Rubén
Rojas Breu
CÓMO
APOYAR E INTERPRETAR EL PARO Y LA MOVILIZACIÓN DE ESTE MIÉRCOLES 24
Apoyar
activamente el paro y movilización de este miércoles 24 es un imperativo dada
la ofensiva que el gobierno absolutista encabezado por Milei desató
despiadadamente contra la nación, contra el pueblo, contra trabajadoras y
trabajadores, contra jubiladas y jubilados, contra niñas, niños y adolescentes,
contra las mujeres, contra las mayorías.
También
esa ofensiva, ultrajante por donde se la mire, fue y es lanzada contra la
Constitución y contra las instituciones, que siendo insuficientes y, en buena
medida, injustas, deberían ser transformadas para bien de la sociedad y no para
el obsceno provecho de un minúsculo grupo de poderosos.
Valiéndose
desmedida y arteramente de un resultado electoral el gobierno libertario
incurre en malversación al autoasignárselo como aval para implementar un plan
de despojo de la nación, del estado y de la población para el beneficio espurio
de los grandes concentradores de poder y de riqueza locales y globales.
De
tal manera, el paro y la movilización del 24 es una respuesta mínimamente
esperable ante una acometida tan brutal.
Las
dirigencias gremiales, burocratizadas y siempre inclinadas a conciliar con los
sectores dominantes, convocan al paro y la movilización más por el impulso de
las bases que por propia vocación.
He
publicado infinidad de veces, desde hace décadas, que la ausencia de conducción
política, la acción de sucesivos gobiernos civiles que se subordinaron de una
manera o de otra a los concentradores de poder, la caída de la cultura política
y la cuasi desaparición de las organizaciones políticas llevaría inexorablemente
a que los sectores dominantes en la cúspide y las hordas en la base instalasen
en el Poder Ejecutivo una versión absolutista o tiránica del conservadorismo
más rancio o, como desarrollé en la nota anterior a ésta, el embrutecimiento.
El
discurso de Milei en Davos fue la envenenada frutilla del postre, de un postre
en cuya elaboración se mezclan la ignorancia, el oscurantismo extremo, la flagrante
subordinación a los intereses antinacionales y antipopulares, la ferocidad, la
insociabilidad, la incivilidad y un descomunal desconocimiento del mundo y de
la Historia.
Quedó
claro, para vergüenza y escarnio de las argentinas y de los argentinos, que ese
incalificable discurso generó estupor y rechazo inclusive en los partidarios
más extremos del orden mundial injusto, segregacionista y crecientemente cruel.
Para
la CGT y para gran parte del horizonte dirigencial que convocan al paro y la
movilización, lo del miércoles es una acción que debieron decidir forzados por
el “no va más” que la población y, particularmente, sus actores más conscientes
están gritando hasta quedarse sin voz.
De
tal manera, el protagonista, el auténtico convocante del paro y la movilización
es el Pueblo argentino; las dirigencias, como se deduce de lo que expongo,
están a la retaguardia de una movida en cuya vanguardia está, entonces, el
Pueblo.
Para
el Pueblo argentino este miércoles va a ser un momento bisagra: el punto de
inflexión entre toda la movilización que se viene dando desde hace más de un mes
en todo el país y las luchas que se seguirán dando a partir del jueves 25.
Si
la CGT y sus aliados consideran que la movida del 24 servirá para calmar los
ánimos, para aplicar la máxima vandorista de golpear para negociar, se
equivocan por completo.
Para
el Pueblo argentino el 24 equivaldrá al momento en que el niño, alrededor de
los dos años de edad, se reconoce por entero ante el espejo.
Significa
entonces que el 24 el Pueblo argentino, además de luchador, se reconocerá en
todo su potencial que será francamente impactante, enorme, asombroso para la
Argentina y también para el mundo, restituyendo y mejorando la imagen que nos
merecemos luego de la dejada por el caudillo libertario en el foro de Davos.
Milei,
su gobierno y sus compinches afrontan el paro del 24 de capa caída: el apoyo
conseguido en urnas nada confiables y el pasivo acompañamiento de la masa se
desvanecen.
También
hace agua la adhesión de los medios dominantes que ya lo critican abiertamente
y dudan sobre su capacidad para sostener la gestión; a las inquietudes o preocupación
de esos medios se suman las de los factores de poder de acá y de afuera.
Tan
es así que varios columnistas de los medios dominantes, columnistas de derecha
recalcitrantes, lo empiezan a asemejar con el Julio César de la Antigua Roma,
que cegado por su ambición, fue traicionado por los propios, empezando por su
sobrino Brutus. Aunque, digo yo, la distancia entre Julio César y Milei, en
todas las áreas, es abismal.
En
el Congreso, tan complaciente con un gobierno injustificable, el curso de lo
enviado por el Ejecutivo deviene incierto o en camino de volverse contra, curso
sobre el cual lo que acontezca el 24 influirá.
Los
argumentos en favor del gobierno totalitario de LLA flaquean, son endebles,
elementales, bobos: “darle tiempo”, “tratar de mantener la esperanza”, “asegurar
la gobernabilidad”, “respetar el voto popular”, “darle herramientas para que pueda
gobernar”, “la fiesta se tenía que acabar”, etc. etc.
Son argumentos
consistentes en frases clisé, en banalidades, en sentencias para tontos; como
dirían nuestros hermanos mejicanos, todo “chorro de babas”.
Tanta
falta de conocimiento de la política por parte de Milei y de los suyos junto
con la percepción que van teniendo de que su castillito de naipes corre riesgo
de derrumbarse los lleva a extremar su agresividad, su grosería, su gusto por
extorsionar, su comportamiento endogámico, su intolerancia.
De
tal manera, en lugar de encontrar el modo para hacer pie, se mueven en el pantano
dando brazadas y patadas que los hunden más.
Así
que este 24 la movilización que el Pueblo convoca será un hito, un antes y un
después, en el cual el antes viene ya cargado de lucha y el después devendrá en
marea incontenible.
Sigue
haciendo falta la conducción política con el consabido Proyecto.
Insistiré
en eso hasta lograrlo.
Rubén
Rojas Breu
Buenos
Aires, enero 22 de 2024
No hay comentarios.:
Publicar un comentario