martes, 17 de diciembre de 2024

ARGENTINA, EL PROYECTO

 


 

 

 

 

 

 

Rubén Rojas Breu

 

 

 

 

ARGENTINA, EL PROYECTO

 

 

 

 

Buenos Aires, diciembre 2024

 

 


“No busco glorias sino la unión de los americanos

y la prosperidad de la patria.”

Manuel Belgrano

 

“Es justo que los pueblos esperen todo bueno de sus dignos representantes; pero también es conveniente que aprendan por sí mismos lo que es debido a sus intereses y derechos.”

Mariano Moreno


"En defensa de la patria todo es lícito

                    menos dejarla perecer".

José de San Martín

 

“No podemos seguir estancados de esta manera, así no vamos a construir una nación y nos comen los de afuera.”

Macacha Güemes

 

“La cuestión es sólo entre la libertad y el despotismo”

José Manuel de Artigas

 

“… nuestra Argentina necesita definir y escribir

un Proyecto Nacional”

Juan D. Perón

 

 

 

Lo prima facie inabordable, ambicioso o inmensurable de tamaña temática lleva a pensar y repensar, a escribir y reescribir en una elaboración sin fin.

La sensación es la de que nunca alcanza o la de que siempre algo falta, por lo cual cada borrador sucede al que lo antecede, hasta que finalmente, imitando a Borges, uno decide dar a luz lo que produjo, como si resolviera, por un acto de mera voluntad o sensatez, publicar el último de los borradores.

Espero que la lectora y el lector sean indulgentes si perciben algún error u omisiones.

Tengo toda la disposición a incluir en futuras revisiones sugerencias o aportes.

 

Fraternalmente

RRB

 



 

A manera de prólogo

 

Una nación y su pueblo requieren imperiosamente de un Proyecto para su emancipación y su realización.

Así lo entendieron quienes fundaron nuestra patria: destacadamente Manuel Belgrano, Mariano Moreno, Juan José Castelli, Manuel de Güemes, Macacha Güemes, María Remedios, Juana Azurduy, Mariquita Sánchez de Thompson, José Gervasio Artigas, Manuel Dorrego y, por supuesto, José de San Martín.

También el Pueblo, que los acompañó entregando vida, libertad y bienes.

 

Aunque con otros alcances, con otra orientación, controversial según de quien se trate, Juan Bautista Alberdi, Juan José de Urquiza, Juan Facundo Quiroga, Domingo F. Sarmiento también proponían un Proyecto.

Más cercanos en el tiempo hubo políticos, pensadores y científicos que intuían o proponían contar con un Proyecto, muchos de los cuales formaron parte del peronismo fundacional.

Por supuesto, Juan Domingo Perón, desde su irrupción en la política liderando el gran movimiento que tiene como fecha de alumbramiento el 17 de octubre de 1945, fue autor y propulsor de un Proyecto.

Como es sabido, la acabada implementación de ese Proyecto quedó trunco tanto por su derrocamiento en 1955 como por su muerte en 1974; también porque tanto Perón como el movimiento fundacional incurrieron en comportamientos que debilitaron la convocatoria amplia que un Proyecto de Nación requiere, sobre todo, por intolerancia y tendencia al sectarismo durante sus primeros gobiernos, de 1946 a 1955.

En vísperas de su muerte, Perón dejó como testamento político “El Proyecto Nacional” acorde con el Modelo Argentino, publicado por El Cid Editor.


Nadie después de Perón formuló un Proyecto.

 

La dictadura terrorista de estado tuvo como meta acabar con el Pueblo argentino y con todo intento de construir una Nación soberana; por ende, arrasó con todo lo que supusiera un Proyecto para la Argentina.

Después, desde 1983, todas y todos las y los dirigentes y las y los gobernantes se adecuaron a lo que hay, al posibilismo, a la decadencia e incurrieron e incurren en un tacticismo infértil, esterilizante que prolonga el atraso, la injusticia, los padecimientos y la pasmosa debilidad de la Argentina en el mundo.

Más grave aún es lo que soportamos en este presente con un gobierno despótico, que regala nuestro patrimonio nacional y somete a argentinas y argentinos a una injusticia extrema y a todas las privaciones, llevando a niveles escalofriantes lo ya padecido en los 90.

Lo que, en la actualidad, pretensiosamente, algunas facciones y sus líderes esgrimen como Proyecto o como Modelo, dista años luz del significado de lo que se enuncia.

Lo que se impulsa o difunde encaja en la categoría de agenda.

De tal manera, tenemos dirigencias de agenda y no una conducción política que tenga por norte un Proyecto. 

 

Resumiendo, en lugar de pensar y plasmar un Proyecto, una de dos:

  • -     O son personeros de los planes que las grandes corporaciones y los estados dominantes han dispuesto para nuestra patria, personeros del colonialismo, del neocolonialismo y del imperialismo que, por lo tanto, se oponen a cualquier intento de proyecto nacional y popular,


  • -     O se adecuan a lo que llaman la “agenda”, a sus vetustas plataformas electorales y a ejecutar medidas de cortos alcances, con el agravante de que llaman “proyecto” a un compilado de meros paliativos.

 

Eso significa que la Argentina carece, claramente desde la muerte de Perón y de la defección del justicialismo, de conducción política, lo cual nos tiene a los saltos y nos hunde más y más en la postergación.


Grandes países europeos, algunos latinoamericanos, Canadá, asiáticos y Oceanía contaron con sus visionarios, en algunos casos desde tiempos inmemoriales, que diseñaron e impulsaron el Proyecto para sus pueblos y naciones.

Muchos de esos visionarios fueron o son políticos, así como también científicos, empresarios, dirigentes obreros y sociales.

Aquí me propongo, humilde pero firmemente y con fundamentos, delinear el Proyecto para nuestra Argentina y nuestro Pueblo. 

 

Por otra parte, y ateniéndonos a la coyuntura, diciembre 2024, la carencia de un Proyecto de la Argentina, como el que acá presento, es causa fundamental del poder que exhibe el gobierno de ultraderecha libertario.

Dicho de otra manera, el advenimiento de la ultraderecha al gobierno puso en evidencia, en trágica evidencia, que la Nación y el Pueblo carecen de Proyecto y de conducción política.

 

Creencias y obstáculos a superar

El epistemólogo francés Bachelard señala que las creencias, falsas creencias, o los prejuicios impiden pensar lo que debería pensarse. De tal manera, lo que denomina “obstáculos epistemológicos” frenan o imposibilitan el conocimiento científico.

Tal afirmación es aplicable también a la teoría y a la acción políticas.

Hay creencias sólidas, insertas en dirigencias y en la población general, que inhiben pensar un Proyecto, que entorpecen su elaboración y que, por consiguiente, obstruyen su implementación.

La más desafortunada de esas falsas creencias es la de que la Argentina es y tiene que ser un país pequeño o achicado, pese a sus declamadas riquezas, o, peor todavía, se piensa que solamente puede proponerse ser un paisito que no tiene otra opción que la de someterse alegremente a las grandes potencias; en las últimas décadas, la que se recorta como gran potencia ante la cual subordinarse es los EEUU de Washington, el país yanqui, el país gringo.

Esa creencia tan limitante, tan castradora, tan zonza,   alcanza niveles de estolidez insuperables en boca de referentes de la derecha o de la ultraderecha: un ministro que con el gobierno del Pro-Cambiemos convocaba a encarar como emprendimiento la fabricación de cervezas artesanales y, ahora, una diputada de La Libertad Avanza proclama el surgimiento de un novedoso paradigma ejemplificando con la mutación de un arquitecto en chofer de una aplicación.

 

Esa creencia esterilizante, que nos empuja a un complejo de inferioridad y a la baja autoestima colectiva, fue fomentada por las grandes potencias; por ejemplo, Gran Bretaña, con Churchill como uno de sus voceros, buscó denodadamente signarnos como país sin derecho a devenir potencia.

 

Sucede que dirigencias y población sufren así el síndrome del pez criado en la pecera, el cual no tiene idea de que existen el mar, los lagos, los ríos, las lagunas, ni siquiera las palanganas.

Pareciéndose al pez de la pecera se cae en la nefasta convicción de que la Argentina no tiene otro destino que el de ser un país productor de materias primas que se exportan, principalmente agrícolas con la soja a la cabeza en las últimas décadas, a las que se suman ganados, minería, energía e inclusive pesca; también bienes ensamblados de marcas extranjeras, como sucede con los automóviles.

Cabe reconocer que hay desarrollos en áreas como biotecnología y medicina, reactores nucleares, espacio exterior y maquinaria agrícola, pero son a todas luces insuficientes y sin la articulación que supone un Proyecto; su génesis parte de iniciativas o emprendimientos circunstanciales sin la sustentabilidad y la proyección que requerimos.

No tenemos marcas local e internacionalmente potentes y prestigiosas; las marcas son gigantescas fuentes de ganancias económicas y de imagen, de significación geopolítica, para los países avanzados.

Nuestro PBI no supera la tercera parte de la magnitud que debería mínimamente alcanzar a esta altura de los tiempos y está prácticamente estancado desde hace décadas.

Se mira a las potencias o a los países avanzados como si pertenecieran a una galaxia, por definición, inaccesible, inalcanzable.

En esa constelación en la que brillan y dominan soles, Argentina es nada más que un asteroide y el destino al que se la arrastra es el de un minúsculo satélite.

Esa creencia tan arraigada a esta altura, lleva a naturalizar la decadencia: vivimos en la decadencia, pero sin darnos cuenta.

Que gran parte de la población pase hambre, carezca de agua potable y de todos los servicios básicos, que el transporte público raye en la obsolescencia y esté sumamente retrasado del de los países avanzados, que no haya fuentes de trabajo, que los sueldos y jubilaciones sean paupérrimos, que la salud y la educación pública se deterioren (también las privadas), que la vivienda digna sea inaccesible para vastos sectores de la población, que el medio ambiente no se respete, que no tengamos desarrollo científico, tecnológico e industrial, que no logremos ocupar posiciones líderes en artes, cine y televisión, que el hambre y la explotación sean moneda corriente, inclusive de niñas, niños y adolescentes, es tomado como algo natural, como algo que es porque es.

En ese cuadro calamitoso la corrupción extendida se alza implacable, maridando escandalosamente con la decadencia.

Ya superó los límites de la endemia para advenir una pandemia que parece incontrolable, fenómeno indeseable que habrá que erradicar como condición imprescindible para plasmar el Proyecto.


Como los habitantes de la famosa caverna de la alegoría platónica, dirigentes honestos, así como la población, no se percatan de que el sol existe y debería salir para todas y para todos.

Los grandes concentradores de poder, los grandes hacendados, las mafias y las castas se valen de esa naturalización de la decadencia, de esa obstinada resignación a lo que se nos da, a lo que hay, a lo que apenas se puede para solamente sobrevivir cada vez peor.

 

Para la oligarquía y gran burguesía vernáculas, alentadas a su vez por las globales, esa creencia en una Argentina que debe ser chiquita, atrasada, arrojada a la postergación indefinida, tiene sus beneficios.

 

Esos beneficios son culturales, políticos, sociales, psicológicos y económicos.

Sin pretensión de exhaustividad, para no alargar más un texto que ya empieza a ser extenso, resumamos:

  • ·       Una Argentina chiquita brinda réditos suculentos a los concentradores de poder y de riqueza de acá y de afuera gracias a que abastece a las potencias con materias primas valiosas, la hace fácil de gobernar, facilita la explotación de las mayorías, la vuelve presa fácil e, inclusive, en las recientes décadas favorece al narcotráfico en pleno auge y desarrollo.

 

  • ·       También una Argentina chiquita y empobrecida es tierra fértil para valores morales antediluvianos o, sobre todo, para la penetración cultural e ideológica, principalmente originaria de los EEUU de Washington, todo un “abanderado” de la mediocridad y la deshumanización del planeta.


Si argentinas y argentinos despertaran y se dieran cuenta de que una Argentina distinta, de que una Argentina avanzada y con un rol protagónico en el planeta fuera posible, todo lo que esas oligarquías, hacendados, grandes accionistas, dirigencias y gobernantes saben hacer se resquebrajaría; harían agua, perderían poder en aras de una Nación y de un Pueblo emancipados y realizados.

 

En una especie de contubernio, medios de comunicación dominantes, intelectuales autóctonos y del planeta, consultoras y empresas encuestadoras fomentan y fortalecen esa naturalización de la decadencia, esa inercia, esos plancitos conformes con lo que hay y con la sumisión.

Todas esas creencias no sólo nos achican en el plano interno sino también en relación con el mundo.

Dirigencias y población están entrampadas, a gusto o con disgusto, en una cerrazón endogámica por la cual todo parece reducirse a nuestro país intencionalmente empequeñecido y a los EEUU de Washington: el resto del planeta no existe en esa visión en diminutivo.

Que hoy, finalizando el año 2024, la Argentina esté gobernada por una fratria a todas luces inculta, atrasada, es un síntoma de esa endogamia crónica y destructiva.

 

A qué Argentina aspirar

A la que exprese una Nación y un Pueblo emancipados y plenamente realizados.

Eso significa una Argentina plenamente desarrollada y con una inserción protagónica en el mundo, una Argentina que se ubique, en un tiempo a precisar, entre las diez naciones más avanzadas y poderosas.

Lo de “poderosa” no debe apabullar ya que la tradición y la vocación de argentinas y argentinos se define por la solidaridad entre los pueblos, como ya lo demostraron nuestros antepasados fundacionales: por ejemplo, nuestra gesta independentista logró la liberación de países hermanos sin concretar ninguna anexión, lo cual nos ubica en una dimensión radicalmente distinta de las potencias dominantes y, muy especialmente, del país yanqui el cual nació como imperialista y como ocupante de territorios ajenos.

 

Para responder acabadamente al interrogante “¿a qué Argentina aspirar?” hay que ubicarse en la intersección entre el afuera y el adentro.

 

Hay que mirar simultáneamente a nuestro país desde fuera, desde el planeta y desde adentro, desde su territorio y su población.

En esta edad histórica la humanidad se organiza en naciones, de manera tal que el mundo define, objetivamente, más inconscientemente que a conciencia, que cada país cumpla su rol en el concierto internacional, ocupe un lugar.

Nos corresponde a quienes tenemos vocación y trayectoria política deducir cuál es ese lugar y, simultáneamente, construir el que nos lleve a la plena realización y a la mayor proyección sobre el planeta.  

Al mismo tiempo, cada país tiene que dar satisfacción a todo lo que contiene, principalmente a su población y, sobre todo, a su Pueblo.

 

Vistas las cosas así, Argentina debe aspirar a constituirse en una de las diez naciones más avanzadas del planeta, una potencia que por su historia y su vocación sea pacífica y solidaria, sobre todo, con las naciones y pueblos que sufren la opresión y el atraso, comenzando por nuestra doliente América Latina.

Esa misma aspiración, de concretarse, generaría todas las condiciones para que la totalidad de las argentinas y de los argentinos vivan en una comunidad más fraterna y en una sociedad próspera.

De no alcanzar tal meta, nos veremos indefinidamente anclados en el atraso, en la insatisfacción, en una inestabilidad estéril, saltando de ajustes a desajustes, vapuleados por circunstancias no controladas, bajo el imperio de despotismos locales y de las grandes potencias y zigzagueando según los gobiernos de turno.

De tal manera, es un imperativo categórico lograr la emancipación y la plena realización, ocupando una posición líder en el planeta y el bienestar colectivo hacia adentro.


Aplicando el MV

Aplicando mi creación, el Método Vincular, la Argentina tiene que proponerse adoptar el Posicionamiento Constructivo.

 

Para la descripción de este Posicionamiento puede consultarse mi libro “Método Vincular. El valor de la estrategia” (Eds. Cooperativas de Buenos Aires, 2022) y artículos en rubenrojasbreu.blogspot.com

 

Resumidamente, el Posicionamiento Constructivo se ubica en la intersección entre la Secundarización y la dimensión Significado.

 

Son características distintivas de este Posicionamiento en Política:

 

·       La articulación o imbricación entre la Ley y el Deseo.

·       La emancipación y realización como nación y como pueblo

·       La soberanía plena

·       La justicia en todos los órdenes de la vida en sociedad y en el contexto mundial: es decir, en los órdenes cultural, social, político, jurídico y económico

·       La sociedad plenamente desarrollada e integrada hacia el adentro y con el afuera: hacia dentro de nuestras fronteras y hacia la vinculación con el mundo, comenzando por América Latina.

·  La interacción entre potencia y vida, entre solidaridad y competencia y entre el conocimiento y la acción.

·       La vocación por la estrategia

·   El reconocimiento del conflicto como constitutivo con la disposición a resolver todo antagonismo, confrontación o diferencia de posiciones por vía pacífica y a través de la negociación inteligente.

 

En lugar de asumir tal Posicinamiento Vincular, desde hace décadas la Argentina oscila entre:

·       el Posicionamiento Doméstico, el cual genera ilusión de independencia pero que, en rigor, nos somete a repetir indefinidamente una situación de atraso, en un cuadro de cerrazón endogámica

y

·       el Posicionamiento Dominancial como apéndice o seudópodo de las potencias dominantes del globo; particularmente en las últimas décadas, este posicionamiento propende a la dependencia geopolítica, política, cultural, social y económica de los EEUU de Washington, atándonos al entretejido endogámico del país más deshumanizante de la Tierra.

Pendular inacabadamente entre tales fallidos Posicionamientos y rehuir el Constructivo nos tiene encorsetados en el atraso y la pobreza al mismo tiempo que se hace cada vez más obscena la concentración de poder y de riqueza.

En términos resumidos, la adopción del Posicionamiento Constructivo implica estos Objetivos Estratégicos:

  • Emancipación y realización de Pueblo y Nación, articuladamente, con integración hacia adentro y hacia afuera -particularmente con América Latina-.

 

Premisas básicas del proyecto para la argentina:

1.  Adopción del Posicionamiento Vincular Constructivo, con todas las particularidades descritas en el parágrafo anterior y asumiendo activamente los Objetivos Estratégicos:

  • Emancipación y realización de Pueblo y de Nación

 

2.  La articulación de Pueblo y Nación implica a su vez la interacción lograda, lo más armónica posible, entre sociedad, estado y mercado.

Estado y mercado tienden a considerarse como antagónicos por todo el espectro político e ideológico y, por cierto, responden a fines diferentes que llevan a colisionar.

Según de qué posición de tal espectro se trate se los demoniza: la derecha y/o los concentradores de poder, la burguesía y la oligarquía aborrecen el Estado.

Por su lado, quienes dicen pertenecer al campo nacional y popular, así como el progresismo y la izquierda condenan al mercado; en el caso de la izquierda, además, hace del Estado una organización a demoler tarde o temprano, aunque en la práctica en los tiempos presentes lo valora positivamente en los ámbitos y funciones que favorecen los intereses de los trabajadores a los que representan.

Ambas posiciones son prejuiciosas y, lo que es más grave, inhiben u obstaculizan el desarrollo, la emancipación y la realización.

El tema merece una extensión no factible acá con el fin de no desviarnos del derrotero; además, abrumaría a lectoras y lectores.

Solamente digamos que lo que habitualmente se llama “mercado” es una versión distorsionada que restringe a lo financiero lo que debería abordarse como un concepto complejo y de gran alcance.

 

La Argentina tiene un mercado a todas luces insuficiente:

 

·       su mercado interno es pobre, con acceso muy limitado al consumo para las mayorías en contraste con el consumismo desaforado de las capas privilegiadas,

y

·       el externo es débil y causante de atraso, toda vez que se ciñe, fundamentalmente, a la exportación de materias primas, lo cual se arrastra desde hace ya siglos.

 

Al Estado se lo ve como proveedor -lo cual es fomentado por los que se ubican en la posición nacional y popular, en el progresismo o en la izquierda más combativa-; por su parte, los concentradores de poder y de riqueza, así como la derecha lo consideran fuente de derroche, de desajustes, de inhibición de las libertades “individuales” y de la libre empresa, etc.-

 

La izquierda más definida como tal, mostrando ambigüedad y ambivalencia, también lo considera represor de los derechos y de la acción política de los trabajadores. Es decir, esta izquierda lo aprueba como proveedor de los más débiles o carenciados como lo reprueba en tanto opresor.

 

Lo cierto es que el Estado y el mercado:

 

·                son configuraciones de mucho mayor complejidad que la que visualizan tirios y troyanos,

 

·                son organizaciones macro que, inexorablemente, están ahí, en las que estamos de una u otra manera inmersos y presentes en todas las latitudes y desde tiempo inmemorial.

 

Por lo tanto, a los fines de este Proyecto no se trata de enaltecer o de hostilizar, sino de determinar qué hacer con el Estado y el mercado. Como prueba, obsérvese que los países más privatistas tienen estados sólidos y los más estatistas tienen mercados, a menudo, florecientes.

 

El Estado como el mercado deben ser categóricamente optimizados tanto para garantizar la justicia en todas las dimensiones de nuestra vida como para impulsar el desarrollo.

Por otra parte, también es muy limitativa y reduccionista la dicotomía Estado versus iniciativa privada.

De tal manera la cuestión es qué estado y qué mercado requerimos para la emancipación y la realización como Pueblo y Nación.

 

Acerca de la sociedad, debe pensársela como orgánica y, en tanto tal, como una Gestalt de la que participan la totalidad de las instituciones y organizaciones incluyendo las que conforman el Estado, las que integran la llamada sociedad civil y las que componen el mercado.

 

En particular, a tono con los tiempos, el Proyecto implica la interacción sinérgica de la política, la ciencia, la investigación científica, la innovación tecnológica, la industria, el agro, la educación y la salud públicas de avanzada

Esa integración es clave para generar el desarrollo y construir la prosperidad, sobre todo, de las mayorías.

Aclaro que la ciencia, la investigación científica y la innovación tecnológica refiere a la totalidad de las ciencias, las Ciencias de la Naturaleza y las Ciencias de lo Humano.

 

3.  Es de la mayor importancia definir científicamente

 

·       qué es Política y qué es “hacer política”

·       qué es el Poder

·       qué son las relaciones de poder y cómo se opera sobre las mismas

·       qué es conducción política, algo mucho más complejo que mero liderazgo,

·       qué es estrategia

 

La política de agenda es tacticista; es decir, se mueve con tácticas que se atan a la coyuntura más inmediata, respondiendo, finalmente, a los intereses antinacionales y antipopulares o incurriendo en promesas incumplidas y en remedios pasajeros, en placebos y calmantes.

 

4.  Para plasmar el Proyecto un paso impostergable e imprescindible es el de una Reforma Constitucional en profundidad y en alcance, una Reforma Constitucional definitivamente transformadora, transformadora de raíz.

 

5.  Poner fin a la corrupción y a la brecha descomunal en la distribución de la riqueza son requisitos indispensables para hacer factible el Proyecto.

 

 

Directrices y lineamientos del Proyecto para la Argentina

 

Objetivos estratégicos

 

Emancipación y realización del Pueblo y de la Nación, adoptando como Objetivo de Posicionamiento Vincular al Constructivo.

Téngase en cuenta, según lo ya expuesto, que va de suyo que estos Objetivos Estratégicos implican hacer de la Argentina una de las diez naciones más avanzadas del planeta, una potencia hacia adentro y hacia afuera.

 

Estrategia

Implica construir, conjugar y materializar las siguientes directrices:

  •    Conducción política, a la cual definimos como la articulación de iniciativa y síntesis.

Tal articulación supone que la conducción siempre se define por anticiparse en la teoría y la acción,

Al mismo tiempo que,

Por sintetizar la diversidad, hacer confluir las distintas posiciones, actores y sectores con la mirada puesta en los Objetivos Estratégicos.

 

Por tales razones, la Conducción debe proponerse ser experta en dirigir, liderar y negociar.

 

  •   Construir la organización a la manera de un movimiento y a plasmar, tanto con fines políticos en general como con los electorales en particular.

De acuerdo a las experiencias históricas más probadas, cabe pensar en un Frente o modalidad similar.

 

  • .    Propiciar enérgicamente la cultura política

 

A continuación, los lineamientos, sobre lo cual advierto:

 

a.  Son inevitablemente lineamientos generales; el detalle implica ya haber entrado en acción porque para definir políticas, planes y medidas que hacen al gobierno de un gran país se requiere del concurso de muchos actores, factores y sectores, requiere de acuerdos y de negociaciones y todo lo que se pueda suponer.

 

b.  Se deduce de la antedicho que un primer gran paso es el de una amplia y efectiva convocatoria, a la manera de La Hora del Pueblo ideada y puesta en marcha por el peronismo con Perón conduciendo, el radicalismo y otras fuerzas políticas y sectoriales en 1972.

 


Lineamientos generales

 

1.          Refundación del sistema político institucional, lo cual implica la reformulación a fondo de los poderes formales.

-   Nuevo perfil del Ejecutivo nacional y de los distritales

-   Ídem respecto del Legislativo y de los legislativos distritales

-   Ídem respecto del Judicial y de los judiciales distritales.

 

Sobre este último hay que encarar una reforma que lleve a una transformación de cuajo, reemplazando su conformación y funcionamiento actual por una configuración completamente novedosa que implique acabar con el actual carácter corporativo, burocratizado y simbólicamente dinástico.

 

-         Dar curso a la modalidad de asamblea, como auténtico cuarto poder, sobre la base de lo que se gestara a partir de las jornadas de diciembre de 2001.

 

-            Reforma del régimen electoral, atendiendo principalmente a las definiciones de Democracia y de Pueblo de mi autoría, esta última la única definición existente acá y en el planeta.

 

Aclaro que “democracia” es el gobierno del Pueblo y por lo tanto el gobierno de la población políticamente culturalizada y organizada que tiene por objetivos su emancipación y realización articuladamente con la Nación.

La democracia así concebida se opone al despotismo en todas sus variantes.

 

 

2.          Dar al Estado un lugar de la suficiente relevancia como para cumplir con estas funciones estratégicas:

 

  • -     Promover el desarrollo, a partir de impulsar orgánica, integrada y sinérgicamente las ciencias de lo Natural y de lo Humano, la investigación, la tecnología de avanzada y la educación
  • -     Asegurar la justicia plena en todos los ámbitos, así como la seguridad de ciudadanas y ciudadanos dentro de los marcos de las leyes y el respeto por los derechos humanos

 

  • -    Garantizar el acceso a la salud optimizando, sobre todo, la salud pública y por ende la totalidad de las instituciones estatales prestadoras

 

  • -     Redefinir el rol de las fuerzas armadas comenzando por reformular las hipótesis de conflicto y encarando una capacitación a tono con los tiempos

 

  • -     Ídem respecto de las fuerzas de seguridad, particularmente respecto de la violencia criminal creciente, del narcotráfico y de la ciberdelincuencia.

 

  • -     Garantizar el bienestar y los derechos de la infancia, de las mujeres y de los géneros en toda su diversidad, poniendo fin a la violencia de género, la discriminación por género, por pertenencia étnica y por cualquier otra consideración, se trate de lo referente a la diversidad sexual, a las opiniones e ideologías, a las posiciones políticas, etc.

 

 

Políticas, planes y acciones a implementar

 

·       Activa política internacional propiciando:

 

-   La proyección internacional de nuestro país con vistas a ocupar una posición protagónica

-     La integración entre naciones y pueblos, empezando por América Latina

-     la consolidación del Mercosur con vistas a la Unión cultural, política y económica de América Latina

-     La paz mundial

-     El intercambio con todos los países del planeta, respetando los principios de igualdad, de no intervención y de la autonomía de los pueblos.

-     La justicia y el respeto por todos los derechos humanos

-     La plena soberanía de la Antártida y de todo nuestro Atlántico Sur, incluyendo la recuperación de Malvinas, Georgias y Sandwich

 

·       Puesta en marcha del desarrollo plasmando:

 

-     Una acción conjunta del Estado, la iniciativa privada y la sociedad civil con el aporte sustancial de la ciencia, la investigación, la innovación tecnológica y la educación

Dadas las condiciones que se dan en nuestro país, el Estado deberá asumir decididamente roles de iniciador y propulsor

 

-     Aseguramiento de la plena soberanía de tierra y aguas con incautaciones el marco de la ley cuando corresponda

 

-     Ídem respecto del subsuelo, recursos naturales y recursos minerales.

  

-     Avances acelerados y notorios en la exploración y dominio del espacio exterior

 

-     Política de marcas propias en todos los rubros tanto en el ámbito interno como para exportar

 

-     Mercado interno próspero y de gran alcance

 

-     Comercio exterior de gran proyección


-     Industrialización plena y de avanzada con hincapié en la producción de lo que corresponde a la llamada “industria pesada”, la industria de tecnología de avanzada y de insumos de última generación

 

-     Aliento y condiciones para la modernización y competitividad de la agricultura, ganadería y economías regionales

 

 

-     Explotación de la minería en beneficio de la nación, las provincias y la población, con la debida preservación del ambiente

 

-     Generación y distribución de energía a la altura de las exigencias para el progreso y el bienestar colectivo

 

-     Particular atención a prestar a la cibernética, informática y digitalización de última generación, así como a la robótica

 

-     Infraestructura óptima que incluye la provisión de agua potable y otros suministros básicos

 

-     Ídem respecto de red vial que cubra todo el país

y comunique con países limítrofes y más lejanos

 

-     Ídem respecto de transportes terrestres, optimizando notoriamente ferrocarriles con una red extensa y medios de última generación

 

-     Ídem respecto de flota fluvial y marítima mercante

 

-     Ídem respecto del transporte aéreo

 

-     Ídem respecto de la edificación de escuelas, colegios, universidades, hospitales, centros de salud, etc.

 

-     Aliento, estímulos y planes para el turismo

 

-     Aliento, estímulos y planes para organizaciones de la sociedad civil destinadas a las actividades culturales, deportivas, recreativas y de fomento de lo social en distintas áreas

 

-     Fundamental en esta era es contar con producciones o realizaciones de altísimo nivel, gran proyección e internacionalmente competitivas en artes, cine, televisión, internet, redes virtuales y plataformas digitales.


También es de capital importancia el fomento del deporte, en todas las disciplinas deportivas y para toda la población, todos los estratos sociales y todas las edades, otorgando, además relevancia, a la alta competitividad

 

·       Políticas de preservación ambiental

 

-     Con la iniciativa y acción eficaz del Estado, de los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial de ámbitos nacionales y jurisdiccionales, la preservación del ambiente y del equilibrio ecológico debe ser una cuestión primordial.

 

-     Convocatoria a las organizaciones de la sociedad civil

 

-     Concientización de la población y de todos los actores y sectores

 

-     Prioridad en los programas de enseñanza de todos los niveles

  

-     Preservación, mejora y creación de parques nacionales, reservas naturales, espacios verdes, mar, ríos, lagos y aguas en general, de fauna y flora atendiendo primordialmente a selvas, bosques, especies en extinción animales y vegetales.

 

 

·       Políticas que hacen al bienestar común y la justicia social

 

-     Empleo digno para toda la población, propiciando la plena ocupación y la formalidad

 

-     Salarios acordes con lo implicado en el concepto de empleo digno

 

-     Ídem acerca de jubilaciones y pensiones

 

-     Asistencia decorosa a desempleados

 

-     Reformulación de raíz de las políticas impositivas, tanto con fines de una racionalidad moderna y eficaz como con la finalidad de garantizar la máxima justicia, obligando a la mayor tributación a los sectores con mayores recursos económicos, bienes, patrimonio, niveles de renta, potencialidad en la obtención de réditos, etc.


-     Igualdad plena y efectiva de derechos respecto de diversidad de género, pertenencias étnicas, estatus sociales, cultos reconocidos y otras diferencias

 

-     Atención y protección con todas las garantías y derechos para niñas, niños y adolescentes

 

-     Ídem para adultos mayores, ancianas y ancianos

 

-     Reconocimiento pleno y sin subterfugios de los derechos de las poblaciones originarias

 

-     Educación pública gratuita, de la mayor calidad, plenamente accesible y obligatoria en los niveles básicos primario y secundario para toda la población.

 

-     Educación pública superior gratuita, de calidad óptima y competitiva a nivel internacional y plenamente accesible para toda la población

 

-     Salud pública gratuita de alto nivel para toda la población

 

-     Vivienda digna para la totalidad de los habitantes


-     Crédito accesible a toda la población con fines de inversión productiva, vivienda y otros que hacen al bienestar personal, familiar o grupal

 

-     Política económica que estabilice las variables y asegure previsibilidad, ponga fin a la inflación, estimule la inversión y el crédito, aliente a las pymes.

 

A manera de cierre:

Nuestros gloriosos antepasados, así como las generaciones venideras nos reclaman una Argentina próspera y justa, una Argentina que se proyecte internacionalmente y que brinde todo el bienestar a quienes la habitamos, a quienes estudiamos, trabajamos, producimos y ponemos nuestras esperanzas y esfuerzos de toda índole en ella.

También merecemos ya vivir en un país que aspire a lo más y que brinde desde ahora oportunidades y bienestar.

No podemos caer en la trampa de suponer que hay que sacrificarse hoy en aras de un improbable mañana; aunque no parezca, el sacrificio genera una suerte de adicción que impulsa a más privaciones y dolor.

La Política es la herramienta por excelencia para tales cometidos y supone el protagonismo del Pueblo y la conciencia de Nación.



 

 

 

 

 

 

 

 


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