lunes, 16 de diciembre de 2024

EN ARGENTINA, ¿DIVORCIO ENTRE LA POLÍTICA Y LA SOCIEDAD?

 


 

Rubén Rojas Breu

 

EN ARGENTINA, ¿DIVORCIO ENTRE LA POLÍTICA Y LA SOCIEDAD?

 

Se habla hasta la saturación de un divorcio entre la política y la sociedad argentina.

 

Veremos que esa afirmación contiene varios equívocos propios de quienes hacen un culto de lo fácil, de lo simplote, de lo sencillito.

Y de someterse mansamente a un presente desolador.

Podría decirse que se manejan de acuerdo a la época, una época en la que se celebra lo chabacano y en la que poco se le pide al pensamiento.

 

Voy en dirección opuesta a esa tendencia mentalmente empobrecedora, a la postre impulsora de la pobreza como tal.

 

Para afrontar la desastrosa realidad argentina actual se requiere, como nunca, enriquecer la teoría política, abandonada por académicos e intelectuales y degradada por dirigentes, analistas políticos, consultores, encuestadores, medios y redes.

 

De lo que se trata es de enriquecer la teoría política para la acción.

 

Una de las causas de que nuestro país sea gobernado por los libertarios y su caudillo asocial y anacrónico es la devaluación de la política tanto en la teoría como en la práctica, en la praxis.

 

Así que a arremangarse porque en esta publicación introduciré conceptos de mi cuño propios de un abordaje científico.

 

Defino a la Política como “la ciencia y la práctica que tienen por objeto interpretar las relaciones de poder y operar sobre ellas”.

 

Es clave la palabra “relaciones” ya que el poder no es una propiedad, no es algo de lo que alguien dispone ni algo que otorgue la divinidad como se creía en las épocas de los faraones y de las antiguas monarquías. O como se cree todavía por quienes se consideran representantes de un orden natural o ungidos por algún más allá.

 

El poder es una relación, o mejor aún, interacción entre actores, sectores o la totalidad de las organizaciones que conforman a la sociedad.

 

Defino así el poder:

 

“Poder es la capacidad para pasar de una situación dada A a una situación ideal o aspirada B en el seno de las interacciones entre distintos actores y sectores que demandan, procuran y/o ejercen dicha capacidad y el complejo contexto en el que tales interacciones se dan.

 

Hablamos de Política con todas las letras cuando está al servicio de construir, afirmar y ejercer poder en procura de la emancipación y realización del Pueblo y la Nación.

 

Contrariamente a esta definición, dirigencias, medios, redes, intelectuales y la población consideran indebidamente que “la política es lo que hacen los políticos”.

 

Recordemos que, también según la definición de mi autoría, “el Pueblo es la población políticamente culturalizada y organizada que tiene por objetivos la emancipación y realización de Pueblo y Nación de manera articulada”.

 

Coherentemente con tal definición el Pueblo se opone al despotismo en todas sus variantes y se diferencia de la masa.

 

Todas las dirigencias argentinas actuales están totalmente descaminadas al respecto.

 

La ultraderecha libertaria y sus aliados operan en contra de los intereses del Pueblo y de la Nación y se entiende así que levanten como bandera la antipolítica.

 

Las dirigencias kirchneristas, progresistas y de izquierda incurren en politiquería la cual, de acuerdo a las acepciones de la Real Academia. es “brujulear, andar sin rumbo fijo, hacer negocios turbios, tratar de política con superficialidad y ligereza, hacer política con intrigas y bajezas”.

 

Puede afirmarse que “dirigencia” es hoy una palabra vacía, despojada de sentido; lamentablemente.

 

De tal manera, a la pregunta del título cabe responder:

 

·      Que el divorcio no es entre la Política y la sociedad sino entre ésta y la politiquería

 

·      Que Milei, impulsado por la horda, escaló el abismo entre la politiquería y la sociedad.

 

·       Que es imperioso construir e impulsar la Política tal como acá la hemos descrito.

 

 

La dictadura sentó las bases de la antipolítica y el menemismo alentó la politiquería destruyendo la cultura política, las organizaciones políticas y la Política misma.

 

Todos los gobiernos que sucedieron al menemismo sumaron su contribución dando aire a la politiquería y sepultando la Política.

 

El gobierno despótico libertario, escudándose en el odio a los políticos, demuestra que no sabe qué es la Política y que su finalidad es destruir toda posibilidad de que la misma renazca.

En próximas publicaciones me ocuparé de mostrar que el odio de los libertarios va más allá de la Política, si se considera su hostilidad al Estado y a la preservación del planeta, entre otras cuestiones objeto de su saña.

 

Así que tenemos que recuperar y revitalizar la Política para concretar los objetivos arriba enunciados.

 

En la Argentina y países hermanos si la Política no sirve a esos elevados objetivos para el Pueblo y la Nación, se cae en la politiquería la cual, intencional o inconscientemente, opera en favor de las clases dominantes, de las potencias y de las grandes corporaciones locales y globales.

 

Esta publicación es un aporte para tal meta, en la convicción de que alumbrar científica y teóricamente la cuestión es el comienzo del camino.


Rubén Rojas Breu

Buenos Aires, diciembre 16 de 2024

 

 


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