jueves, 20 de febrero de 2025

HERMANOS MILEI

 



 

Rubén Rojas Breu

 

LA FRATRIA MILEI

 

De acuerdo al diccionario de la RAE estas son las acepciones de fratria que valen para esta publicación: “conjunto de hijos de una misma pareja” y -la más a propósito-, “sociedad íntima, hermandad, cofradía”.

 

El tipo de estafa que acaban de cometer es un indicador de todo un patrón de comportamiento de los Milei, patrón de comportamiento que se dio a lo largo de su vida por lo que se va denunciando y que fue muy notorio en su campaña electoral, en sus actos de gobierno y en el trato que dispensan a las personas, empezando por colaboradores o amistades.

 

 

Son ejemplos de tal tipo de trato Ramiro Marra, Cavallo y su hija, Mondino y continúa una inacabable lista a la que se van a sumar nuevos nombres, incluyendo, según se dice, Santiago Caputo.

 

Ese patrón de comportamiento consiste en “INFLAR Y DESCARTAR”: inflaron Libra y la descartaron cuando ya habían hecho negocio.

Lo mismo se va sabiendo por la comisión de otros delitos o irregularidades: cohecho, transgresión de la ética pública, asociaciones ilícitas, fraudes varios.

 

Inflar y descartar.

 

Inflaron a la casta como enemigo para atraer a la masa manipulable y en el gobierno la descartaron como blanco de ataque para subordinársele.

 

Inflaron promesas demagógicas (reducción de impuestos o control de tarifas) y luego las descartaron gobernando.

 

Inflaron figuras y colaboradores a los cuales después echaron al incinerador o guillotinaron, como les gusta decir.

 

Inflar y descartar, ensalzar y guillotinar, sobreprometer y defraudar: todo es un mismo patrón según el cual nada vale ni nadie es respetado fuera de la fratria.

 

A esta altura tendríamos que estar analizando y celebrando la caída, la destitución o, por lo menos, la renuncia de los hermanos Milei.

 

Sucede que las mismas condiciones que los llevaron a gobernar se mantienen inalterables, desde hace décadas ya, y son las que explican por qué todavía siguen en la Rosada y en Olivos y viajando por su país amo.

 

Tales condiciones sobre las cuales me he explayado sobradamente en infinidad de publicaciones, disertaciones, reuniones y clases son: la decadencia cultural, social y política, el atraso fenomenal y el debilitamiento atroz de las instituciones.

 

Nadie entre quienes disponen de poder quiere asumir su responsabilidad ni reconocer que si no destituyeron a esta fratria es porque:

 

-    Carecen de capacidad de convocatoria y de aptitud

 

-    Prefieren conformar a la masa, subordinarse a las grandes corporaciones y dar bola a los medios, a las redes virtuales y a las empresas encuestadoras, en vez de escuchar al Pueblo.

 

 

-    Esperan, en modo cipayo y servil a lo que haga la justicia yanqui, justicia que permitió que Trump llegue a la presidencia, justicia que a lo largo de dos siglos y medio dio sobradas muestras de complacencia o de complicidad con delincuentes, en tanto respondan al supremacismo blanco y sean potentados.

 

Si a Milei lo juzgan en EEUU es por sudaca, así nomás, y es penoso que medios que se dicen nacionales y populares y la oposición estén esperando eso.

 

La fratria Milei debe ser destituida, juzgada y sentenciada en la Argentina por argentinas y argentinos.  

 

Es, entonces, imperdonable que a esta altura ni la oposición en todo su espectro ni el Congreso ni el Poder Judicial hayan resuelto acabar con esta fratria incalificable.

 

No van justificaciones de que están evitando algo peor como el reemplazo por Villarruel o el descalabro institucional.

 

Basta de supercherías, de extorsiones y de amenazas.

 

Bochornosa, vergonzosa tanta inacción, tanto más cuanto estamos bajo la lupa o recibiendo reproches y burlas en el planeta.

Lo que es todavía peor, hacia adentro de nuestras fronteras, se está convalidando o premiando la corrupción, los comportamientos delictivos, lo lumpen; también, se está desestimulando o maltratando a quienes laburan y a quienes se comprometen social y políticamente.

 

La fratria Milei se caracteriza por un vínculo sólidamente simbiótico, sincrético, como unida por un cordón umbilical.

 

Hermana y hermano son cara y ceca de una moneda, son como siameses.

 

Separados carecen de toda identidad.

 

La hermana es quien, inconscientemente, posibilita que su hermano se adapte, muy precariamente, a la vida en sociedad.

 

El hermano es quien, también inconscientemente, le da a la hermana la posibilidad de sustento y de identidad.

 

La una sin el otro o él sin ella, caen en un desequilibrio inmanejable, derrapan, se derrumban, se disuelven psíquica y socialmente.

 

La fratria Milei es un emergente brotado de la decadencia, de la tremenda caída en la endogamia en la que está inserta la sociedad argentina.

 

La endogamia implica identificación extrema entre personas y grupos, al interior de todas y cada una de las organizaciones.

 

Identificación sin diferenciación, sin reconocimiento del otro como distinto con quien se interactúa y sin Proyecto.

 

Cuando la endogamia se naturaliza y se  absolutiza, propicia la aversión a la ciencia, la aversión a la Política, el retorno de comportamientos primitivos incluyendo la violencia física y verbal, la hostilización hacia todo, el desprecio por los otros, entre otras calamidades.

 

La fratria Milei representa en su mayor voltaje a esa endogamia tan generalizada y tan presente en las dirigencias, medios, intelectuales y, también, en las grandes corporaciones que aquí operan.

 

La fratria Milei indudablemente desde edad muy temprana funciona en ese registro tan simbiótico, de tanto apego o pegoteo.

 

La simbiosis se disuelve, maduramente, por la intervención del Tercero, de las figuras, grupos y organizaciones que encarnan a la sociedad.

 

No se trata del “Padre” de la Ley del Padre de la teología del psiquiatra francés Lacan, teología cuya influencia sirvió y sirve para impulsar el apoliticismo, el patriarcalismo y la derechización espantosa en la que se cayó y que nos trajo a los Milei.

 

Se trata del Tercero que representa a lo social y, dentro de lo social, fundamentalmente a la Política y las instituciones a cargo de lo público.

 

Los Milei están huyendo hacia adelante con el único fin de preservar su simbiosis, su apego.

 

Reprimir a jubilados ayer o avanzar contra el Banco Nación son acciones que indican esa huida hacia adelante, un tipo de acciones en las que persistirán si no se termina con su mandato.

 

Pero lo que no hagan el Congreso, las instituciones o las dirigencias, lo hará el tercero por excelencia, el Pueblo, u otros como la “justicia” yanqui o la jueza Servini si es arrinconada contra las cuerdas o alguna otra intervención de las que están en ciernes.

 

Porque en el destino inexorable de la fratria Milei está su separación, esa separación que evitaron durante más de cincuenta años de vida.

 

Esa separación, que conlleva su caída, va a ser sumamente traumática para ellos, pero les va a llegar, de una manera o de otra.  

 

Confío para ese logro, como siempre, en el único Tercero que tiene la capacidad de transformar de raíz en busca de su emancipación y de su realización: como ustedes bien saben, el Pueblo.

 

Rubén Rojas Breu

Buenos Aires, febrero 20 de 2025


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