Rubén
Rojas Breu
SOBRE
LA CONDENA, PROSCRIPCIÓN Y EVENTUAL DETENCIÓN DE CRISTINA FERNÁNDEZ DE KIRCHNER
Tal como
publiqué en un posteo, expreso mi más absoluto repudio por la posible condena y
detención de Cristina Fernández de Kirchner.
Aclaro
algo que es evidente para quienes me conocen o me siguen en redes y blogs, así
como por mi permanente e inclaudicable acción política: no soy ni fui nunca kirchnerista
dado que mi postura es la incondicional y total adhesión al Proyecto de
emancipación y realización de nación, pueblo y trabajadores.
Esa
postura que me identifica implica que procuro la actualización de lo gestado
por el peronismo fundacional, el creado en los 40 por Perón; concibo al kirchnerismo
completamente alejado de tal peronismo fundacional.
De
modo tal que mi repudio a los ataques de los que fue y es blanco CFK, incluyendo
el intento de asesinato, es enteramente genuino.
Tal
como es archisabido tales ataques tienen como autores intelectuales y ejecutores
a factores de poder vernáculos y globales que mueven los hilos, a
representantes de la derecha y ultraderecha, a medios hegemónicos y periodistas
sicarios de la pluma, a miembros del Poder Judicial de los distintos niveles,
inclusive el máximo tribunal.
Por
lo tanto, no solamente expreso mi repudio a tanta vileza contra la lideresa K,
sino que también hago manifiesta mi solidaridad con las compañeras y compañeros
que la apoyan, comparten su ideario y valoran su acción política y sus
gestiones como gobernante.
Mi
posición solidaria con CFK y sus partidarias y partidarios se debe a que:
-
Me opongo y me opuse durante toda mi larga
vida y extensa trayectoria política a la judicialización, a la represión en
todas sus variantes, a la censura y las proscripciones. Viví con altísimos
costos, incluyendo mi propio encarcelamiento siendo adolescente, la represión,
la judicialización perversa, la censura y las proscripciones, al punto de que
como tantas y tantos de mi generación pudimos votar libremente recién en 1973,
luego de 18 años de dictaduras cívico militares y de gobiernos civiles títeres,
hipócritas y tembleques.
Por
lo tanto, basta de represión y basta de proscripciones.
No
soy jurista, pero basándome en las opiniones expertas de voces reputadas del
Derecho no tengo la más mínima duda de que el comportamiento de fiscales y
jueces de las distintas instancias con respecto a CFK ha sido y es antojadiza,
infundada, amañada.
Es,
a todas luces, injusta.
Tampoco
tengo dudas de que la condición de mujer contribuye a la saña.
-
Me opongo también, y me opuse siempre, a toda
forma de despotismo, incluyendo el que se disfraza de “legalista” o de “republicano”,
usando artificios seudo jurídicos y la manipulación a través de medios
dominantes y de empresas encuestadoras para sus fines como depredadores.
Los
gobiernos de Néstor Kirchner y de Cristina Fernández de Kirchner fueron meramente reformistas.
Vinieron a salvar las papas a un régimen en descomposición
que había hecho agua en 2001.
Así, el régimen le paga ahora a la lideresa K su
rol fundamental para preservar un andamiaje político-institucional obsoleto, a
todas luces injusto y al servicio de un status quo que beneficia a los
poderosos.
Es decir, los gobiernos K no hicieron ninguna
revolución, no encararon ninguna transformación de fondo, ni siquiera
contribuyeron a sacar a la Argentina del atraso, de la pobreza estructural, de
la decadencia.
A diferencia de la derecha y de la ultraderecha, distribuyeron
la poca riqueza que nuestro país produce.
Además, dieron curso a derechos por los que el
pueblo argentino luchó desde hace décadas y por los cuales sigue dando la
pelea.
Digo de paso que veo muy mal que partidarias y
partidarios de CFK, sus periodistas amigas y amigos, inciten a apoyarla en
estas circunstancias con argumentos tales como: “no te olvides que Cristina te
dio…”.
Hay que apoyarla porque es víctima de injusticia y
de violencia por su condición de dirigente, agredida hoy por los poderosos porque
la ubican como enemiga de sus apetitos insaciables.
Lo poco que hemos logrado desde que se acabó la
dictadura cívico militar terrorista de estado y desde el inicio de los
gobiernos civiles en 1983 ha sido exclusivamente el resultado de las luchas
populares, luchas que costaron desaparecidas y desaparecidos hasta en “democracia”,
muertas y muertos, encarceladas y encarcelados, heridas y heridos.
Nadie de los gobiernos y dirigencias le dio nada a una
población que tanto padece.
Fue el Pueblo el que conquistó lo que pudo
conquistar y el que sigue su batalla inclaudicable en procura de su
emancipación y realización.
Sabido es que los poderosos son magnates voraces y
que, a través de la derecha y de la ultraderecha que los representa como marionetas,
buscan sumar y optimizar sus privilegios y promover el empobrecimiento
descomunal y la esclavización de las mayorías.
Hoy estamos pagando muy caro que los grandes capitalistas, banqueros y hacendados que apoyaron activamente a la dictadura cívico militar terrorista de estado jamás hayan sido juzgados, que nunca hayan recibido siquiera la condena social.
Así que las políticas meramente reformistas y
apenas distributivas, así como su sintonía con derechos civiles a tono con los
tiempos que caracterizó a los gobiernos kirchneristas los irrita al punto de
cometer todos los desmanes, de avanzar contra la Constitución, de socavar todo
vestigio de estado de derecho o de democracia.
Esos sectores poderosos solamente se satisfacen con
las dictaduras sean éstas claramente visibles, sean éstas enmascaradas bajo “formas
republicanas”.
Al mismo
tiempo que CFK está en manos de la arbitrariedad, la retrógrada y tiránica
fratria Milei y sus secuaces gozan de todas las libertades pese a las
barbaridades que cometieron y cometen, criptoestafa incluida.
Para
más se alían incondicionalmente con el país yanqui saqueador de lo nuestro y
con el gobierno israelí terrorista que está llevando a cabo el genocidio de la
población palestina, particularmente de las y los gazatíes.
Como
argentino, tal posición del gobierno libertario despierta en mí sentimientos de
vergüenza e indignación.
La Corte
Suprema de Justicia, con su juicio tan nublado y tan tendencioso, condena y proscribe a Cristina Fernández de Kirchner abriéndose un futuro inmediato imprevisible,
en el cual todo puede pasar.
Cristina Fernández de Kirchner, la dirigencia del PJ y las distintas dirigencias gremiales y sociales, siguen apostando al electoralismo y a la desmovilización.
El Pueblo, en cambio, continúa jugándose con su movilización persistente en camino a modificar de fondo el calamitoso estado de cosas que padecemos.
Suceda lo que
suceda, a partir de este ignominioso fallo de la Corte, esperemos que lo que pase sirva para
sacarnos de una vez por todas de esta situación de país quedado en el tiempo y
en manos de déspotas, de país en el que una y otra vez se repiten por parte de
concentradores de poder tan inciviles y cavernícolas, de dirigencias y
gobernantes, comportamientos que nos hunden más y más en la decadencia, el
atraso, el ubicarnos a la cola del planeta.
Rubén
Rojas Breu
Buenos
Aires, junio 10 de 2025
No hay comentarios.:
Publicar un comentario