada golpe de timón, impulsan a estrellarse contra el témpano o al hundimiento.

 

Milei se concibió gobernando de una manera: con la mayoría de las argentinas y de los argentinos encerrados en un canil, un canil nada confortable a diferencia de los que cobijan a sus “hijitos” de cuatro patas.

 

Es decir, se vio a sí mismo comandando la nave en un mar sereno, abierto, sin otros buques ni en la cercanía ni en la lejanía, sin borrascas ni tempestades, con una tripulación dócil y los pasajeros encerrados en la sentina y bodegas contentos por ser guiados por tan magno capitán, aunque pasasen su travesía en medio de la inmundicia y la falta de aire.

 

Se veía el caudillo libertario a sí mismo llegando a puerto, dentro de cuarenta o cincuenta años, recibido en medio de vítores, fanfarrias, banderas y fuegos artificiales, saludado eufóricamente por los déspotas libertarios del planeta.

 

Se habla del desequilibrio mental o, más correctamente dicho, del desequilibrio psíquico de Milei y también de buena parte de sus acompañantes. No hay desequilibrio psíquico que no se asocie a inestabilidad familiar y de los entornos. Por mi condición de psicólogo debo abstenerme, por razones éticas o deontológicas, de diagnosticar con liviandad, así que no profundizo ni amplío.

 

Sí digo que las pretensiones de Milei reflejan ese tan difundido desequilibrio psíquico, que deriva en egocentrismo y en falta de criterio de realidad.

 

Ese supuesto o real desequilibrio redunda en una notoria inflación de sí mismo, en una tendencia incontrolable a satisfacer sus deseos de manera inmediata y total, sin límites de ninguna índole.

 

Esa tendencia contribuye enormemente a la gestación del colapso ya que el funcionamiento de una República, la Constitución y las instituciones, por ineficaces que sean, están en las antípodas de los caprichos, de las exigencias imperiosas, de las conductas totalitarias, del irrealismo.

 

Tan poco apoyo, tanta oposición sobradamente justificada y madura, tanta inestabilidad con una economía en ruinas que se derrumba más y más, auguran el naufragio, el fracaso, el colapso.

 

Sobre todo, insisto, tener al Pueblo en contra es imposible de sobrellevar, afortunadamente.

 

Perón en 1970 convocó a lo que se dio en llamar “La hora del pueblo” concertando exitosamente con el radicalismo, el socialismo y otras fuerzas políticas de entonces, siendo el dirigente radical Ricardo Balbín coprotagonista.

 

Estaría bueno reeditar esa convocatoria con objetivos que se adecuen a nuestra actualidad.

 

Rubén Rojas Breu

Buenos Aires, enero 26 de 2024


miércoles, 24 de enero de 2024

UNA CONTUNDENTE MOVIDA POLÍTICA EN LA ARGENTINA

 


 

Rubén Rojas Breu

 

 

UNA CONTUNDENTE MOVIDA POLÍTICA

 

El paro general con la movilización ante el Congreso de la Nación en simultáneo con las manifestaciones en todas las ciudades de la Argentina constituye una contundente movida política.

 

No es una cuestión principal el número de participantes, pero teniendo en cuenta los absurdos conteos del gobierno absolutista y sus descalificaciones no se puede ignorar el punto.

 

En las calles y avenidas que parten del Congreso y los alrededores en varias cuadras a la redonda y por largos tramos, cientos y cientos de miles de personas colmaron el espacio público mucho más allá de lo que registraron las cámaras y los drones de los medios audiovisuales, un número histórico.

 

Esa contundente manifestación se dio con un nivel de adhesión, de convicción, de firmeza, de fervor sumamente elocuentes.

Sobre todo, fue demostrativa de notoria conciencia política, eso de lo que carece la masa que apoya a Milei y a sus esbirros.  

 

A esa demostración tan rotunda se suman las manifestaciones solidarias con el pueblo argentino en las capitales de América Latina, de Europa y de otras latitudes.

 

En una primera aproximación, cabe abordar varias reflexiones o, más precisamente, conclusiones basadas en un análisis político que da cuenta de la complejidad del fenómeno:

 

En primer lugar, el paro y la movilización se llevaron a cabo por iniciativa del Pueblo argentino.

La CGT y las distintas organizaciones convocantes tuvieron el rol de canalizar a su manera lo que el Pueblo ya venía encarando muy activamente a través de marchas, cacerolazos, comunicaciones, actos, eventos varios e, inclusive, los comportamientos en la vida cotidiana que reflejan la oposición al gobierno totalitario.

 

En segundo lugar, todas esas acciones, así como el paro y la movilización de hoy efectivamente son llevadas a cabo por el Pueblo, a diferencia de los procesos electorales en los cuales tiende a predominar la masa y, claramente con “La libertad avanza”, la horda.

 

En tercer lugar, la enérgica solidaridad de tantos otros pueblos del planeta revela no solamente la adhesión y admiración que despierta el Pueblo argentino sino también que en el mundo genera preocupación, temor o repudio el gobierno encabezado por el libertario Milei acompañado por tanto indeseable, indeseable no sólo a los ojos de las argentinas y de los argentinos sino también de las mayorías del mundo, incluso de gobiernos y de sectores encumbrados de la Tierra.

El gobierno libertario de la Argentina es así rechazado por la comunidad internacional; sus escasísimos apoyos, por su catadura, subrayan ese rechazo tan generalizado.

 

En cuarto lugar, queda claro que el Pueblo es la organización política por excelencia, la de mayor significación y la de mayor complejidad.

Muchas organizaciones de la sociedad argentina, en el mejor de los casos, sólo están operando como canalizadoras o intermediarias, pero lejos de ocupar el lugar vacío, el de la función más urgente y necesaria: LA CONDUCCIÓN POLÍTICA, la gran carencia, carencia de larguísima data a esta altura.

 

Otras organizaciones están comportándose mezquinamente, en particular los partidos o “espacios” políticos, quienes se conducen como cómplices del gobierno absolutista o como falsos opositores o como débiles antagonistas.

El ejemplo más penoso de esto lo da el Congreso de la Nación, así como gobernadores, intendentes, legisladores provinciales y tantos funcionarios a lo largo y ancho del país.

 

En quinto lugar, hoy, 24 de enero, quedó totalmente en claro la intrínseca vinculación entre nación, pueblo y trabajadores, entre intereses nacionales, populares y de los trabajadores.

 

En sexto lugar, también se vio con nitidez que falta la convocatoria a qué impulsar: se persiste en resistir y solamente en resistir cuando se trata de pasar a la ofensiva.

 

Justamente el Pueblo viene reclamando la ofensiva, la cual incluye resistir, pero la ofensiva. Resistir es caer en el juego del gobierno absolutista y de los inconfesables intereses que lo sostienen y a los cuales sirve como lacayo y como cipayo.

 

La ofensiva implica un Proyecto y, sobre tal base, salir a exigir al gobierno, al Congreso y a la totalidad de quienes gobiernan, medidas y acciones que den respuesta a tanta insatisfacción, malestar, desesperación.  

 

En séptimo lugar, y para resaltar muy enfáticamente, lo dicho en el título: CONTUNDENTE MOVIDA POLÍTICA.

 

Los voceros y escribas del gobierno absolutista, las dirigencias en general, intelectuales, los medios, el FMI y la generalidad de quienes sirven a los concentradores de poder y de riqueza locales y globales bombardean con la peregrina calificación de “protesta social”, despolitizando, desconociendo que el Pueblo es la mayor organización política, la organización política que desde el comienzo de la Historia enarbola los Proyectos de emancipación y de realización y protagoniza las luchas para tales logros.

Cínicamente devalúan las luchas populares encajándolas en la categoría de “protesta social” a la cual se la significa como la reacción esperable ante planes que, en nombre del orden que proclaman, quieren imponer por la fuerza.

 

Lo que hace el Pueblo en busca de su emancipación y realización, articulándose con la nación y los trabajadores, se inscribe en la POLÍTICA.

 

Es en tal marco y con tal rumbo que el Pueblo argentino continuará dando batalla hasta que el Proyecto antes citado se plasme, derrotando en el camino a las fuerzas provenientes de los cielos o del infierno.

 

Rubén Rojas Breu

Buenos Aires, 24 de enero de 2024

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


lunes, 22 de enero de 2024

CÓMO APOYAR E INTERPRETAR EL PARO Y MOVILIZACIÓN DEL 24 DE ENERO EN LA ARGENTINA

 


 

Rubén Rojas Breu

 

CÓMO APOYAR E INTERPRETAR EL PARO Y LA MOVILIZACIÓN DE ESTE MIÉRCOLES 24

 

Apoyar activamente el paro y movilización de este miércoles 24 es un imperativo dada la ofensiva que el gobierno absolutista encabezado por Milei desató despiadadamente contra la nación, contra el pueblo, contra trabajadoras y trabajadores, contra jubiladas y jubilados, contra niñas, niños y adolescentes, contra las mujeres, contra las mayorías.

 

También esa ofensiva, ultrajante por donde se la mire, fue y es lanzada contra la Constitución y contra las instituciones, que siendo insuficientes y, en buena medida, injustas, deberían ser transformadas para bien de la sociedad y no para el obsceno provecho de un minúsculo grupo de poderosos.

 

Valiéndose desmedida y arteramente de un resultado electoral el gobierno libertario incurre en malversación al autoasignárselo como aval para implementar un plan de despojo de la nación, del estado y de la población para el beneficio espurio de los grandes concentradores de poder y de riqueza locales y globales.

 

De tal manera, el paro y la movilización del 24 es una respuesta mínimamente esperable ante una acometida tan brutal.

 

Las dirigencias gremiales, burocratizadas y siempre inclinadas a conciliar con los sectores dominantes, convocan al paro y la movilización más por el impulso de las bases que por propia vocación.

 

He publicado infinidad de veces, desde hace décadas, que la ausencia de conducción política, la acción de sucesivos gobiernos civiles que se subordinaron de una manera o de otra a los concentradores de poder, la caída de la cultura política y la cuasi desaparición de las organizaciones políticas llevaría inexorablemente a que los sectores dominantes en la cúspide y las hordas en la base instalasen en el Poder Ejecutivo una versión absolutista o tiránica del conservadorismo más rancio o, como desarrollé en la nota anterior a ésta, el embrutecimiento.

 

El discurso de Milei en Davos fue la envenenada frutilla del postre, de un postre en cuya elaboración se mezclan la ignorancia, el oscurantismo extremo, la flagrante subordinación a los intereses antinacionales y antipopulares, la ferocidad, la insociabilidad, la incivilidad y un descomunal desconocimiento del mundo y de la Historia.

 

Quedó claro, para vergüenza y escarnio de las argentinas y de los argentinos, que ese incalificable discurso generó estupor y rechazo inclusive en los partidarios más extremos del orden mundial injusto, segregacionista y crecientemente cruel.

 

Para la CGT y para gran parte del horizonte dirigencial que convocan al paro y la movilización, lo del miércoles es una acción que debieron decidir forzados por el “no va más” que la población y, particularmente, sus actores más conscientes están gritando hasta quedarse sin voz.

 

De tal manera, el protagonista, el auténtico convocante del paro y la movilización es el Pueblo argentino; las dirigencias, como se deduce de lo que expongo, están a la retaguardia de una movida en cuya vanguardia está, entonces, el Pueblo.

 

Para el Pueblo argentino este miércoles va a ser un momento bisagra: el punto de inflexión entre toda la movilización que se viene dando desde hace más de un mes en todo el país y las luchas que se seguirán dando a partir del jueves 25.

 

Si la CGT y sus aliados consideran que la movida del 24 servirá para calmar los ánimos, para aplicar la máxima vandorista de golpear para negociar, se equivocan por completo.

 

Para el Pueblo argentino el 24 equivaldrá al momento en que el niño, alrededor de los dos años de edad, se reconoce por entero ante el espejo.

Significa entonces que el 24 el Pueblo argentino, además de luchador, se reconocerá en todo su potencial que será francamente impactante, enorme, asombroso para la Argentina y también para el mundo, restituyendo y mejorando la imagen que nos merecemos luego de la dejada por el caudillo libertario en el foro de Davos.

 

Milei, su gobierno y sus compinches afrontan el paro del 24 de capa caída: el apoyo conseguido en urnas nada confiables y el pasivo acompañamiento de la masa se desvanecen.

 

También hace agua la adhesión de los medios dominantes que ya lo critican abiertamente y dudan sobre su capacidad para sostener la gestión; a las inquietudes o preocupación de esos medios se suman las de los factores de poder de acá y de afuera.

 

Tan es así que varios columnistas de los medios dominantes, columnistas de derecha recalcitrantes, lo empiezan a asemejar con el Julio César de la Antigua Roma, que cegado por su ambición, fue traicionado por los propios, empezando por su sobrino Brutus. Aunque, digo yo, la distancia entre Julio César y Milei, en todas las áreas, es abismal.

 

En el Congreso, tan complaciente con un gobierno injustificable, el curso de lo enviado por el Ejecutivo deviene incierto o en camino de volverse contra, curso sobre el cual lo que acontezca el 24 influirá.

 

Los argumentos en favor del gobierno totalitario de LLA flaquean, son endebles, elementales, bobos: “darle tiempo”, “tratar de mantener la esperanza”, “asegurar la gobernabilidad”, “respetar el voto popular”, “darle herramientas para que pueda gobernar”, “la fiesta se tenía que acabar”, etc. etc.

 

 

Son argumentos consistentes en frases clisé, en banalidades, en sentencias para tontos; como dirían nuestros hermanos mejicanos, todo “chorro de babas”.

 

Tanta falta de conocimiento de la política por parte de Milei y de los suyos junto con la percepción que van teniendo de que su castillito de naipes corre riesgo de derrumbarse los lleva a extremar su agresividad, su grosería, su gusto por extorsionar, su comportamiento endogámico, su intolerancia.

 

De tal manera, en lugar de encontrar el modo para hacer pie, se mueven en el pantano dando brazadas y patadas que los hunden más.

 

Así que este 24 la movilización que el Pueblo convoca será un hito, un antes y un después, en el cual el antes viene ya cargado de lucha y el después devendrá en marea incontenible.

 

Sigue haciendo falta la conducción política con el consabido Proyecto.

 

Insistiré en eso hasta lograrlo.

 

Rubén Rojas Breu

Buenos Aires, enero 22 de 2024

 

 


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