martes, 9 de septiembre de 2025

EN LA ARGENTINA ¿AHORA QUÉ?




Rubén Rojas Breu

 

¿AHORA QUÉ?

A partir de los resultados en las elecciones bonaerenses

 

Los resultados de las elecciones bonaerenses ponen a nuestro país en una situación sin salida clara ni promisoria.

 

Con el despótico gobierno libertario la Argentina y las mayorías vivimos un infierno, un infierno político, social, económico, cultural y psicológico. Nos hundimos más y más en la decadencia.

 

Con la oposición seudo peronista, kirchnerista y sus variantes, a lo que se agregan el progresismo y la izquierda, la Argentina y las mayorías vivimos la incertidumbre que se deriva de la falta de Proyecto, de conducción política, de organización política y de acción política.

 

Los resultados de los comicios en Buenos Aires dejaron como conclusiones más relevantes:

Una, que las mayorías rechazan al gobierno ultraderechista por sobradas y penosísimas razones; el mayor porcentaje entre quienes votaron es el dato indiscutible.

 

Dos, que la abstención fue altísima, aunque se la busque ocultar de un modo descaradamente artero: sólo votó algo más del 50 % del padrón, ya que el otro casi 50 % no concurrió a sufragar o lo hizo en blanco un 8%.

Se trata de la abstención más baja, notoriamente más baja, desde la restauración de los gobiernos civiles en 1983.

 

Uniendo ambas conclusiones tenemos que la población dice al mismo tiempo:

 

-     rechazo por la fratria Milei y su horda

 

-     desconfianza, falta de entusiasmo o de expectativas ciertas en la oposición, kirchnerista, kicillofista o demás variantes, que sólo sirvieron para canalizar el repudio al gobierno ultraderechista y violento.

 

 

Lo antedicho se constata en que las evaluaciones que se han hecho en el exterior, muy acusadamente en Europa, es que los resultados electorales significan “basta de los Milei”, “basta de ultraderecha” lo cual tiene especial repercusión en un continente preocupado por el avance de los neofascismos o neonazismos.

 

Ese “basta de los Milei” lo venía gritando desesperadamente el Pueblo, en su solitaria lucha, desde el inicio mismo del gobierno, un grito ignorado no solamente por el gobierno y quienes lo apoyan sino también por todas las dirigencias desde la “derecha civilizada” hasta la izquierda clasista, por los medios en todo su espectro y, por supuesto, por las empresas encuestadoras cuya contratación implica más reparto de sobres que el que lleva a cabo el Correo Argentino.

Las dirigencias políticas, sociales y gremiales frenaron una y otra vez la movilización popular apostando al enfermizo electoralismo.

 

Con su adicción al electoralismo llegamos a este punto: un gobierno que no hace pie y, simultáneamente, una falta de opción para hacerse cargo de la Argentina, de las argentinas y de los argentinos.

 

Estamos ante un típico impasse, sea como “callejón sin salida”, sea como “compás de espera”, acepciones que reconoce el Diccionario de la RAE.  

 

Este estado de cosas, este impasse, esta sin salida reconoce diversas causas que se entrelazan sistémicamente y que no son visualizadas por los análisis que se difunden, análisis provistos por supuestos expertos, intelectuales, periodistas y politiqueros.

No entienden, no perciben, no piensan, no tienen idea de la Política.

 

Destaco la causa última, la de fondo, la que da cuenta de este estado de cosas ya crónico, estado de cosas que persiste desde 1974 a la fecha: no hay Proyecto de emancipación y de realización, salvo el que dejó Perón o, mucho más actual, el de mi autoría publicado en rubenrojasbreuelaula.blogspot.com

 

Ahondando en tal causa, la raíz primera y última de estas frustrantes y desalentadoras circunstancias es la de que la Argentina está lejos de alcanzar el lugar que le corresponde para si misma y para el mundo: el de potencia plenamente desarrollada y justa, con óptima proyección internacional.

 

En el documento que menciono, que titulé “Argentina, el proyecto” describo los porqués de lo antedicho.

 

Aspirar a ser una potencia y consumarlo no significa tener pretensiones de posiciones dominantes.

 

Significa emanciparse y realizarse como pueblo y nación sirviendo además a la humanidad, humanidad tan necesitada de justicia, de respeto y fraternidad entre naciones y pueblos, de bienestar para todas las y todos los habitantes de un planeta cruelmente dañado por la atroz desigualdad, las guerras, las hambrunas, las pandemias, la criminalidad.

 

Así que, en resumen, el resultado electoral, sumado a los anteriores en los que lo destacado fue la abstención, nos indica:

 

No hay futuro con este gobierno ya acabado ni tampoco con una oposición que no la ve.

Una oposición fragmentada, atomizada, atravesada por internismos estériles.

 

Por lo tanto, se impone convocar y organizarse en torno a un Proyecto, construir la Conducción política y pasar a la acción, confiando principalmente en la movilización popular siempre más determinante y eficaz que el electoralismo vicioso.

 

Rubén Rojas Breu

Buenos Aires, setiembre 9 de 2025

 

 

 


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