Rubén
Rojas Breu
POR QUÉ EL GOBIERNO
LIBERTARIO SE ENSAÑA CON CRISTINA FERNÁNDEZ DE KIRCHNER
La derecha
y ultraderecha lograron el repudiable fallo que determinó la condena,
proscripción y prisión de la lideresa kirchnerista.
Pero
a medida que pasan los días y las horas esa derecha y ultraderecha,
valiéndose de su gobierno libertario y miembros del Poder Judicial, muestran un
empeño desmedido en hacer de la prisión domiciliaria de CFK un calvario.
Un
calvario para la lideresa K y, también, directa o indirectamente para sus
adherentes.
Con
el propósito de una situación insufrible, sumamente condicionada, arbitraria,
injusta y limitante de hasta los derechos más elementales, el gobierno se
vale de todos sus dispositivos de un modo a todas luces ilegal o anómalo.
Ahora
bien, los gobiernos kirchneristas y en particular los encabezados por Cristina
Fernández de Kirchner así como su liderazgo político de las últimas dos décadas
no tuvieron de ninguna manera carácter revolucionario ni tampoco se destacaron
por representar el peronismo genuino; estuvieron muy lejos y muy por debajo de
la obra, de la transformación y de la proyección en el tiempo y en el espacio
de los gobiernos y la conducción del peronismo fundacional con Perón y quienes
lo acompañaron desde el 43 o el 45 hasta su muerte.
Los
gobiernos kirchneristas fueron apenas reformistas, cumplieron la labor de
reestablecer el régimen político institucional hecho trizas en el 2001; su
acción respondió a patrones propios del conservadorismo y a satisfacer
requerimientos básicos del país y de parte de la población, al mismo tiempo que
generaban frustración entre numerosas y numerosos argentinas y argentinos.
Las
expresiones de apoyo por parte de partidarias y partidarios K, aunque muy
respetables, demuestran que efectivamente los gobiernos kirchneristas no fueron
más allá de distribuir la poca riqueza que produce nuestro país, atrasado e
injusto, no fueron más allá de un crecimiento vegetativo o de mero mantenimiento
en lo social, lo político, lo cultural y lo económico.
Ciertamente
las dirigencias y gobiernos K, los seudo peronismos, generaron las condiciones
objetivas y subjetivas para que la derecha y la ultraderecha, con figurones
como Macri primero y la fratria Milei ahora llegaran a la Rosada.
Esta
derecha y ultraderecha, claramente la encarnada por la fratria Milei y sus
esbirros, se subordina a las grandes corporaciones locales y globales, a las
nuevas oligarquías que depredan al planeta, a los grandes magnates que acumulan
una riqueza superior a los recursos con los que sobrevive o muere la inmensa
mayoría de la humanidad.
En
línea con lo antedicho, esta derecha y ultraderecha vernáculas y, muy particularmente
la fratria Milei y los suyos, se somete alegre e indignamente al país yanqui y al
sionismo extremista israelí, quienes llevan a cabo un genocidio en Palestina y se
obstinan en desatar una guerra mundial, atacando a Irán y a otros países.
Ese
alineamiento vergonzoso nos pone en serio peligro a argentinas y argentinos.
Si
los gobiernos kirchneristas y, particularmente CFK, no condujeron una transformación
estructural que nos lleve a la plena emancipación y realización como nación,
pueblo y trabajadores, ¿por qué el gobierno y quienes lo apoyan se
ensañan con la lideresa K?
Detecto
varias razones concurrentes:
-
En primer lugar,
que la derecha argentina francamente antinacional desde sus genes (a diferencia
de las de las potencias) tiene tolerancia cero respecto de todo lo que
signifique derechos para las mayorías populares y plena soberanía como nación.
Los
sectores dominantes y sus representantes, los grandes empresarios y hacendados,
son sumamente retrógrados, incapacitados para negociar y para manejarse
políticamente, entre otras notorias insuficiencias.
Los
conozco como la palma de mi mano.
-
En segundo lugar, el
gobierno se ha tornado definitivamente insostenible; insostenible política,
social, cultural, axiológica, económica y psicológicamente.
La neblinosa
conciencia de su insostenibilidad lo hace crecientemente brutal, torpe, necio,
castigador.
En
su desesperación se lanza a destruir todo lo que se le pone delante y, en modo
imbécil, termina agrandando a una dirigente a la que considera enemiga.
-
En tercer lugar, se
les hace insoportable carecer de toda capacidad de movilización, a diferencia
de lo que acontece con el Pueblo que se manifiesta continuamente y desde hace
décadas.
La
movilización contundente del miércoles 18 contrasta fuertemente con la
incapacidad de la derecha o de los libertarios para mover ni siquiera a sus
acólitos.
-
En cuarto lugar,
los libertarios funcionan en el registro de la violencia. No tienen vida
fuera de la violencia por la violencia misma.
Es
una violencia que remite a los tiempos más primitivos o más terribles de la
humanidad y de nuestro país, una violencia que se opone decididamente a la
Cultura, una violencia que se descarga contra la Humanidad misma.
De
tal manera, provocar es el medio del que se valen para dar curso a la
violencia, inclinación de la cual participan la ministra Bullrich, los medios
hegemónicos y sus periodistas desaforados, los sicarios que publican en las
redes virtuales.
La
violencia por la violencia misma para estos especímenes es como el agua para
los peces.
Están
buscando justificación para reprimir más sanguinariamente todavía y para
instaurar un régimen definitivamente totalitario, desconociendo la Constitución
y las leyes.
Todo
un gobierno de facto.
Ya
me referí a que el Pueblo, con su vocación pacífica, viene dando la lucha desde
hace décadas en procura de la emancipación y de la realización, Proyecto
mediante.
Todas
las movidas que se vienen dando representan a ese Pueblo en lucha que está
decidido a construir su conducción política.
La
conducción política a la que aspira el Pueblo está más allá de los liderazgos
visibles, está en proceso de construcción.
La tan
coreada “unidad del peronismo” o liderazgos como el de CFK, están por debajo o
por detrás de la conducción política que quiere construir el Pueblo.
Claro
que CFK, así como dirigencias políticas, gremiales y sociales tienen la
oportunidad de dar a luz esa conducción política, para lo cual es mucho lo que
tienen que autocriticar, revisar, repensar reencausar y reorganizar.
Y,
desde luego, tendrían que convocar definiendo Objetivos
Estratégicos, impulsando un Proyecto, elevando la cultura política, tomando la
iniciativa y sintetizando a los más variados actores y sectores.
Como
sea y con quienes sea, el Pueblo construirá su conducción política.
Rubén
Rojas Breu
Buenos
Aires, junio 20 de 2025
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