miércoles, 24 de enero de 2024

UNA CONTUNDENTE MOVIDA POLÍTICA EN LA ARGENTINA

 


 

Rubén Rojas Breu

 

 

UNA CONTUNDENTE MOVIDA POLÍTICA

 

El paro general con la movilización ante el Congreso de la Nación en simultáneo con las manifestaciones en todas las ciudades de la Argentina constituye una contundente movida política.

 

No es una cuestión principal el número de participantes, pero teniendo en cuenta los absurdos conteos del gobierno absolutista y sus descalificaciones no se puede ignorar el punto.

 

En las calles y avenidas que parten del Congreso y los alrededores en varias cuadras a la redonda y por largos tramos, cientos y cientos de miles de personas colmaron el espacio público mucho más allá de lo que registraron las cámaras y los drones de los medios audiovisuales, un número histórico.

 

Esa contundente manifestación se dio con un nivel de adhesión, de convicción, de firmeza, de fervor sumamente elocuentes.

Sobre todo, fue demostrativa de notoria conciencia política, eso de lo que carece la masa que apoya a Milei y a sus esbirros.  

 

A esa demostración tan rotunda se suman las manifestaciones solidarias con el pueblo argentino en las capitales de América Latina, de Europa y de otras latitudes.

 

En una primera aproximación, cabe abordar varias reflexiones o, más precisamente, conclusiones basadas en un análisis político que da cuenta de la complejidad del fenómeno:

 

En primer lugar, el paro y la movilización se llevaron a cabo por iniciativa del Pueblo argentino.

La CGT y las distintas organizaciones convocantes tuvieron el rol de canalizar a su manera lo que el Pueblo ya venía encarando muy activamente a través de marchas, cacerolazos, comunicaciones, actos, eventos varios e, inclusive, los comportamientos en la vida cotidiana que reflejan la oposición al gobierno totalitario.

 

En segundo lugar, todas esas acciones, así como el paro y la movilización de hoy efectivamente son llevadas a cabo por el Pueblo, a diferencia de los procesos electorales en los cuales tiende a predominar la masa y, claramente con “La libertad avanza”, la horda.

 

En tercer lugar, la enérgica solidaridad de tantos otros pueblos del planeta revela no solamente la adhesión y admiración que despierta el Pueblo argentino sino también que en el mundo genera preocupación, temor o repudio el gobierno encabezado por el libertario Milei acompañado por tanto indeseable, indeseable no sólo a los ojos de las argentinas y de los argentinos sino también de las mayorías del mundo, incluso de gobiernos y de sectores encumbrados de la Tierra.

El gobierno libertario de la Argentina es así rechazado por la comunidad internacional; sus escasísimos apoyos, por su catadura, subrayan ese rechazo tan generalizado.

 

En cuarto lugar, queda claro que el Pueblo es la organización política por excelencia, la de mayor significación y la de mayor complejidad.

Muchas organizaciones de la sociedad argentina, en el mejor de los casos, sólo están operando como canalizadoras o intermediarias, pero lejos de ocupar el lugar vacío, el de la función más urgente y necesaria: LA CONDUCCIÓN POLÍTICA, la gran carencia, carencia de larguísima data a esta altura.

 

Otras organizaciones están comportándose mezquinamente, en particular los partidos o “espacios” políticos, quienes se conducen como cómplices del gobierno absolutista o como falsos opositores o como débiles antagonistas.

El ejemplo más penoso de esto lo da el Congreso de la Nación, así como gobernadores, intendentes, legisladores provinciales y tantos funcionarios a lo largo y ancho del país.

 

En quinto lugar, hoy, 24 de enero, quedó totalmente en claro la intrínseca vinculación entre nación, pueblo y trabajadores, entre intereses nacionales, populares y de los trabajadores.

 

En sexto lugar, también se vio con nitidez que falta la convocatoria a qué impulsar: se persiste en resistir y solamente en resistir cuando se trata de pasar a la ofensiva.

 

Justamente el Pueblo viene reclamando la ofensiva, la cual incluye resistir, pero la ofensiva. Resistir es caer en el juego del gobierno absolutista y de los inconfesables intereses que lo sostienen y a los cuales sirve como lacayo y como cipayo.

 

La ofensiva implica un Proyecto y, sobre tal base, salir a exigir al gobierno, al Congreso y a la totalidad de quienes gobiernan, medidas y acciones que den respuesta a tanta insatisfacción, malestar, desesperación.  

 

En séptimo lugar, y para resaltar muy enfáticamente, lo dicho en el título: CONTUNDENTE MOVIDA POLÍTICA.

 

Los voceros y escribas del gobierno absolutista, las dirigencias en general, intelectuales, los medios, el FMI y la generalidad de quienes sirven a los concentradores de poder y de riqueza locales y globales bombardean con la peregrina calificación de “protesta social”, despolitizando, desconociendo que el Pueblo es la mayor organización política, la organización política que desde el comienzo de la Historia enarbola los Proyectos de emancipación y de realización y protagoniza las luchas para tales logros.

Cínicamente devalúan las luchas populares encajándolas en la categoría de “protesta social” a la cual se la significa como la reacción esperable ante planes que, en nombre del orden que proclaman, quieren imponer por la fuerza.

 

Lo que hace el Pueblo en busca de su emancipación y realización, articulándose con la nación y los trabajadores, se inscribe en la POLÍTICA.

 

Es en tal marco y con tal rumbo que el Pueblo argentino continuará dando batalla hasta que el Proyecto antes citado se plasme, derrotando en el camino a las fuerzas provenientes de los cielos o del infierno.

 

Rubén Rojas Breu

Buenos Aires, 24 de enero de 2024

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 


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