jueves, 28 de junio de 2018

SOBRE MI NOVELA: "EL TIEMPO Y LA SANGRE"

Publiqué en Amazon Kindle mi novela EL TIEMPO Y LA SANGRE.
Combina política, acción, intriga y suspenso. Transcurre en la década de los 90 y tiene proyección muy actual.
Se basa en mi experiencia política, mis investigaciones sociales y el ejercicio de la docencia universitaria.


La novela empieza contando sobre la desaparición del autor de una novela inédita, su esposa y su hija. Este autor se llama Martín Servet.
 La novela escrita por Servet trata sobre el cumplimiento de una misión a cargo de un comando muy entrenado y muy sofisticado; tal misión consiste en eliminar a personas consideradas antisistema.
La elección de los blancos, los modos que el comando utiliza para su eliminación y los distintos desenlaces generan una trama de alto nivel de suspenso con un final inesperado. 
Esta historia se entrelaza con la del propio Servet y es clave para descifrar su propia desaparición. La resolución de la misteriosa desaparición del protagonista y lo que ha sucedido con su esposa y su hija generará un fuerte impacto en el lector.
El contenido de ambas historias entrelazadas es de narrativa intensa, con mucha acción, giros sorprendentes, conflictos, diálogos, caracterizaciones de la época y personajes definidos. Describe tanto el plano general como el de los detalles de la vida cotidiana en la Argentina de la última década del siglo pasado.
Por lo tanto, tiene carácter testimonial.
Es de interés por la significación que los 90 han tenido, por su repercusión y por sus consecuencias. Refleja, de hecho, similitudes entre aquella década y la actualidad argentina.

 La versión inicial de novela la escribí en el año 2000, pasó por varias revisiones parciales y también los borradores fueron leídos por personas especializadas. Finalmente sale a la luz hoy.
Dentro de los términos de un obra ficcional sobre un período de nuestra historia reciente, incluye pronósticos sobre lo que está  aconteciendo en nuestro país, en Brasil y en América Latina en general.

Para quienes se interesen en saber más, a través de Amazon.com se puede acceder a la sinopsis y las primeras páginas.

"Focus groups" y encuestas: abrevaderos de la manipulación

Rubén Rojas Breu
“Focus groups” y encuestas:
abrevaderos de la manipulación

Una suerte de imperativo me impulsa a expedirme sobre estos temas, ya que es de conocimiento muy público que gobernantes y dirigentes de toda laya están pendientes de lo que surge de la aplicación de tales técnicas para tomar decisiones. 

Los avales con que cuento para sentar mi posición con suficiente autoridad son:


  •  que se trata de cuestiones que encajan de lleno con mi especialidad como investigador de los comportamientos sociales, de los comportamientos políticos y de los comportamientos de la interacción entre las organizaciones, la sociedad y lxs ciudadanxs. 
  •  que a lo largo de más de 40 años de trayectoria he sumado experiencia en las técnicas de indagación y de exploración de las organizaciones y los públicos e, incluso, he creado técnicas para tales fines.
  • que he desarrollado profusa teoría sobre estas cuestiones, sobre todo en el marco de mi producción más ambiciosa, el Método Vincular, el cual tiene justamente por objeto la interacción entre las organizaciones o entre éstas y sus públicos.
Aclaro que el entrecomillado de “focus groups” obedece a que, abiertamente, descalifico tal denominación y el concepto que apaña, surgidos del empirismo anglosajón, más específicamente de los EEUU de Washington ya que se atribuye su creación al discutible Robert Merton. Se llaman así porque se trata de reunir a un número de personas (normalmente entre seis y diez) que, por medio de un coordinador, se centran o enfocan en un determinado tema; a tal punto es la restricción que una función de tal coordinador, atado a un cuestionario casi cerrado,  es evitar que los integrantes de tal grupo se salgan del tema o incurran en asociaciones libres: es un vicio empirista típico, además de voluntarista, ya que habla de la incapacidad de tornar pertinente en una indagación lo que puede parecer no pertinente.
Son reuniones en las que se disciplina con el objeto de que el coordinador y su contratante logren las respuestas que a ellos interesan más que brindar las condiciones para la reflexión, el debate, la puesta en escena de la imaginación, la profundización de las problemáticas.  Esas reuniones pueden ser observadas por clientes y otros interesados a través de la clásica cámara de Gesell o por medio de sus versiones actuales posibilitadas por la computación, viendo a distancia las reuniones a través de un monitor o pantalla.
Dejo en claro, sucintamente y sólo con finalidad comparativa, que por mi parte empleo las reuniones o grupos de indagación operativa, una modalidad francamente diferenciada: máxima apertura para encarar los temas previstos y las cuestiones que van surgiendo, favoreciendo las condiciones para el debate y creando las condiciones para que emerja toda la diversidad de opiniones. Desde luego, resulta así más difícil para un coordinador, habitualmente formateado para ajustarse a lo que puede controlar.
Como puede verse, en la descripción que hago de los llamados “focus groups”, de su coordinación y de la mirada inquisitiva y censora del contratante, lo dominante y excluyente es la manipulación. 
Se espera de esos grupos que respondan únicamente lo que es de interés del contratante; por tomar un ejemplo actual, si a un grupo de tal naturaleza se le plantea la disyuntiva cerrada acerca de a quién dan la razón, si al policía del gatillo fácil o al cuasi niño asesinado por la espalda todas las probabilidades juegan a favor del  primero. Felices entonces el coordinador o la consultora a la que pertenece porque el resultado salió prístino y claro. Felices los contratantes que ya tienen para decir o para fijar políticas acordes con lo que “espera la gente”. 

Por su parte, las encuestas, revestidas del manto de una cientificidad ficticia y simuladora, con otra modalidad, también se basan en la lógica de los llamados focus groups; cuestionarios cerrados o apenas abiertos, y muy eventualmente, preocupación por el tamaño de la muestra más que por su conformación, tratamiento del encuestado como un respondente encorsetado, ausencia de pedido de razones acerca de por qué responde como responde. Es decir, las cosas hechas como para después satisfacer al contratante y publicar que “la gente opina tal cosa”, “la imagen de tal dirigente, o de tal marca, o de tal institución es buena, muy buena”, “la gente espera que…”. Uno de tantos errores con que se encaran las encuestas es que no consideran las escalas de evaluación según en nivel de cultura y compromiso social o político de lxs encuestadxs
Así, a pesar de los milenios transcurridos, la escena primordial sigue vigente: el rey o el conquistador visitan al oráculo que habrá de darle la respuesta deseada. Así, los gobernantes y dirigentes actuales reencarnan a monarcas y nobles en tanto estos consultores resucitan a los sofistas, alquimistas, adivinos o los sabihondos místicos que brindaban seguridades o les daban letras a tales monarcas y nobles. Así, los personajes de los médicos que abruman con sus parlamentos o intervenciones en “El enfermo imaginario” de Moliére mantienen tanta vigencia.
Debo decir con dolor que muchos se han formado conmigo o han estudiado mis textos y es triste ver cómo tiraron por la borda las enseñanzas que tanto me costó parir y en las que tanta vocación así como conocimiento y experiencia puse.
La manipulación nació con la humanidad, tiene mil caras y procede de mil maneras, pero hoy dispone de estas técnicas, los focus groups y las encuestas tal como las que aquí he descrito, para abrevar, para alimentarse.
Porque el aparato manipulador no requiere conocer al otro, no busca conocer la opinión en profundidad, no procura diseñar una estrategia, no está interesado en saber con qué se cuenta para desarrollar a nuestro país y países potergados, no procura garantizar la justicia social, política y económica, no se preocupa por los derechos de los trabajadores ni de los niños ni de las mujeres ni de los ancianos, no sabe o no quiere saber qué significa un pueblo. No, para nada tiene tales inquietudes.

El aparato manipulador sólo quiere saber por dónde entrarle a la población, a  electores, a los consumidoras/es o a usuarias/os para imponer su voluntad, Y ya se sabe, la voluntad del aparato manipulador circula por los carriles del despotismo, de la explotación, de dar el gusto a quienes concentran en el planeta el poder social, cultural, político y económico. 
 
En lugar de estos artificios de la manipulación, carentes de todo sustento epistemológico, recomiendo la investigación social cualitativa basada en mi creación el Método Vincular. 
Se puede consultar mi artículo "La investigación social cualitativa como herramienta primordial de la dirección estratégica" en rubenrojasbreu.blogspot.com


Bibliografía de consulta

Rubén Rojas Breu (2002) Método Vincular. El valor de la estrategia. Primera edición. Buenos Aires. Ediciones Cooperativas de Buenos Aires.

Rubén Rojas Breu (2021). La investigación cualitativa como herramienta primordial de la dirección.estratégica Segunda edición en rubenrojasbreu.blogspot.com  Primera edición. Buenos Aires. CIAP FCE UBA.2012


Rubén Rojas Breu, setiembre 2016



NERÓN Y EL INCENDIO DE ROMA: sobre la manipulación de masas

Rubén Rojas Breu

NERÓN Y EL INCENDIO DE ROMA

Algunos elementos de análisis sobre la manipulación de masas

"Toda noción o limitación de la variedad es igualmente ilegal, pero la mayor limitación es lo dilemático"

                                                                       Macedonio Fernández


Empecemos por señalar que el tema de la manipulación de masas o, más modernamente, el de la manipulación de la opinión pública es sumamente complejo y, por ende, merece un abordaje multidisciplinario, extremadamente profundo y sin prejuicios. Aquí voy a aproximarme a él con la esperanza de convocar a tratarlo por parte de otros, habida cuenta de que en los tiempos que nos tocan vivir sin duda es de máxima significación.
Sobre todo es uno de los grandes temas para los argentinos, en la medida que la manipulación social o de masas parece haberse enseñoreado de nuestra comunidad desde hace más de dos décadas, especialmente desde que el horror del humanicidio prácticamente inauguró el año 1976.
Esta misma hipertragedia así como muchos otros acontecimientos que nuestra sociedad al igual que toda la humanidad ha conocido o vive (no podemos olvidar en el tratamiento de este tema al nazismo, al stalinismo o al maccarthysmo) dan pie a la aproximación sociopsicológica con fuerza de hipótesis que pasamos a exponer.

La manipulación de masas:

1.   Es un fenómeno vincular, una resultante de un pacto tácito entre el agente iniciador y el agente seguidor o, si se prefiere, el líder y las masas. Por lo tanto, no es sólo la obra de una mente inductora que se vale de la buena fe de la gente.

2.   Es un modo de imponer la cultura gregaria y de dar poder a uno de los  patrones de comportamiento presentes en todo grupo, población o miembro: el que se sustenta en un lazo de supuesta espontaneidad, el de la posibilidad de satisfacción total y sin demoras, el que genera la ilusión de que puede evitarse el esfuerzo de esperar, pensar, asimilar e intercambiar.
3.   Es una vía para impedir la cultura democrática y participativa así como para anular el poder de otro de los patrones de comportamiento: el que se sustenta en el reconocimiento del otro y de los otros, en la construcción y reconstrucción de las instituciones, en el pensamiento crítico, el diseño de estrategias y la operacionalización compleja. 

¿Qué tienen en común el 24 de marzo de 1976, la difusión de la guerra por Malvinas de 1982, los sucesivos golpes pro capital financiero que nos acosan, particularmente,  desde 1983  incluyendo su  flamante versión del riesgo de "default" y hasta las convocatorias a plebiscitar la pena de muerte?.¿Cómo se da la manipulación y cómo procede?
Estos serían los factores y los procedimientos:

  •  Un período ventana de creciente insatisfacción colectiva, efecto de causas múltiples.
  • Una situación muy crítica a la cual se describe y vivencia como catastrófica, terminal y atribuida a una causa única (o a un muy reducido número de causas, en todo caso).
  • La descalificación de los actores y las políticas basadas en el respeto de la Ley, la negociación de todas las partes y la búsqueda de acuerdos y consensos.
  •   La promoción de la "mano dura" encarnada en un grupo o figura mesiánica, que como diría Bion[ii] en su descripción del supuesto básico de ataque-fuga, tiene las funcionales características paranoides.
  •   La sustitución de la organicidad social y del vínculo entre sus actores básicos, pueblo y dirigencias en el marco de la Ley, por el vínculo líder-masas.

No podemos dejar de recurrir a Freud en este punto, especialmente a su célebre capítulo VII de la Psicología de las masas.[iii]
Recordemos sucintamente: allí Freud describe el proceso por el cual el liderazgo (gregario) resulta de la sustitución que cada miembro de la masa hace renunciando al ideal del yo para colocar en su lugar al líder (idealizado) y para constituir el grupo de seguidores por reconocerse todos en tal líder.
La identificación, mecanismo fundante del proceso, es la que corresponde al tipo "a rasgos": no es la persona total de cada miembro ni la persona total del líder la que entra en el juego, sino un rasgo de ambos términos que al asimilarse captura a los participantes.
Dicho de otra manera, cada uno, cada seguidor y el líder renuncian a sí mismos para consumar un pacto tan inconciente como tenaz. Se trata del que permite la plena identificación, la ilusión de absoluta igualdad, la seguridad de que todos están en la misma: el líder para llevar al plano de la idealización el rasgo y los miembros de la masa para aportarle la energía con la cual imponerlo.
 Animado por mi temeridad al revisar parcialmente a Freud, diría que ambos términos, el líder y cada miembro de la masa renuncia a su  yo y con ello a la capacidad integradora (si se quiere, sintetizadora) que tal instancia implica.
El yo, la instancia síntesis como justamente nos enseña Freud, es el yo en función de su lugar en un sistema: en el lingüístico, lo es por diferenciación y oposición al tú y al él, lo cual se repite en las formas plurales (nosotros, vosotros y ellos); en el sociológico, el yo lo es por diferenciación y oposición al otro o a los otros. Es decir, no hay yo sin otro.
Su capacidad sintetizadora es la que le permite incorporar al otro y a lo otro, tanto para afirmarse y crecer como para evitar ser arrastrado por impulsos primitivos finalmente inmanejables.
De modo tal que cuando se define al otro como enemigo se lo está considerando no sintetizable, no integrable, absoluta y definitivamente ajeno; por tanto, simultáneamente se está renunciando a la instancia síntesis (o sintetizadora) o sea el yo.
Si el yo de cada uno (por ejemplo, de cada habitante en una comunidad) cede su lugar en la escena es porque alguna de las diversas expresiones del no-yo hace su ingreso. Aquí se abren variantes al infinito, pero en aras de una exposición sucinta y clara, podemos circunscribirnos a lo ya anticipado referente a los impulsos o, como personalmente yo preferiría, el dominio de la primarización ( sustentada, entre otros desarrollos, en el proceso primario según Freud y la definición de  grupo primario según Cooley).
En síntesis, refugiarse en la primarización y renunciar al yo, implica:
ù  Desconocer la diferencia y hasta promover la eliminación del otro y de los otros.
ù  Que  tal   desconocimiento   no   sólo   es   en   el   campo  interpsíquico -sea en el interpersonal e intergrupal- sino también en el intrapsíquico: al "casarse" fanáticamente con un aspecto o rasgo de uno, tanto el lider como el miembro de la masa desechan también otros aspectos o rasgos diferenciados que conviven en ellos mismos.
ù  Anular la distancia en cada uno entre el yo y el ideal del yo.
Consideremos que tal distancia es la que incita al trabajo, la inversión, la creatividad, el intercambio y el riesgo. La anulación de esta distancia permite advenir la ilusión de que todo es posible ya, sólo sobre la base de la conjura libidinal, el espontaneísmo, el "cé gual" de Minguito Tinguitella.
Advertí ya acerca de que el tratamiento de la manipulación exige una tarea multi e interdisciplinaria ciclópea, movilizante y , a la postre, gratificante.  Se trata así de una tarea que me excede y excede los naturales límites de una columna. Por lo tanto, haré sólo una muy breve referencia a uno de los aportes que brinda  la semiología, originado en Lèvy Strauss - Todorov[iv] y que éste formula así: el relato representa proyección sintagmática de una red de relaciones paradigmáticas.
En la manipulación se da una reducción notable de las opciones (o sea se da una casi eliminación de la red de relaciones paradigmáticas) y se construyen relatos o discursos generalmente dilemáticos, por ejemplo, del tipo "o reorganización nacional o caos", "o reducción del deficit fiscal o riesgo país", " o pena de muerte o inseguridad creciente". Entre las opciones (o sea entre las posibilidades que brinda la amplitud de un paradigma), al instalarse la manipulación desaparecen la de reconstruir maduramente las instituciones, la de promover la negociación, la de convocar a la ciudadanía para una gesta colectiva, la de incentivar el desarrollo económico y social a partir de las propias capacidades, la de modificar la política exterior y otras muchas que enumerar aquí provocaría la justa impaciencia del lector.    
Si bien la semiología y el psicoanálisis se encuentran a cada vuelta de esquina, como muy fundadamente lo demuestra Christian Metz [v], quiero llamar la atención sobre una cuestión cardinal en la que confluyen más que naturalmente. Tiene que ver con algo constitutivo de la especie humana y que da cuenta del soporte original de la manipulación. Incluso la máxima de Goebbels "miente, miente y miente..." -máxima que prologa "el manual de la manipulación"- testifica la existencia de este soporte: el engaño primordial.
Tanto en el desarrollo evolutivo de la persona como de la especie hay, hubo, un momento en el cual la creencia en el superpoder asociada a la negación de la diferencia organiza la percepción del mundo: onmipotencia del padre o de la madre, omnipotencia de la divinidad, omnipotencia de la palabra y del pensamiento unidas al desconocimiento de la diferencia sustancial que oportunamente precipitará el complejo edípico según la perspectiva freudiana. Simultáneamente el acceso a la significación es ante todo aceptar que algo es sustituído por otro algo: en simple, la cosa o el primer referente por el signo. Así, el bebé tomará la mamadera o se valdrá del chupete para sustituir el pecho de la madre o el pequeño jugará con su osito de peluche -representante del animal signado como carismático y negado en su condición de indómito-.
El sistema de creencias alumbrado por el engaño primordial nos acompañará toda la vida y será fuente de la capacidad simbólica, del intercambio social, de la creatividad hasta en sus expresiones más sublimes, de la posibilidad de producir, de la aptitud y el goce de amar, de la ensoñación. Pero en su inexorable ambivalencia, será también el sustento de la ingenuidad colectiva que tan intrínsecamente está incorporada a la manipulación de masas.
Ya casi dos mil años antes que sus émulos nazis, los incendiarios del Reichstag, sospecho que Nerón intuía buena parte de lo aquí descrito, cuando según la leyenda tañía la lira mientras contemplaba a Roma envuelta en las llamas que su mano había provocado. 
Si bien en la nota aludí a casos y aoontecimientos paradigmáticos extraídos de la política propiamente dicha, vale aclarar que lo antedicho también lo considero aplicable a los variados ámbitos de la comunidad y a todas las épocas históricas así como al presente. Por cierto, el desempeño de unos cuantos productores de televisión confirma este juicio.



[i] Fernández, Macedonio: Metafísica, CEAL, 1977, Buenos Aires


[ii] Bion, Winfred: Experiencias en grupos, Paidós, 1972, Buenos Aires


[iii] Freud, Sigmund: Psicología de las masas, Amorrortu, 1979, Buenos Aires


[iv] Todorov, Tzvetan: Las categorías del relato literario, (en donde cita como fuente a Lèvy Strauss), incluído en Análisis estructural del relato, Premiá, 1985, México

[v] Metz, Christian: Psicoanálisis y cine. El significante imaginario, G. Gili, 1979, Barcelona
Rubén Rojas Breu. El deseo de la estrategia. Primera edición. Buenos Aires. CIAP FCE UBA.2014. La primera edición es del CIAP FCE UBA 2012.

miércoles, 27 de junio de 2018

BIENVENIDAS Y BIENVENIDOS


TEORÍA POLÍTICA: ALGUNAS DEFINICIONES


Rubén Rojas Breu

Sobre teoría política: algunas definiciones

Introducción

En los más diversos ámbitos tales como el académico, el social propiamente dicho, el político y restantes de los que integran la producción y la acción humana, encontramos que se usan nociones carentes de la conceptualización que merecen.
Muchas de tales nociones llevan la marca del tiempo y, por lo tanto, han sufrido desgaste y requieren ser revisadas, actualizadas y profundizadas. A otras se apela continuamente sin precisar su significado e, incluso, se toman como sinónimos cuando remiten a conceptos que deben ser diferenciados.
Un ejemplo de esto último es la falta de discernimiento entre palabras que deberían reflejar conceptos: masa, gente, pueblo, opinión pública, ciudadanía, electorado, etc.  se utilizan indistintamente cuando, siguiendo un abordaje epistémicamente sustentable, deberían diferenciarse.
La ciencia es ciencia, además de otros requisitos, cuando cumple la premisa de diferenciar conceptos y, a la vez, de integrarlos en una teoría que dé cuenta de objetos de los que se ocupa.
En esta nota, sucintamente, nos referiremos a algunas de las expresiones arriba mencionadas y alguna que otra más, proponiendo definiciones que reflejen los conceptos que cobijan.
Dicho de otro modo, intentaremos extraer nociones sumergidas en una nebulosa para hacerlas devenir conceptos: es decir, para que sean epistemológicamente sustentables.
Al hacerlo, también estamos tratando de aportar para el diseño de estrategias que las organizaciones políticas deberían encarar. La claridad en torno a los conceptos que nos ocuparemos está intrínsecamente asociada a la capacidad para diagnosticar, para proponer e impulsar políticas y para elaborar estrategias.


  
Algunas definiciones

Política es la disciplina científica y la práctica que tienen por objeto, respectivamente, inteligir y operar sobre las relaciones de poder.

Poder es la capacidad para pasar de una situación dada A a una situación ideal o aspirada B en el seno de la interrelación entre distintos actores y sectores que demandan, procuran y/o ejercen dicha capacidad y el complejo contexto en el que tal interrelación se da[1].

Tal capacidad se da siempre como una relación entre tres términos:

El que confiere el poder
El que asume el poder
El contexto en el cual ambos términos interactúan

Pueblo, masa y gente remiten a conceptos diferenciados; de ninguna manera son sinónimos. Además, vale no sólo diferenciar sino también contrastar pueblo vs. masa/gente, lo cual será objeto de artículos especialmente destinados.

Opinión pública es el conjunto conformado por la gente, los medios de comunicación masivos y los sondeos de opinión (o encuestas). Ya anticipamos en el párrafo anterior que la noción de gente contrasta con el concepto de pueblo.

Electorado es el complejo constituido por el conjunto de los electores más el conjunto de los elegibles o elegidos y el vínculo entre ambos conjuntos.
Por lo tanto, el electorado no es únicamente el conjunto de votantes, que es lo que habitualmente se piensa.



[1] Esta definición es de autoría conjunta con Jorgelina Aglamisis

LAS DISOCIACIONES DE MILEI

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