Rubén
Rojas Breu
UNA
CONTUNDENTE MOVIDA POLÍTICA
El paro
general con la movilización ante el Congreso de la Nación en simultáneo con las
manifestaciones en todas las ciudades de la Argentina constituye una
contundente movida política.
No es
una cuestión principal el número de participantes, pero teniendo en cuenta los
absurdos conteos del gobierno absolutista y sus descalificaciones no se puede
ignorar el punto.
En
las calles y avenidas que parten del Congreso y los alrededores en varias
cuadras a la redonda y por largos tramos, cientos y cientos de miles de
personas colmaron el espacio público mucho más allá de lo que registraron las
cámaras y los drones de los medios audiovisuales, un número histórico.
Esa
contundente manifestación se dio con un nivel de adhesión, de convicción, de
firmeza, de fervor sumamente elocuentes.
Sobre
todo, fue demostrativa de notoria conciencia política, eso de lo que carece la
masa que apoya a Milei y a sus esbirros.
A esa
demostración tan rotunda se suman las manifestaciones solidarias con el pueblo
argentino en las capitales de América Latina, de Europa y de otras latitudes.
En
una primera aproximación, cabe abordar varias reflexiones o, más precisamente,
conclusiones basadas en un análisis político que da cuenta de la complejidad
del fenómeno:
En
primer lugar, el paro y la movilización se llevaron a cabo por iniciativa del
Pueblo argentino.
La CGT
y las distintas organizaciones convocantes tuvieron el rol de canalizar a su
manera lo que el Pueblo ya venía encarando muy activamente a través de marchas,
cacerolazos, comunicaciones, actos, eventos varios e, inclusive, los
comportamientos en la vida cotidiana que reflejan la oposición al gobierno
totalitario.
En
segundo lugar, todas esas acciones, así como el paro y la movilización de hoy
efectivamente son llevadas a cabo por el Pueblo, a diferencia de los procesos
electorales en los cuales tiende a predominar la masa y, claramente con “La
libertad avanza”, la horda.
En
tercer lugar, la enérgica solidaridad de tantos otros pueblos del planeta
revela no solamente la adhesión y admiración que despierta el Pueblo argentino
sino también que en el mundo genera preocupación, temor o repudio el gobierno
encabezado por el libertario Milei acompañado por tanto indeseable, indeseable
no sólo a los ojos de las argentinas y de los argentinos sino también de las
mayorías del mundo, incluso de gobiernos y de sectores encumbrados de la
Tierra.
El
gobierno libertario de la Argentina es así rechazado por la comunidad
internacional; sus escasísimos apoyos, por su catadura, subrayan ese rechazo
tan generalizado.
En
cuarto lugar, queda claro que el Pueblo es la organización política por
excelencia, la de mayor significación y la de mayor complejidad.
Muchas
organizaciones de la sociedad argentina, en el mejor de los casos, sólo están operando
como canalizadoras o intermediarias, pero lejos de ocupar el lugar vacío, el de
la función más urgente y necesaria: LA CONDUCCIÓN POLÍTICA, la gran carencia, carencia
de larguísima data a esta altura.
Otras
organizaciones están comportándose mezquinamente, en particular los partidos o “espacios”
políticos, quienes se conducen como cómplices del gobierno absolutista o como falsos
opositores o como débiles antagonistas.
El
ejemplo más penoso de esto lo da el Congreso de la Nación, así como
gobernadores, intendentes, legisladores provinciales y tantos funcionarios a lo
largo y ancho del país.
En
quinto lugar, hoy, 24 de enero, quedó totalmente en claro la intrínseca
vinculación entre nación, pueblo y trabajadores, entre intereses nacionales, populares
y de los trabajadores.
En sexto
lugar, también se vio con nitidez que falta la convocatoria a qué impulsar: se
persiste en resistir y solamente en resistir cuando se trata de pasar a la
ofensiva.
Justamente
el Pueblo viene reclamando la ofensiva, la cual incluye resistir, pero la ofensiva.
Resistir es caer en el juego del gobierno absolutista y de los inconfesables
intereses que lo sostienen y a los cuales sirve como lacayo y como cipayo.
La
ofensiva implica un Proyecto y, sobre tal base, salir a exigir al gobierno, al
Congreso y a la totalidad de quienes gobiernan, medidas y acciones que den
respuesta a tanta insatisfacción, malestar, desesperación.
En séptimo
lugar, y para resaltar muy enfáticamente, lo dicho en el título: CONTUNDENTE
MOVIDA POLÍTICA.
Los
voceros y escribas del gobierno absolutista, las dirigencias en general,
intelectuales, los medios, el FMI y la generalidad de quienes sirven a los
concentradores de poder y de riqueza locales y globales bombardean con la
peregrina calificación de “protesta social”, despolitizando, desconociendo que
el Pueblo es la mayor organización política, la organización política que desde
el comienzo de la Historia enarbola los Proyectos de emancipación y de
realización y protagoniza las luchas para tales logros.
Cínicamente
devalúan las luchas populares encajándolas en la categoría de “protesta social”
a la cual se la significa como la reacción esperable ante planes que, en nombre
del orden que proclaman, quieren imponer por la fuerza.
Lo
que hace el Pueblo en busca de su emancipación y realización, articulándose con
la nación y los trabajadores, se inscribe en la POLÍTICA.
Es en
tal marco y con tal rumbo que el Pueblo argentino continuará dando batalla
hasta que el Proyecto antes citado se plasme, derrotando en el camino a las
fuerzas provenientes de los cielos o del infierno.
Rubén
Rojas Breu
Buenos
Aires, 24 de enero de 2024
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