miércoles, 27 de noviembre de 2024

MILEI UNIO A TODO EL PLANETA

 



 

Rubén Rojas Breu

 

 

MILEI UNIÓ AL PLANETA

 

Quizá este título sorprenda, pero en las líneas que siguen se descifra el enigma que encierra.

 

Mi afirmación acerca de Milei unió al planeta se basa en varias fuentes: información que me fue enviada por una generosa compañera, personas de mi conocimiento que viven en el exterior en posiciones relevantes, sobre todo en Europa, y noticias que circulan en medios, sobre todo especializados extranjeros.

 

Efectivamente Milei unió a todos los países, sus gobiernos y, en buena medida, a sus poblaciones en un punto y en un mismo sentimiento: la falta de respeto y de credibilidad en él.  

 

Dicho de otro modo, por estas horas, el caudillo libertario no goza del respeto ni de la consideración de ningún país y tampoco del Vaticano.

Sus supuestos amigos yanquis, Trump y Musk, lo ven o lo tratan como un bienmandado, como un personaje sumiso y cándido que se les regala y al que se contenta con sonrisas.

 

Gobernantes y líderes de los otros países lo visualizan como el alborotador al que hay que amordazar y poner en un rincón para que los mayores puedan tratar los asuntos de gran importancia, tanto más cuando el mundo está hoy tan convulsionado por guerras que pueden poner fin a la paz global; el miedo a una tercera guerra mundial, a una conflagración nuclear, crece a cada hora.

 

Ni siquiera lo valoran los ultraderechistas de otros países. La italiana Meloni lo puso en caja en el G20 y ya desde antes, al poco tiempo de asumir Milei.  

 

Milei llegó a ocupar la presidencia sin tener noción del país real, sin saber en qué país vive y, mucho menos, en qué mundo.  

 

Se dirá que no es así dado que ganó las elecciones de una manera contundente como si tal hecho garantizara que el elegido es un conocedor experto: remite a la ancestral creencia “vox populi, vox dei”, creencia que no distingue entre pueblo, masa, gente, opinión pública, horda.

Una creencia falaz, francamente boba.  

 

Lo que sucede es que quienes lo votaron tampoco saben en qué país viven y acerca del mundo, “te la debo”, repitiendo las palabras del autodidacta de Barrio Parque, mentor frustrado de Milei, padrino de Caputo y expresidente que nos endeudó, atrasó y empobreció estrepitosamente, más de lo que ya estábamos desde la dictadura.

  

Tanta es la decadencia en la que estamos sumergidos y tan férrea la cultura endogámica que, efectivamente, millones de argentinas y de argentinos no tienen idea cierta de qué es verdaderamente la Argentina, de cómo son las cosas en el planeta ni de en qué tiempos estamos.

La situación es gravísima: dirigentes de todo el espectro político y de todos los sectores, gobernadores, legisladores, referentes, periodistas y punteros desconocen su propio país y muestran descomunal ignorancia sobre el mundo.

 

En consecuencia, afrontamos una disociación de altísimo voltaje: todos los antedichos y una parte de la población respeta o tiene miedo a un ocasional presidente que ningún país valora ni tiene seriamente en cuenta.

 

Se rinden acá dentro de quien se desprestigia afuera.

 

Gobernantes de las potencias y de países hermanos, como Brasil, Colombia y Chile, se tienen que hacer cargo de sofrenar a Milei y a los suyos para cuidar a la Argentina, para cuidarnos en el mundo.

Inconcebible.

 

Los de afuera tienen que ocuparse de salvarnos las ropas mientras los de adentro, los de acá, transan, se someten, juegan a los internismos, declaman, muestran respeto o evidencian temor.

 

Decadencia y endogamia, un par que se retroalimenta, un par que se sostiene como borrachos, un par que genera un inacabable círculo vicioso, nos viene llevando a estas ruinas desde la dictadura terrorista de estado hasta ahora.

 

¿Queda claro la importancia estratégica de elevar la cultura política, de organizarse, de construir una conducción política, de generar teoría, conceptos y análisis realmente innovadores y medulares, de convocar con amplitud, de impulsar a una acción verdaderamente colectiva?

 

¿Queda claro que hay que terminar con declamaciones, sectarismos, chiquitaje, miradas de corto alcance?

 

¿Queda claro que hay que pensar y operar en grande por la Argentina y nuestro pueblo al mismo tiempo que hay que evitar a toda costa el aislamiento internacional, en modo troglodita, al que este gobierno despótico y sus aliados nos está llevando?

 

Rubén Rojas Breu

Buenos Aires, noviembre 27 de 2024

 


lunes, 25 de noviembre de 2024

IMPOTENCIA Y DESORIENTACIÓN EN ARGENTINA

 



 

Rubén Rojas Breu

 

IMPOTENCIA Y DESORIENTACIÓN

 

“¿Cuál es el límite de esta gente? Porque cada día se superan más para arrasar con todo.”

 

Esta expresión es de un participante de la asamblea barrial de la cual participo; participo a la distancia porque el sectarismo, los debates congelados, las rutinas y los rituales, en ese ámbito, dominan la escena.

 

La expresión de ese honesto asambleísta revela impotencia y desorientación.

Y agréguese: desesperanza, futuro incierto, pesadumbre, desazón y todas las sensaciones similares que las lectoras y los lectores puedan añadir.

 

Entre las mayorías politizadas que están intentando resistir el avasallamiento del gobierno despótico libertario, todas esas manifestaciones del ánimo que representan pesares mayúsculos se abren paso con movimiento crecientemente acelerado.

No es para menos.

 

Para más, por servilismo con el imperialismo yanqui, por sumisión a las grandes corporaciones, por adhesión a valores retrógrados y por su odio a liderazgos y posiciones que sintonizan positivamente con los tiempos que vivimos, estamos con un gobierno que está distanciando o enfrentando a nuestro país con pueblos y naciones hermanas, cometiendo desmanes en las Naciones Unidas y en otras organizaciones y foros internacionales y hasta ofendiendo al Papa.

En este momento está desairando a la hermana Uruguay y su flamante presidente electo.

 

Tal como están las cosas hoy, tres alternativas se avizoran para el curso de los acontecimientos:

 

·       Una primera alternativa es la de que el gobierno se vaya afirmando a fuerza de represión, del uso cerril de las redes virtuales, de avances desenfrenados en pos de sus fines inconfesables, de transas con representantes de la oposición, con los sindicatos y con los gobernadores y, también, gracias al aval que le otorgan los decisivos factores de poder locales y globales incluyendo a los medios de comunicación dominantes y, cuándo no, contando con los favores que le hacen las empresas encuestadoras.

Por supuesto, contribuye también a la posibilidad de que el gobierno se mantenga sólidamente en píe el accionar de la horda que lo generó y catapultó, horda que acaba de proclamarse “brazo armado”.

 

·       Una segunda alternativa, es la de la implosión de LLA y su gobierno, emergiendo de sus propias filas y de su horda una nueva configuración y nuevos liderazgos con disposición para ejercer poder. Tambores suenan.

 

·       La tercera alternativa es una explosión popular a la manera de 2001.

Cierto es que el Pueblo está dando la pelea, claro que, en soledad, sin conducción política y sin la organización eficaz que se requiere.

 

Como se ve, en ninguna de las alternativas se vislumbra una opción que surja de las fuerzas políticas, sociales y gremiales supuestamente opositoras.

Éstas están en la complacencia, en la inacción o en la incapacidad para abrir, ni siquiera, la más estrecha senda.

Nada por acá, nada por allá.

 

El kirchnerismo o el cristinismo no generan ya expectativas ciertas ni cuentan con la energía ni la aptitud para encarar esta coyuntura y tampoco están a la altura de lo que requieren el Pueblo y la Nación. Nunca lo estuvieron, aunque ilusiones mediante haya parecido que sí, en lo que va del siglo.

No tiene sentido que me extienda acá al respecto.

 

 

El progresismo, desde el PC hasta el radicalismo alfonsinista y las variantes que haya en el medio, es un remanente, una versión paródica, de los 60 o de los 80, décadas en las que casi brilló.

 

La izquierda clasista pervive en su reducto, sin más aspiraciones que la de mostrarse activa en las calles, en las redes y en los medios, a la espera de un lejano e improbable porvenir en el que, por fin, la lucha de clases y el internacionalismo proletario se encarnen.

 

En todo el espectro de toda la oposición se dan todas las carencias: carencia de proyecto, carencia de estrategia, carencia de conceptos y de ideas, carencia de convocatoria, carencia de creatividad.

 

En particular, se siguen elaborando análisis ya superados por el paso del tiempo, análisis infértiles y faltos de utilidad para dar cuenta en profundidad de esta coyuntura.

 

 

Con un gobierno de obtusos, ineptos y violentos como éste es muy fácil demostrar de manera contundente su impericia y su debilidad.

Y de operar en consecuencia.

 

Pero esta oposición escuálida no tiene ni la ambición ni la inteligencia para encaminar las cosas en la dirección deseable.

 

Es una oposición que se ata a la percepción de que “una parte de la sociedad” está en actitud de espera como si esa “parte de la sociedad” tuviera significación política.  

 

Puede parecer que desparramo pesimismo, pero téngase en cuenta que soy el mensajero, el chasqui exhausto por tanto cabalgar en medio de tanta depredación de la extrema derecha gobernante y de tanta abulia por parte de quienes deberían reaccionar y ni siquiera escuchan.

 

Considérese que, en un contexto tan desolador, de tanta incultura política y de tanta falta de ideas, mis análisis son como un brote de hierba en alguna piedra del Valle de la Luna o del paisaje árido que pueda venir a la mente de quien lea esto.

 

Créase que al seguir publicando estoy manifestando optimismo, porque cómo lo haría si no tuviera la esperanza y hasta la certeza de que se puede construir un curso promisorio.

 

Como reiteré tantas veces, se requiere de Proyecto, de conducción política y de organización eficaz.

 

Se trata también, tal como lo hago, de generar teoría política, de elaborar análisis originales de alta complejidad y de volcar toda esa producción en la praxis y en las prácticas transformadoras.

 

Rubén Rojas Breu

Buenos Aires, noviembre 25 de 2024

 

 


domingo, 17 de noviembre de 2024

LAS DISOCIACIONES DE MILEI

 

 

 

Rubén Rojas Breu

 

LAS DISOCIACIONES DE MILEI

 

Se conmemora hoy, 17 de noviembre, el primer retorno de Perón, conmemoración que dio lugar a que bautizáramos como “Día de la militancia” a esta fecha.

 

Aquel 17 de noviembre de 1972, en estas horas, estábamos enfrentando como podíamos la violenta represión de las fuerzas armadas y de seguridad, en el intento, frustrado, de llegar al aeropuerto de Ezeiza para recibir al Viejo.

 

Había lucha, proyecto, y la esperanza cierta, íntima y visceral de que la liberación y la realización como Pueblo y como Nación estaban casi al alcance de la mano. Y por cierto que estuvieron ahí, a punto de concretarse.

 

Hoy, 50 años después, lejos todavía de la emancipación y la realización, aunque esperanzadas y esperanzados y dando la pelea, nos encontramos con la desolación causada por un régimen absolutista, encabezado ocasionalmente por Milei y las hordas libertarias.

 

Está en la Argentina el presidente francés Macron en búsqueda de un imposible: persuadir al caudillo libertario para que en el G20 se interese por el desastre ecológico que sufre el planeta y se acerque a un pacto entre el Mercosur y la Unión Europea.

 

Macron, el gobierno y la diplomacia francesas, al igual que muchas argentinas y argentinos no saben que al respecto los libertarios son una “roca viva”, expresión acuñada por Freud.

 

Quizá no caen en la cuenta del mecanismo que moviliza a Milei y su troupe y que paso a describir: por obra de tal mecanismo, Macron, así como las argentinas y los argentinos somos relegadas y relegados, ninguneadas y ninguneados.

 

Un mecanismo simultáneamente psíquico y social que da cuenta de la cerrada y obtusa posición del libertario y los suyos es el de la disociación, escisión o clivaje por el cual se bifurca la persona o su grupo de pertenencia entre una adhesión tenaz a un objeto idealizado y, al mismo tiempo, un rechazo enfermizo por un objeto al que se denigra.

 

El reciente viaje impúdico de Milei, su hermana y su séquito al país yanqui deja en claro cómo opera este mecanismo psíquico y social:

 

Por un lado, idealización de lo yanqui, encarnado y encabezado por Trump, Elon Musk y Silvester “Rocky” Stallone y con la presencia de jefes de corporaciones y figurones del anexionista país del Norte.

 

Tenemos entonces identificado al OBJETO IDEALIZADO.

 

Por otro lado, se denigra al propio país de pertenencia y, lo que agrava la cosa, todo lo que no sea yanqui: Francia y Macron caen en esa volteada. Los gestos amables, incivilidad de los Milei incluida, son mera actuación, no pasan de eso.

 

La Argentina, con todas y todos los que estamos dentro de ella, somos descartables, denigrables, defectuosas y defectuosos.

 

Tenemos así identificado al OBJETO DENIGRADO.

 

Ese mecanismo de disociación es primitivo. Es primitivo en la Historia ya que remite a la antigüedad más ancestral.

Es primitivo también en el desarrollo de las personas ya que es propio de los estadios iniciales, de los bebés que por cierto son manantiales de ternura a diferencia de adultos bestiales, bebés que, amor mediante, madurarán.

De tal manera, más infradesarrollo, más involución, más primitivismo que, el que exhiben los libertarios, no se puede encontrar.

 

Esa disociación psíquica y social se complementa con la que opera en la masa que vota y que apoya al gobierno libertario, masa que también tiene cierto desmedido gustito por lo yanqui por tanta penetración cultural.

 

Se trata de la disociación psíquica y social denominada “identificación con el agresor”, postulada por Sandor Ferenczi, Melanie Klein y Ana Freud, y a la cual incluyo acá en una versión que la hace aplicable.

 

La identificación con el agresor consiste en el mecanismo por el cual la víctima de agresión o daño se convierte en lo que el agresor le exige, actuando como dicho agresor y/o empatizando con tal maltratador.

Es similar al difundido “síndrome de Estocolmo”.

 

La masa como señalé reiteradamente no solamente difiere radicalmente del Pueblo, sino que a menudo toma posición en favor de quienes buscan destruirlo, de quienes buscan destruir al Pueblo.

 

La masa, identificándose con el agresor, apoya los planes de ajuste descomunalmente cruel que tal agresor o agente de daño aplica, en la convicción inconsciente de que el castigo divino es el camino a la redención.

 

No abundo más porque esto ya se me hizo muy extenso.

 

Resumo:

 

Milei y los suyos disocian entre

-     lo idealizado, país yanqui liderado por sus poderosos,

y

-     lo denigrado, la Argentina y, por arrastre, América Latina e inclusive el resto del planeta; por lo tanto, frustración para Macron.

 

Complementariamente, la masa que apoya y vota a los libertarios, se identifica con el agresor.

 

Rubén Rojas Breu

Buenos Aires, noviembre 17 de 2024

 

 

 

viernes, 15 de noviembre de 2024

¿A QUÉ HEMOS LLEGADO EN LA ARGENTINA?

 



 

Rubén Rojas Breu

 

A QUÉ HEMOS LLEGADO

 

¿A qué hemos llegado es la pregunta desgarradora que me atormenta?

 

Agrego que tengo que recordar a cada instante las dictaduras que hemos soportado para encontrar un momento peor que éste para la Argentina, triste e inútil búsqueda de consuelo.

 

Tragar sapos se ha vuelto, al menos para mí, alimento 24/7 al punto de que mi dispepsia se apoderó de todo mi cuerpo.

 

No se engañe nadie: desde luego,  trago sapos por la acción de este gobierno de brutos, cavernícola y despótico; pero también por lo que hacen o, mejor dicho, lo que no hacen las dirigencias que dicen ser opositoras, lo cual se me hace cada vez más dudoso; lo de opositoras.

 

También trago sapos por todo lo que se propaga a través de los medios, los cuales avanzan al paso redoblado en el camino tapizado por la estupidez, con propietarios, gerentes y periodistas de todos los medios, de todos todos todos los medios, que  entretienen con debates superficiales y exhibiendo una insoportable frivolidad.

 

En la dolorosísima pregunta “¿a qué hemos llegado?” se recortan en destacado, hoy, dos acontecimientos que clavan el puñal en el corazón mismo de la Patria:

 

En primer lugar, el voto en absoluta soledad de la Argentina contra la resolución de la ONU para eliminar y prevenir la violencia contra las mujeres y las niñas, toda una pandemia en el mundo actual y que hace estragos en nuestro país.

Al mismo tiempo que el gobierno de nuestro país comete tamaña felonía, apareció el cadáver de la joven Sofía Delgado.

 

El gobierno argentino absolutista, de esa manera, decidió per se, sin importarle nuestra mejor tradición en política internacional, sin importarle las mujeres ni las niñas, sin importarle la humanidad misma.

 

¿Se advierte cuán bochornoso es ese voto para nuestro país y qué mal parados nos deja?

 

 

En segundo lugar, la visita, una más y sin ninguna duda la más genuflexa y rastrera del caudillo libertario, de Milei, al país yanqui.

 

El tipo va en onda fiesta, dejando atrás a nuestro país devastado, autoproclamándose “el más importante del planeta” y abrazándose felicísimo, como recién casado empezando la primera noche de su luna de miel, con el electo presidente del país más deshumanizante del mundo y de la historia de la humanidad.

También se entregó a las caricias lascivas de personajes tenebrosos del país del Norte.

 

Ahora viene mi contundente reproche, mi franca y contundente crítica a todas las dirigencias todas, a intelectuales, a medios y periodistas, inclusive a mis colegas de la ciencia, de la profesión y de la docencia universitaria.

 

Llevo décadas, toda mi vida, denunciando en soledad la penetración cultural yanqui; en lugar, de encontrar eco en esa lucha, tengo también que tragar sapos porque todos los días leo, escucho, me cuentan sobre su admiración de una o de otra manera por los yanquis, inclusive hasta por su supuesta e imaginaria clase obrera combativa, por favor.

Hay que delirar en serio para ver “lucha de clases” en los EEUU de Washington.

 

Pasé y paso toda mi vida señalando angustiosamente que tanta devoción por el cine, las series y la literatura yanquis, por sus fascistoides superhéroes, por sus tiras fingidamente “progresistas”, por sus universidades mercantilistas, por su periodismo falluto, por sus ficcionales líderes políticos “democráticos”, por sus vocingleros intelectuales, por sus supuestas hermosas ciudades terminaría entregándonos a la voracidad de Washington.

 

El pésimo actor “Rocky” Stallone mimando con su aliento a Milei me recordó que “La izquierda diario”, sí, repito, “La izquierda diario”, hace poco tiempo publicó una nota halagadora de la saga “Rocky” queriendo ver en ella la valoración de la clase obrera y un ejemplo de trabajo en equipo. De no creer, ¿no? Busquen la nota.

 

Todo muy bien con ustedes como siempre, compañeras y compañeros, pero sí los invito fraternalmente a mejorar la puntería; lo mismo vale para el resto de la izquierda, para kirchneristas o cristinistas, para progresistas, etc.  

 

Y si no pueden o no les da, abran paso, no sigan refugiándose en el sectarismo.

 

Todo lo malo que nos pasa, toda la inacción política que está dejando que ocurra la peor, tiene mucho que ver con el paupérrimo nivel cultural e ideológico en el que estamos sumergidas y sumergidos.

No me gusta la nostalgia, pero ciertamente en los 60 e, inclusive, hasta cierto punto en los 70 y en los 80 estábamos por muy encima de esta deprimente actualidad, muy por encima en lo cultural, lo político y lo ideológico.

Lo que se tuvo de bueno está en los genes y, por lo tanto, puede revivir. Hay que animarse, atreverse.

 

A este presente tan nefasto, con Milei como mandadero, hemos llegado.

 

Es decir, hemos llegado a un punto sumamente penoso en el que se juntan:

 

-     La sumisión a los yanquis, a otras potencias y a la repudiable y repudiada ultraderecha global.

-     La entrega de la nación

-     El desprecio por los derechos

-     La tolerancia y hasta el aplauso de la violencia de género

-     La injusticia en todos los ámbitos

-     El maltrato descomunal contra niñas, niños, adolescentes, ancianas y ancianos, jubiladas y jubilados; también contra trabajadoras y trabajadores de todos los sectores.

 

No sigo listando porque ya es demasiado abrumador y cualquiera, con conciencia, puede completar como mejor le parezca.

 

Ante un cuadro tan desolador, sólo queda el Pueblo que sigue su lucha en soledad.

 

Debo aclarar que no me estoy dejando llevar por la emoción: esas formulaciones simplistas que refieren a “lo emocional” déjenlas para los encuestadores y “analistas políticos”.

Si me quieren etiquetar por ese lado, las y los remito a la pasión según la describió Ribot.

 

 

Ante tanta penuria, la esperanza está en que, de este Pueblo, tan digno, surja lo que estoy impulsando hasta donde me es posible: la conducción política, la organización política.

 

Y también, la mejora, la elevación del debate, del pensamiento, de la teoría política que sirva para la acción decididamente transformadora.

 

Cualquiera que me conozca sabe que estoy haciendo todo lo posible y aún lo imposible para alimentar el debate fértil, para desarrollar teoría política y para la acción.

 

Estaría bueno que otras y otros se sumen a esa epopeya.

 

Rubén Rojas Breu

Buenos Aires, noviembre 15 de 2024

 


miércoles, 13 de noviembre de 2024

DE TRUMP A MILEI, MI PRESIDENTE FAVORITO

 


 

Rubén Rojas Breu

 

MI PRESIDENTE FAVORITO

 

“Mi presidente favorito” sería la frase que Trump le dedicó a Milei en la breve charla telefónica que tuvieron hace unas horas.

 

No podemos asegurar que sea cierta tal frase, salvo que los servicios gracias a su manía de pinchar teléfonos puedan certificarla.

 

Supongamos que Milei dice, esta vez, la verdad y que, por lo tanto, Trump lo puso en tan “excelso” lugar, excelso para el caudillo libertario, no según mi opinión desde ya.

 

Tal condecoración despierta indignación entre las argentinas y argentinos de verdad, ya que un presidente debería ser el favorito de su Pueblo y de su Nación y no de ningún mandatario del planeta.

 

El Pueblo demuestra a diario en las calles y en todo medio a su alcance que rechaza categóricamente los planes de depredación y avasallamiento del libertario, así que nada de Milei como favorito en nuestro sufrido país.

 

Si uno tiene en cuenta que Calígula tuvo como favorito a su caballo Incitatus tal calificativo no da para entusiasmarse.

 

Los monarcas, sobre todo orientales, tenían la concubina favorita que se desempeñaba como mandamás del harén y hasta alcanzaba más poder que las reinas.

En Occidente, Madame de Pompadour fue quizá la favorita más célebre como amante de Luis XV.

 

Igualmente, aunque creamos a Milei, dando por cierta la encomiástica frase, no podemos creerle a Trump, ya que para éste su presidente favorito parece ser él mismo, espejo mediante.

 

Volviendo, el placer de Milei por ser considerado como favorito por Trump nos entrega estas revelaciones:

 

1.         Es una prueba más de que el caudillo libertario, pese a lo que pregona y declama, no es un “individuo libre”.

 

Es una persona muy dependiente del vínculo con su madre y padre y de la protección de la hermana en su mundo más primario e interno y de la aprobación de los poderosos en el plano más social, tal como lo demuestra su acción de gobierno, sus reverencias ante los que cortan el bacalao local y globalmente y, ahora, con su gozosa celebración de la supuesta frase del electo presidente yanqui.

 

Demasiado dependiente de otras y de otros como para considerarlo libre; más bien, su grito “viva la libertad carajo”, tan fuera de lugar, suena a un desesperado pedido de que lo liberen de la cadena.

 

2.         Que tanto él como la horda que lo aclama y la masa que lo apoya tienen un deseo profundo, a medias inconsciente, de que nos convirtamos en una estrella más del país gringo del Norte.

 

Demasiada penetración, demasiado de Disney, de superhéroes, de series y películas bobas, de admiración por la imaginaria omnipotencia de los yanquis, demasiada ignorancia acerca de qué es el poder, demasiada adhesión a los valores del puritanismo ultraconservador, demasiado gusto por la violencia, la supremacía blanca y el machismo y tanta grosería y veleidad más, demasiado de todo lo que ofrece la “superpotencia”.

 

El favoritismo de Trump por Milei nos recuerda que, en el camino hacia su emancipación y realización, en consonancia con las de la Nación misma, nuestro Pueblo tiene que enfrentar denodadamente no sólo a nuestra oligarquía y alta burguesía tan entreguista sino también al despotismo global, sobre todo, precisamente, al yanqui.

 

Rubén Rojas Breu

Buenos Aires, noviembre 13 de 2024


jueves, 7 de noviembre de 2024

EN LA ARGENTINA, DIRIGENCIAS QUE NO DIRIGEN

 



 

Rubén Rojas Breu

 

DIRIGENCIAS QUE NO DIRIGEN

 

La Argentina actual padece de este síndrome: el de “dirigencias que no dirigen”.

 

Desde luego, me refiero a las dirigencias políticas, gremiales y sociales que se ubican en el campo opositor al gobierno autocrático libertario y su horda.

 

NADA NI NADIE DIRIGE EL CAMPO OPOSITOR, NADA NI NADIE.

 

Así, no hay Pueblo que alcance y, por el contrario, dirigencias que no dirigen solamente causan depresión.

 

Esto de “dirigencias que no dirigen” genera el empeoramiento en progresión geométrica de las condiciones en que viven las mayorías y devastación de la nación misma, en vías de disgregación o de anexión de facto a las grandes potencias globales, particularmente los EEUU de Washington.

 

Nada ni nadie dirige porque, como vengo señalando desde hace décadas, el Pueblo y la Nación carecen de conducción política.

 

Dirigir es una función subordinada de la conducción política.

 

Carecer de conducción política implica no contar con un Proyecto ni con estrategia ni con organización ni con cultura, cultura política.

 

A mis objetores, que los tengo, les pido no caer en la zoncera de creer que conducción política equivale a un conductor o un liderazgo; conducción política es mucho más.

 

 

La falta de conducción política con todo eso que conlleva genera el escenario propicio para que los concentradores de poder y de riqueza, así como sus esbirros, derecha, ultraderecha o ultraconservadores antediluvianos, lleguen al gobierno y se sostengan cómodamente en él: se les regala todo para desesperación e impotencia de quienes nos entregamos por entero al compromiso con nuestro pueblo y nuestra nación.

 

Al pasar digo: no busquen semejanzas entre Trump, un típico y genuino representante de su país anexionista con Milei, un cuerpo extraño para nuestra nación y nuestro pueblo.

 

SIN CONDUCCIÓN POLÍTICA DE PUEBLO Y NACIÓN LOS PODEROSOS HACEN SU AGOSTO, SE CONSOLIDAN Y SE IMPONEN.

 

En el campo opositor, en donde tenemos a las dirigencias que no dirigen, pululan y proliferan las agrupaciones políticas y los internismos, los nucleamientos gremiales, los llamados movimientos sociales.

Todo eso abunda en el seno de una carencia fundamental.

 

Definitivamente, la población no tiene credibilidad ni esperanza ninguna en esas dirigencias que no dirigen.

Inventan clamores en donde sólo existe desazón.

 

El Pueblo amanece a diario dando la lucha, movilizándose, por acá y por allá en denodada búsqueda de justicia, de reparación, de respeto por los derechos.

El Pueblo está solo, está solo de toda dramática soledad.

 

Nada ni nadie, de las llamadas dirigencias que no dirigen, sintetiza, canaliza, orienta. Nada ni nadie convoca.

Se humilla a los pobres no sólo con una vida de miseria sino también porque se los rebaja a dato estadístico.

 

Las dirigencias que no dirigen declaman, se aíslan en su adicción a lo que publican los medios y lo que les dicen las empresas encuestadoras al mismo tiempo que ignoran patentemente al Pueblo.

 

Se habla hasta el hartazgo de “grieta”, de una grieta artificiosa y falaz, mientras se desconoce a la verdadera: la grieta, la disociación grave, es la que se da entre dirigencias que desfilan en las pasarelas de la figuración y el Pueblo que se entrega a la lucha.

Después no lloren como boabdiles o salgan a enojarse como despechadas y despechados si la población exhausta sale a gritar el "que se vayan todos". 

 

¿QUÉ HACEMOS ANTE UN CUADRO TAN DESALENTADOR?

 

Quienes tenemos genuino compromiso y conciencia política, con más razón cuando contamos con una trayectoria indiscutible y extensa, debemos convocar para construir, cuanto antes, la CONDUCCIÓN POLÍTICA, tal como vengo insistiendo, quizá aburriendo a quienes se interesan en mis publicaciones, personas honestas y con ganas de salir de este marasmo y superar esta apatía dirigencial.

Una conducción política se construye convocando, elevando significativamente el debate muy por encima de la mediocridad que nos tira tan para abajo, y organizando, con lo que se cuente.

 

No dejarse llevar por la corriente ni tampoco por el desaliento es fundamental. Fundamental.

 

Dispongámonos entonces.

 

Rubén Rojas Breu

Buenos Aires, noviembre 7 de 2024

 

 


EN LA ARGENTINA, LOS JUBILADOS MARCHAMOS, EL GOBIERNO TAMBALEA

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