domingo, 17 de noviembre de 2024

LAS DISOCIACIONES DE MILEI

 

 

 

Rubén Rojas Breu

 

LAS DISOCIACIONES DE MILEI

 

Se conmemora hoy, 17 de noviembre, el primer retorno de Perón, conmemoración que dio lugar a que bautizáramos como “Día de la militancia” a esta fecha.

 

Aquel 17 de noviembre de 1972, en estas horas, estábamos enfrentando como podíamos la violenta represión de las fuerzas armadas y de seguridad, en el intento, frustrado, de llegar al aeropuerto de Ezeiza para recibir al Viejo.

 

Había lucha, proyecto, y la esperanza cierta, íntima y visceral de que la liberación y la realización como Pueblo y como Nación estaban casi al alcance de la mano. Y por cierto que estuvieron ahí, a punto de concretarse.

 

Hoy, 50 años después, lejos todavía de la emancipación y la realización, aunque esperanzadas y esperanzados y dando la pelea, nos encontramos con la desolación causada por un régimen absolutista, encabezado ocasionalmente por Milei y las hordas libertarias.

 

Está en la Argentina el presidente francés Macron en búsqueda de un imposible: persuadir al caudillo libertario para que en el G20 se interese por el desastre ecológico que sufre el planeta y se acerque a un pacto entre el Mercosur y la Unión Europea.

 

Macron, el gobierno y la diplomacia francesas, al igual que muchas argentinas y argentinos no saben que al respecto los libertarios son una “roca viva”, expresión acuñada por Freud.

 

Quizá no caen en la cuenta del mecanismo que moviliza a Milei y su troupe y que paso a describir: por obra de tal mecanismo, Macron, así como las argentinas y los argentinos somos relegadas y relegados, ninguneadas y ninguneados.

 

Un mecanismo simultáneamente psíquico y social que da cuenta de la cerrada y obtusa posición del libertario y los suyos es el de la disociación, escisión o clivaje por el cual se bifurca la persona o su grupo de pertenencia entre una adhesión tenaz a un objeto idealizado y, al mismo tiempo, un rechazo enfermizo por un objeto al que se denigra.

 

El reciente viaje impúdico de Milei, su hermana y su séquito al país yanqui deja en claro cómo opera este mecanismo psíquico y social:

 

Por un lado, idealización de lo yanqui, encarnado y encabezado por Trump, Elon Musk y Silvester “Rocky” Stallone y con la presencia de jefes de corporaciones y figurones del anexionista país del Norte.

 

Tenemos entonces identificado al OBJETO IDEALIZADO.

 

Por otro lado, se denigra al propio país de pertenencia y, lo que agrava la cosa, todo lo que no sea yanqui: Francia y Macron caen en esa volteada. Los gestos amables, incivilidad de los Milei incluida, son mera actuación, no pasan de eso.

 

La Argentina, con todas y todos los que estamos dentro de ella, somos descartables, denigrables, defectuosas y defectuosos.

 

Tenemos así identificado al OBJETO DENIGRADO.

 

Ese mecanismo de disociación es primitivo. Es primitivo en la Historia ya que remite a la antigüedad más ancestral.

Es primitivo también en el desarrollo de las personas ya que es propio de los estadios iniciales, de los bebés que por cierto son manantiales de ternura a diferencia de adultos bestiales, bebés que, amor mediante, madurarán.

De tal manera, más infradesarrollo, más involución, más primitivismo que, el que exhiben los libertarios, no se puede encontrar.

 

Esa disociación psíquica y social se complementa con la que opera en la masa que vota y que apoya al gobierno libertario, masa que también tiene cierto desmedido gustito por lo yanqui por tanta penetración cultural.

 

Se trata de la disociación psíquica y social denominada “identificación con el agresor”, postulada por Sandor Ferenczi, Melanie Klein y Ana Freud, y a la cual incluyo acá en una versión que la hace aplicable.

 

La identificación con el agresor consiste en el mecanismo por el cual la víctima de agresión o daño se convierte en lo que el agresor le exige, actuando como dicho agresor y/o empatizando con tal maltratador.

Es similar al difundido “síndrome de Estocolmo”.

 

La masa como señalé reiteradamente no solamente difiere radicalmente del Pueblo, sino que a menudo toma posición en favor de quienes buscan destruirlo, de quienes buscan destruir al Pueblo.

 

La masa, identificándose con el agresor, apoya los planes de ajuste descomunalmente cruel que tal agresor o agente de daño aplica, en la convicción inconsciente de que el castigo divino es el camino a la redención.

 

No abundo más porque esto ya se me hizo muy extenso.

 

Resumo:

 

Milei y los suyos disocian entre

-     lo idealizado, país yanqui liderado por sus poderosos,

y

-     lo denigrado, la Argentina y, por arrastre, América Latina e inclusive el resto del planeta; por lo tanto, frustración para Macron.

 

Complementariamente, la masa que apoya y vota a los libertarios, se identifica con el agresor.

 

Rubén Rojas Breu

Buenos Aires, noviembre 17 de 2024

 

 

 

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