Rubén
Rojas Breu
EL
IMPERATIVO DE CONDUCCIÓN POLÍTICA YA IMPULSANDO EL RECLAMO DE DIEZ MEDIDAS A IMPLEMENTAR
DE INMEDIATO.
La conducción
política es conducción política de la confluencia orgánica de nación, pueblo y
trabajadores.
Se
deduce que al definirla así estoy estableciendo que la conducción política,
afirmada sobre un Proyecto, tiene por objetivos estratégicos la emancipación y
la realización de las tres macro organizaciones mencionadas.
Así
enmarcada la conducción política es la articulación de toma de iniciativa y
síntesis.
Se
cae de maduro qué entender por “toma de iniciativa”.
Por
síntesis defino a la conjugación, siempre orgánica y organizadora, de los
distintos actores y sectores que, dentro de su saludable y esperable
heterogeneidad, comparten los objetivos estratégicos arriba enunciados.
No
hay conducción política de las fuerzas reaccionarias cuyos fines son acabar con
la soberanía, destruir al pueblo y esclavizar los trabajadores.
No
hay tal conducción política de las fuerzas reaccionarias sencillamente porque sirven
a los concentradores de poder locales y globales cuyo anhelo odioso es el de
anexar, aunque sea de manera encubierta.
La Argentina
con el gobierno libertario encabezado por Milei está en manos de las fuerzas reaccionarias
justamente y, por lo tanto, con el riesgo de la entrega, el sometimiento, todas
las injusticias y la pérdida de todos los derechos.
El gobierno
libertario se comporta tan impiadosamente, de manera acelerada, que las argentinas
y los argentinos se hunden en la desesperación por la penosa incertidumbre
sobre su destino asociada a la certeza del hambre y de todo lo que implica en
todas las áreas de la vida en sociedad el accionar de un gobierno absolutista
teocrático.
En
ese cuadro de situación la población en general y distintos sectores están
expresándose de todas las maneras para oponerse enérgicamente a las políticas
incalificables del gobierno de Milei y los suyos, un gobierno que absolutista
como es, representa únicamente a una minúscula porción de privilegiados que hasta
incluye a los mastines del presidente, en desmedro de las mayorías, desalojando
a tales mayorías con niñas, niños y adolescentes como las primeras víctimas.
Toda
una atrocidad.
Por
ahora, a falta de conducción política, la población y los distintos sectores
sólo puede resistir.
Resiste
movilizándose con cacerolazos, paros, marchas, cortes de calles.
Resiste
también publicando u opinando con creciente desesperación en medios y redes virtuales.
Resiste
modificando abruptamente sus hábitos de uso y consumo, desde dejar de comprar lo
indispensable hasta resignar sus vacaciones.
En
esa resistencia, aunque no tengan conciencia de que resisten, está la mayoría
de los votantes de Milei, votantes que sienten vergüenza y frustración por
haber sufragado como lo hicieron.
Las
empresas encuestadoras y los medios dominantes siguen tapando aviesamente la
decepción generalizada y se empecinan en argumentar que este gobierno está allí
por mandato popular.
De
ese ficticio mandato popular al gobierno solamente le queda el núcleo de su horda,
el cual ataca y ataca, provoca y provoca.
En
ese marco, crece el clamor, el grito desesperado, la exigencia de viva voz por
parte de distintos actores para que los referentes, ya impotentes o ineficaces,
se hagan cargo.
No
van a tener por ahí la respuesta que esperan.
La conducción
política no se reduce a contar con un líder o con liderazgo.
Nadie
busque en actuales figuras públicas a ese líder; se corre el riesgo de
derrochar tiempo y de frustrarse una vez más buscando en las canteras de siempre
ya agotadas.
Dirigentes
que dicen ser de la causa nacional y popular o están borrados,
escandalosamente, o prefieren jugar al institucionalismo con peroratas
inconducentes en el Congreso, en debates estériles, o ante cámaras y micrófonos.
Son
peroratas que no impactan en las fuerzas reaccionarias y que carecen de
credibilidad para una población angustiada y sufriente.
Tampoco
son eficaces las declamaciones de la izquierda, ni mucho menos de los que
presumen de progresistas, de referentes sociales o de trabajadores.
La
situación es grave, gravísima.
Nos están llevando a todas las pérdidas: a la pérdida de toda dignidad y a la
pérdida de la patria.
Solamente
y en soledad, el Pueblo está renaciendo y dando la pelea, resistiendo por
ahora.
Para
pasar a una nueva fase, una fase de efectiva transformación de raíz de este
estado de cosas tan desalentador e injusto, se requiere, entonces, de la
CONDUCCIÓN POLÍTICA.
De
acuerdo a lo que ya expuse, hay que tomar la iniciativa sintetizando tantos
reclamos de distintos actores y sectores.
Por
lo tanto, hay que salir de la resistencia y de únicamente oponerse para impulsar
la exigencia de medidas que empiecen por responder a la urgencia y pongan fin a
tanta devastación.
Creo
que éstas deben ser las medidas a exigir, dejando abierta toda posibilidad de
mejorarlas o de sumar otras:
1.
Aumento YA, no menor del 100%, de salarios,
jubilaciones y asignaciones en general.
2.
Plan de asistencia integral de la población
más postergada, particularmente de niñas, niños y adolescentes.
3.
Control, freno y/o marcha atrás con las subas
de precios, particularmente de alimentos y medicamentos.
4.
Suspensión o adecuación a los ingresos de la
población de los aumentos de servicios esenciales, tales como los de salud y
educación.
5.
Suspensión o adecuación a ingresos de la
población de todo el país de las tarifas del transporte público, agua, gas de
red y de garrafas, de electricidad y comunicación.
6.
Suspensión de lo dispuesto en alquileres y
asegurar la ley hasta su reemplazo por las vías institucionales, o sea, el
Congreso.
7.
Anulación lisa y llana de todo protocolo
represivo y de las disposiciones limitativas del ejercicio democrático de la protesta
social.
8.
Actualización del presupuesto nacional para
asegurar el funcionamiento de instituciones de la salud y educativas.
9.
Mantener las empresas estatales en tal
carácter, o sea como empresas del estado. Nada de privatizaciones.
10.
Tratamiento del pago de la deuda externa bajo
la competencia del Congreso y de una comisión nacional representativa de todo
el espectro social.
Basta de que sea sólo competencia del
Ejecutivo o del ministro de Economía.
Reitero
que del actual horizonte dirigencial no va surgir esa conducción política. Ni
siquiera se les ocurre tomar la iniciativa y pasar a una acción contundente
proponiendo medidas o un plan de rescate y de reparación de una sociedad
exhausta.
Como
vengo insistiendo, a la conducción política hay que construirla. Estoy dando
una punta con lo que desarrollé acá y con las diez medidas.
Ojalá
tenga alguna repercusión.
Ojalá,
pensando en las argentinas y en los argentinos.
Rubén
Rojas Breu
Buenos
Aires, enero 12 de 2024
No hay comentarios.:
Publicar un comentario