Rubén
Rojas Breu
LA
FRATRIA MILEI
De
acuerdo al diccionario de la RAE estas son las acepciones de fratria que valen
para esta publicación: “conjunto de hijos de una misma pareja” y -la más a
propósito-, “sociedad íntima, hermandad, cofradía”.
El
tipo de estafa que acaban de cometer es un indicador de todo un patrón de
comportamiento de los Milei, patrón de comportamiento que se dio a lo largo de
su vida por lo que se va denunciando y que fue muy notorio en su campaña
electoral, en sus actos de gobierno y en el trato que dispensan a las personas,
empezando por colaboradores o amistades.
Son
ejemplos de tal tipo de trato Ramiro Marra, Cavallo y su hija, Mondino y continúa
una inacabable lista a la que se van a sumar nuevos nombres, incluyendo, según
se dice, Santiago Caputo.
Ese
patrón de comportamiento consiste en “INFLAR Y DESCARTAR”: inflaron Libra y la
descartaron cuando ya habían hecho negocio.
Lo
mismo se va sabiendo por la comisión de otros delitos o irregularidades:
cohecho, transgresión de la ética pública, asociaciones ilícitas, fraudes
varios.
Inflar
y descartar.
Inflaron
a la casta como enemigo para atraer a la masa manipulable y en el gobierno la
descartaron como blanco de ataque para subordinársele.
Inflaron
promesas demagógicas (reducción de impuestos o control de tarifas) y luego las
descartaron gobernando.
Inflaron
figuras y colaboradores a los cuales después echaron al incinerador o
guillotinaron, como les gusta decir.
Inflar
y descartar, ensalzar y guillotinar, sobreprometer y defraudar: todo es un
mismo patrón según el cual nada vale ni nadie es respetado fuera de la fratria.
A
esta altura tendríamos que estar analizando y celebrando la caída, la
destitución o, por lo menos, la renuncia de los hermanos Milei.
Sucede
que las mismas condiciones que los llevaron a gobernar se mantienen
inalterables, desde hace décadas ya, y son las que explican por qué todavía siguen
en la Rosada y en Olivos y viajando por su país amo.
Tales
condiciones sobre las cuales me he explayado sobradamente en infinidad de publicaciones,
disertaciones, reuniones y clases son: la decadencia cultural, social y política,
el atraso fenomenal y el debilitamiento atroz de las instituciones.
Nadie
entre quienes disponen de poder quiere asumir su responsabilidad ni
reconocer que si no destituyeron a esta fratria es porque:
-
Carecen de capacidad de convocatoria y de
aptitud
-
Prefieren conformar a la masa, subordinarse a
las grandes corporaciones y dar bola a los medios, a las redes virtuales y a las
empresas encuestadoras, en vez de escuchar al Pueblo.
-
Esperan, en modo cipayo y servil a lo que
haga la justicia yanqui, justicia que permitió que Trump llegue a la presidencia,
justicia que a lo largo de dos siglos y medio dio sobradas muestras de complacencia
o de complicidad con delincuentes, en tanto respondan al supremacismo blanco y
sean potentados.
Si a
Milei lo juzgan en EEUU es por sudaca, así nomás, y es penoso que medios que se
dicen nacionales y populares y la oposición estén esperando eso.
La fratria Milei debe ser
destituida, juzgada y sentenciada en la Argentina por argentinas y
argentinos.
Es,
entonces, imperdonable que a esta altura ni la oposición en todo su espectro ni
el Congreso ni el Poder Judicial hayan resuelto acabar con esta fratria
incalificable.
No
van justificaciones de que están evitando algo peor como el reemplazo por
Villarruel o el descalabro institucional.
Basta
de supercherías, de extorsiones y de amenazas.
Bochornosa,
vergonzosa tanta inacción, tanto más cuanto estamos bajo la lupa o recibiendo
reproches y burlas en el planeta.
Lo
que es todavía peor, hacia adentro de nuestras fronteras, se está convalidando
o premiando la corrupción, los comportamientos delictivos, lo lumpen; también,
se está desestimulando o maltratando a quienes laburan y a quienes se comprometen
social y políticamente.
La
fratria Milei se caracteriza por un vínculo sólidamente simbiótico,
sincrético, como unida por un cordón umbilical.
Hermana
y hermano son cara y ceca de una moneda, son como siameses.
Separados
carecen de toda identidad.
La hermana
es quien, inconscientemente, posibilita que su hermano se adapte, muy precariamente,
a la vida en sociedad.
El
hermano es quien, también inconscientemente, le da a la hermana la posibilidad
de sustento y de identidad.
La
una sin el otro o él sin ella, caen en un desequilibrio inmanejable, derrapan,
se derrumban, se disuelven psíquica y socialmente.
La
fratria Milei es un emergente brotado de la decadencia, de
la tremenda caída en la endogamia en la que está inserta la sociedad argentina.
La
endogamia implica identificación extrema entre personas y grupos, al interior
de todas y cada una de las organizaciones.
Identificación
sin diferenciación, sin reconocimiento del otro como distinto con quien se
interactúa y sin Proyecto.
Cuando
la endogamia se naturaliza y se absolutiza, propicia
la aversión a la ciencia, la aversión a la Política, el retorno de
comportamientos primitivos incluyendo la violencia física y verbal, la hostilización
hacia todo, el desprecio por los otros, entre otras calamidades.
La
fratria Milei representa en su mayor voltaje a esa endogamia tan generalizada y
tan presente en las dirigencias, medios, intelectuales y, también, en las
grandes corporaciones que aquí operan.
La
fratria Milei indudablemente desde edad muy temprana funciona en ese registro
tan simbiótico, de tanto apego o pegoteo.
La simbiosis
se disuelve, maduramente, por la intervención del Tercero, de las figuras,
grupos y organizaciones que encarnan a la sociedad.
No se
trata del “Padre” de la Ley del Padre de la teología del psiquiatra francés
Lacan, teología cuya influencia sirvió y sirve para impulsar el apoliticismo, el
patriarcalismo y la derechización espantosa en la que se cayó y que nos trajo a
los Milei.
Se
trata del Tercero que representa a lo social y, dentro de lo
social, fundamentalmente a la Política y las instituciones a cargo de lo
público.
Los
Milei están huyendo hacia adelante con el único fin de preservar su simbiosis,
su apego.
Reprimir
a jubilados ayer o avanzar contra el Banco Nación son acciones que indican esa huida
hacia adelante, un tipo de acciones en las que persistirán si no se termina con
su mandato.
Pero
lo que no hagan el Congreso, las instituciones o las dirigencias, lo hará el
tercero por excelencia, el Pueblo, u otros como la “justicia” yanqui o la jueza
Servini si es arrinconada contra las cuerdas o alguna otra intervención de las
que están en ciernes.
Porque
en el destino inexorable de la fratria Milei está su separación, esa separación
que evitaron durante más de cincuenta años de vida.
Esa
separación, que conlleva su caída, va a ser sumamente traumática para ellos,
pero les va a llegar, de una manera o de otra.
Confío
para ese logro, como siempre, en el único Tercero que tiene la capacidad de transformar
de raíz en busca de su emancipación y de su realización: como ustedes bien
saben, el Pueblo.
Rubén
Rojas Breu
Buenos
Aires, febrero 20 de 2025
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