Rubén
Rojas Breu
MILEI
DERROTADO PROFUNDIZA SU PERFIL DE ABSOLUTISTA TEOCRÁTICO
Ya
antes de asumir pronostiqué que Milei forjaría un gobierno absolutista
teocrático.
Absolutista
por detentar o intentar detentar la suma del poder público, sustentándose en la
convicción megalómana “el país soy yo”, tesitura por la cual la horda lo erigió
y apoya.
Teocrático
porque su absolutismo responde al mesianismo: creerse un enviado de Dios, o de Jehová
o de los dioses, que se comunica con el más allá.
Por
lo tanto, se legitima, a la manera de antiguos reyes y emperadores: está ahí
por voluntad divina.
En
el siglo pasado el tirano genocida español Francisco Franco era considerado y
se consideraba él mismo “caudillo de España por obra y gracia de Dios”.
Sumadas
a tantas conductas que lleva a cabo desde hace tiempo de acercamiento estrecho
con los sectores más recalcitrantes de la ortodoxia judía, rechazada por la
gran mayoría de los judíos y por la mayor parte del planeta, Milei se consagra
por sí mismo, estimulado por su hermana, su entorno y la horda, como heredero
de Moisés, tal como lo consigna en el posteo de las últimas horas,
reproduciendo versículos del Antiguo Testamento. Vetustez e intolerancia.
Demás
está decir que tanta devoción, así como la declaración de guerra contra Hamas
nos expone a riesgos de reedición de los atentados que padecimos en los 90, cuya
responsabilidad fue del gobierno menemista por su alineamiento internacional.
Tanto
aquel gobierno retrógrado como el actual libertario contravienen la tradición
argentina en las relaciones internacionales, respetada a rajatabla, por casi
todos los gobiernos, especialmente los civiles y principalmente por los
populares.
Milei
inició el camino de su derrota desde antes de asumir, aunque líderes de
opinión, consultoras y encuestadoras, analistas políticos, periodistas de todo
el espectro y, también, la totalidad de las dirigencias se hayan obnubilado por
un resultado electoral mentiroso.
No
mentiroso por fraude alevoso sino porque la calidad del voto fue de suma
precariedad: por empezar ningún votante de Milei y su pandilla va a mover un
pie en su apoyo ni, mucho menos, va a ofrecer su vida.
No
son militantes sino pobres tipos con vocación de mercenarios, sin cultura política,
sin conciencia política.
Pobres
tipos que están despertando, con todas las consecuencias imprevisibles que eso
significa, el creciente enojo del Pueblo, enojo que no solamente no voy a
alentar, sino que voy a tratar de neutralizar, convencido de que se sale de
esta tiranía con conducción política, con organización, con un Proyecto y con
una estrategia, buscando la justicia; no la venganza.
Se
sale edificando la auténtica democracia, esa que nos quitaron con la última dictadura
y que nos retacean desde hace cuarenta años.
Milei
fue definitivamente derrotado por las grandes movilizaciones populares.
El Congreso
desprestigiado, puesto contra las cuerdas, no pudo avalar a un gobierno
absolutista, impolítico, incompetente, con ambiciones devastadoras y, como está
a la vista, imponiendo un régimen injusto y tan empobrecedor.
El
éxito del ajuste que proclaman es sobre la base del saqueo a jubiladas y
jubilados, a trabajadoras y trabajadores, a niñas, a niños, a adolescentes.
Tal éxito,
también, se acompaña de una recesión descomunal, de una parálisis de la
economía, de despidos, de tarifazos, de salvajadas.
Milei
y sus huestes incalificables se saben derrotados.
Responden
con violencia, con intolerancia, con más injusticia.
Se
están vengando a la manera en que lo hicieron en distintas épocas las tiranías:
la mayoría de los emperadores romanos, principalmente los cinco más indeseables,
podio en el que se ubican Calígula, Nerón y Cómodo.
También
tenemos ahí a Juan II de Inglaterra, a Iván el terrible y a Leopoldo II de Bélgica.
Por
supuesto la lista incluye al ya mencionado Franco, a Hitler, Mussolini y Stalin,
a presidentes yanquis, a las dictaduras cívico militares.
Un
largo etcétera, lamentablemente.
Mi
tesis de que la Historia es la historia de la lucha de los pueblos contra los
despotismos se verifica con creces.
Está
claro entonces que Milei es absolutista teocrático, una versión del despotismo
o de la tiranía.
De
aquí en más, subrayo, derrotado, va a acentuar su comportamiento como tal.
Eso
inexorablemente va a ser respondido con más movilización popular, en la cual
hay que participar activamente.
Por
lo pronto, contamos con las asambleas populares o Asambleas del Pueblo como
ámbitos en los que poner la esperanza: personalmente, lo estoy haciendo,
apostando a que tengan un destino distinto del de principios de siglo en el que
fueron cooptadas y debilitadas hasta su extinción por el régimen.
Para
eso trabajo, para que sean una herramienta de transformación genuina.
Porque
lo mío es el compromiso, no el verso.
Las
demás organizaciones populares de todo tipo van a incrementar su acción por la
emancipación y la realización, junto con las asambleas.
La
totalidad de las dirigencias van a ser presionadas, exigidas, obligadas a definirse.
Es
muy importante, de la mayor importancia, tener claro que los derrotados son
Milei, su gobierno, su horda y las corporaciones locales y globales para las
que opera.
Eso
significa no incurrir en derrotismo.
Los
Pueblos afrontan siempre dos peligros:
Uno,
la acción de los déspotas y
Dos,
la tendencia al derrotismo y la baja autoestima.
La
mala aplicación de la tesis de la “correlación de fuerzas” o de “las relaciones
de fuerzas” induce al derrotismo, contraviniendo las enseñanzas de nuestra
propia historia.
Si
los revolucionarios de Mayo, si los libertadores como San Martín, Belgrano,
Güemes, Azurduy, Bolívar, Sucre y tantas y tantos más así como nuestro Pueblo
de entonces se hubieran atado a la correlación de fuerzas seguiríamos siendo
colonia española.
El
ejército realista español era el más poderoso de la época, al punto de que
había vencido al inglés en América del Norte, regalándoles la ficticia
independencia a los colonos blancos esclavistas como Washington, Jefferson y
sus cofrades.
Reitero
enfáticamente: Milei y sus libertarios están siendo derrotados.
El Pueblo
tiene el desafío de encarar su Proyecto, construir su conducción política y
organizarse.
De
eso se trata.
Rubén
Rojas Breu
Buenos
Aires, febrero 8 de 2024
No hay comentarios.:
Publicar un comentario