Rubén Rojas Breu
LA ERRADA TÁCTICA ELECTORAL
DE LA OPOSICIÓN A MILEI
Llamar
a votar contra Milei o la consigna “frenar a Milei” representan mero
tacticismo.
Se entiende
la desesperación que ocasiona un gobierno despótico, cerrilmente antinacional y
antipopular, pero no es el camino apelar a ese llamado o a esa consigna.
Llamar
a votar contra Milei revela la debilidad política de toda la oposición en todo
su espectro.
Se
está poniendo a Milei en el lugar que más le conviene y le gusta, el de
protagonista.
Se
llega a esto por letales carencias: falta de conducción, de Proyecto y de
estrategia.
Se
incurre en electoralismo y en dejarse llevar por los medios y las empresas
encuestadoras, instrumentos de los concentradores y factores de poder.
Interrogantes:
-
¿qué pasa si paradójicamente Milei aun perdiendo
se fortalece ya que son muy viables las opciones electoralistas de la
ultraderecha y la derecha, las cuales vaya a saber qué harían con los Milei? Es
alto el riesgo de que lo sostengan aunque condicionado y de acuerdo al dictado
yanqui
-
¿qué
pasa si la abstención (no concurrencia y voto en blanco) es elevada, lo cual es
muy posible?
-
¿qué pasa si la inacción dirigencial diluye
en un par de días lo que se logre en las urnas, tal como se viene haciendo al
desalentar las movilizaciones?
-
¿qué pasa con la composición del Congreso que
surja de estos comicios, la cual recién se establecerá a partir de diciembre,
dejando tiempo suficiente para que la barbarie libertaria termine de destruir y
de entregar?
Además
de lo antedicho, convocar a frenar a Milei ni siquiera interpreta el anhelo más
gritado por la población políticamente activa: que se vayan los Milei, no
alcanza con frenarlos.
El
plan antinacional y antipopular no solamente debe ser frenado sino reemplazado
por el de la emancipación y la realización para lo cual lo determinante son la
conducción, la organización, la estrategia y la movilización por todos los
medios de que se disponga.
Aun
cuando la oposición obtenga un resultado sobradamente favorable eso tiene que
reflejarse en una nueva composición del Congreso, el cual ha demostrado ser
contrario a los intereses populares o, en el mejor de los casos, inútil.
Esa
convocatoria a votar para frenar a Milei o para plebiscitarlo demuestra también
que las dirigencias y candidaturas de todo el espectro están completamente
divorciadas del Pueblo argentino, están a años luz de entender qué está pasando
y cuánto se está padeciendo.
Las
cosas son mucho más complejas que las que pueda interpretar, por un rato, un
resultado electoral. El resultado electoral favorable, que debería ser
contundentemente favorable, sólo servirá si se sigue de una movilización de
gran magnitud, como por ejemplo la de diciembre de 2001
Un resultado
electoral que exprese un terminante rechazo por los Milei sólo será eficaz si
la misma noche del domingo y en los días subsiguientes las calles y las plazas
se llenan hasta desbordar y si por todas partes se oyen voces estentóreas, cacerolas
y ruidazos reclamando enérgicamente acabar con esto.
No
sirve si el resultado se usa para esperar pasivamente al nuevo Congreso a
partir de diciembre porque ese nuevo Congreso no va a representar el reclamo
popular ni va a actuar contra la entrega.
Toda
la oposición firmó una suerte de pacto virtual o real para mantener este
institucionalismo seudo democrático, para seguir con el electoralismo, para
soportar y soportar hasta el 2027 y vaya a saber hasta cuándo.
Toda
la oposición -kirchnerismo, progresismo e izquierda- apuestan a un
institucionalismo seudodemocrático en el marco de un régimen político
institucional que ya caducó en 2001 y sostén de un régimen electoral agotado
que sólo sirve para mantener la politiquería de la cual tal oposición forma
parte protagónica.
En
esa apuesta decididamente contraria a los intereses nacionales, populares y de
trabajadores, pretenden llegar a 2027 aunque en el transcurso esta ultraderecha,
sus cómplices y sus mandantes yanquis nos hayan hecho trizas.
SOLAMENTE
EL PUEBLO PUEDE REDEFINIR TODO, no un resultado electoral ni los votados.
Rubén
Rojas Breu
Buenos
Aires, octubre 23 de 2025
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