Rubén
Rojas Breu
“Focus
groups” y encuestas:
abrevaderos
de la manipulación
Una suerte de imperativo me impulsa a
expedirme sobre estos temas, ya que es de conocimiento muy público que
gobernantes y dirigentes de toda laya están pendientes de lo que surge de la
aplicación de tales técnicas para tomar decisiones.
Los avales con que cuento para sentar mi
posición con suficiente autoridad son:
- que se trata de cuestiones que encajan de lleno con mi especialidad como investigador de los comportamientos sociales, de los comportamientos políticos y de los comportamientos de la interacción entre las organizaciones, la sociedad y lxs ciudadanxs.
- que a lo largo de más de 40 años de trayectoria he sumado experiencia en las técnicas de indagación y de exploración de las organizaciones y los públicos e, incluso, he creado técnicas para tales fines.
- que he desarrollado profusa teoría sobre estas cuestiones, sobre todo en el marco de mi producción más ambiciosa, el Método Vincular, el cual tiene justamente por objeto la interacción entre las organizaciones o entre éstas y sus públicos.
Aclaro que el entrecomillado de “focus
groups” obedece a que, abiertamente, descalifico tal denominación y el concepto
que apaña, surgidos del empirismo anglosajón, más específicamente de los EEUU
de Washington ya que se atribuye su creación al discutible Robert Merton. Se
llaman así porque se trata de reunir a un número de personas (normalmente entre
seis y diez) que, por medio de un coordinador, se centran o enfocan en un determinado
tema; a tal punto es la restricción que una función de tal coordinador, atado a
un cuestionario casi cerrado, es evitar
que los integrantes de tal grupo se salgan del tema o incurran en asociaciones
libres: es un vicio empirista típico, además de voluntarista, ya que habla de la incapacidad de tornar
pertinente en una indagación lo que puede parecer no pertinente.
Son reuniones en las que se disciplina con el
objeto de que el coordinador y su contratante logren las respuestas que a ellos
interesan más que brindar las condiciones para la reflexión, el debate, la
puesta en escena de la imaginación, la profundización de las problemáticas. Esas reuniones pueden ser observadas por
clientes y otros interesados a través de la clásica cámara de Gesell o por
medio de sus versiones actuales posibilitadas por la computación, viendo a
distancia las reuniones a través de un monitor o pantalla.
Dejo en claro, sucintamente y sólo con
finalidad comparativa, que por mi parte empleo las reuniones o grupos de
indagación operativa, una modalidad francamente diferenciada: máxima apertura
para encarar los temas previstos y las cuestiones que van surgiendo,
favoreciendo las condiciones para el debate y creando las condiciones para que emerja
toda la diversidad de opiniones. Desde luego, resulta así más difícil para un
coordinador, habitualmente formateado para ajustarse a lo que puede controlar.
Como puede verse, en la descripción que hago
de los llamados “focus groups”, de su coordinación y de la mirada inquisitiva y
censora del contratante, lo dominante y
excluyente es la manipulación.
Se espera de esos grupos que respondan
únicamente lo que es de interés del contratante; por tomar un ejemplo actual,
si a un grupo de tal naturaleza se le plantea la disyuntiva cerrada acerca de a
quién dan la razón, si al policía del gatillo fácil o al cuasi niño asesinado
por la espalda todas las probabilidades juegan a favor del primero. Felices entonces el coordinador o la
consultora a la que pertenece porque el resultado salió prístino y claro. Felices
los contratantes que ya tienen para decir o para fijar políticas acordes con lo
que “espera la gente”.
Por su parte, las encuestas, revestidas del
manto de una cientificidad ficticia y simuladora, con otra modalidad, también se basan en la
lógica de los llamados focus groups; cuestionarios cerrados o apenas abiertos,
y muy eventualmente, preocupación por el tamaño de la muestra más que por su
conformación, tratamiento del encuestado como un respondente encorsetado,
ausencia de pedido de razones acerca de por qué responde como responde. Es
decir, las cosas hechas como para después satisfacer al contratante y publicar
que “la gente opina tal cosa”, “la imagen de tal dirigente, o de tal marca, o
de tal institución es buena, muy buena”, “la gente espera que…”. Uno de tantos
errores con que se encaran las encuestas es que no consideran las escalas de
evaluación según en nivel de cultura y compromiso social o político de lxs
encuestadxs
Así, a pesar de los milenios transcurridos,
la escena primordial sigue vigente: el rey o el conquistador visitan al oráculo
que habrá de darle la respuesta deseada. Así, los gobernantes y dirigentes
actuales reencarnan a monarcas y nobles en tanto estos consultores resucitan a
los sofistas, alquimistas, adivinos o los sabihondos místicos que brindaban
seguridades o les daban letras a tales monarcas y nobles. Así, los personajes
de los médicos que abruman con sus parlamentos o intervenciones en “El enfermo
imaginario” de Moliére mantienen tanta vigencia.
Debo decir con dolor que muchos se han
formado conmigo o han estudiado mis textos y es triste ver cómo tiraron por la
borda las enseñanzas que tanto me costó parir y en las que tanta vocación así
como conocimiento y experiencia puse.
La manipulación nació con la humanidad, tiene
mil caras y procede de mil maneras, pero hoy dispone de estas técnicas, los
focus groups y las encuestas tal como las que aquí he descrito, para abrevar,
para alimentarse.
Porque el aparato manipulador no requiere
conocer al otro, no busca conocer la opinión en profundidad, no procura diseñar
una estrategia, no está interesado en saber con qué se cuenta para desarrollar
a nuestro país y países potergados, no procura garantizar la justicia social, política y económica,
no se preocupa por los derechos de los trabajadores ni de los niños ni de las
mujeres ni de los ancianos, no sabe o no quiere saber qué significa un pueblo.
No, para nada tiene tales inquietudes.
El aparato manipulador sólo quiere saber por
dónde entrarle a la población, a electores, a los consumidoras/es o a usuarias/os
para imponer su voluntad, Y ya se sabe, la voluntad del aparato manipulador
circula por los carriles del despotismo, de la explotación, de dar el gusto a
quienes concentran en el planeta el poder social, cultural, político y
económico.
En lugar de estos artificios de la manipulación, carentes de todo sustento epistemológico, recomiendo la investigación social cualitativa basada en mi creación el Método Vincular.
Se puede consultar mi artículo "La investigación social cualitativa como herramienta primordial de la dirección estratégica" en rubenrojasbreu.blogspot.com
Bibliografía de consulta
Rubén Rojas Breu (2002) Método Vincular. El valor de la estrategia. Primera edición. Buenos
Aires. Ediciones Cooperativas de Buenos Aires.
Rubén Rojas Breu (2021). La investigación cualitativa como
herramienta primordial de la dirección.estratégica Segunda edición en rubenrojasbreu.blogspot.com Primera edición. Buenos Aires. CIAP FCE UBA.2012
Rubén Rojas Breu, setiembre 2016
No hay comentarios.:
Publicar un comentario