Rubén
Rojas Breu
SE
AGOTA LA PACIENCIA
Es
sabido que la estupidez es infinita mientras que la paciencia se agota.
Del
lado del gobierno despótico libertario tenemos a la primera en su manifestación
más cruel, más avasalladora, más sádica.
Es
decir, la estupidez se combina en el caudillo libertario y sus hordas con la
depredación, con la injusticia en grado extremo y con la privación de todo para
las mayorías, condenando al hambre e, inclusive, a la extinción.
También
la estupidez se reproduce al infinito entre los seguidores de un gobierno tan
brutal.
El
economista italiano Carlo Cipolla en su ensayo sobre el tema formula varias
leyes de las cuales cito la tercera: “una persona es estúpida si causa daño a otras
personas o grupo de personas sin obtener ella ganancia personal alguna, o,
incluso peor, provocándose daño a sí misma en el proceso”.
Por mi parte, en mi ensayo “Sobre la
estupidez en política” señalo que la estupidez es la sustitución ilusoria de lo
real por lo que se quiere creer, un mecanismo propio de la masa: implica una
suspensión, abandono o carencia del criterio de realidad.
Es el componente psicótico de la masa.
El psicoanalista inglés Bion abona lo
antedicho.
En las últimas horas combinando estupidez
con pijotería el gobierno se muestra definitivamente como la encarnación
siniestra de Harpagón, el personaje de “El avaro” de Molière, decretando
dos medidas tan irracionales como malvadas:
· La eliminación de la
gratuidad de los medicamentos para jubiladas/os
· El arancelamiento
para estudiantes universitarios extranjeros.
Ambas medidas forman
parte de una acción de gobierno ajustadora al mango a la vez que benefactora de
las arcas sin fondo de las grandes corporaciones, hacendados y magnates de acá
y de otras latitudes.
Son medidas
estúpidas si se considera que a los efectos del déficit fiscal cero es como
romper el chanchito para comprarse una torre en Puerto Madero.
En vez de aumentar,
como se hace en los países avanzados, los impuestos a las mayores fortunas,
toma esas decisiones, mientras salarios y jubilaciones están prácticamente
congelados.
En lugar de exigir a
los laboratorios que bajen categóricamente los precios, en modo Drácula exprime
más y más a jubiladas y jubilados.
Y ejerciendo
discriminación la emprende contra estudiantes de países hermanos, seguramente
como anticipo de algo que terminará afectando también a los argentinos.
La estupidez de los
seguidores del gobierno acompaña la barbarie con argumentos precisamente
estúpidos, además de insolidarios o pérfidos.
En ese cuadro de
situación tan calamitoso hay señales crecientes de que la paciencia se agota,
llega al límite: la paciencia no es infinita y, tarde o temprano, como vaticinó
hace cincuenta años Perón llega la hora en que “el pueblo hace tronar el
escarmiento”.
Las movilizaciones
populares están reflejando el “no va más” y hacen avizorar el escarmiento,
quizá iniciado por jubilados, quizá por otros sectores que están siendo
víctimas de tanto.
El gobierno, como
Harpagón, como obseso y como frenético amarrete, cuenta las moneditas y busca
con lupa de dónde sacar más de los bolsillos descosidos y de las ollas vacías.
Crueldad más
crueldad.
Por el otro lado, en
la oposición que se dice “nacional y popular”, en la progresista y en las
izquierdas, la inacción se torna ya demasiado ruidosa y hasta escandalosa.
Encima la “jefa” de lo
que denominan kirchnerismo sigue declamando, lanza proclamas estruendosas,
participa de batallas mediáticas o por redes, convoca a una reforma
constitucional vacua e incierta y niega la existencia de un pacto con el
gobierno.
Parece que también
propicia la estupidez, desestimando de hecho al Pueblo argentino, que lucha y
que clama desesperadamente por una conducción política.
Es caer en la
estupidez creer que no hay pacto y si efectivamente no lo hay es como si sí lo
hubiera, porque si no ¿por qué tanta inacción?
¿Por qué tanto dejar
hacer a un gobierno abiertamente tiránico? ¿Por qué desalientan la movilización
popular? ¿Por qué ese contrapunto entre dicha jefa y el mandamás libertario sobre
cuestiones gallináceas?
Sumando argumentos a
lo que acabo de exponer, en Paraguay fue apresado un senador por tráfico ilegal
de divisas, un senador que es a la vez de Unión por la Patria y libertario.
Todo un híbrido procreado
por ambos progenitores quienes pelean por su custodia al revés: se lo tiran de
unos a otros al grito de “yo no lo parí”.
Demasiado.
La estupidez, yunta de
la maldad, puede tolerar y hasta justificar tamaña putrefacción.
La paciencia es
pareja de la esperanza.
El Pueblo perdió
todas las esperanzas y está a las puertas del Infierno de Dante.
LA PACIENCIA SE
AGOTA.
Cuando se agota la
paciencia, truena el escarmiento.
Y cuando truena el
escarmiento, truena en todas las direcciones.
Rubén Rojas Breu
Buenos Aires,
diciembre 5 de 2024
Hola ruben acuerdo en parte con vos
ResponderBorrarEl pueblo se esta organizando salio primero l a generacion mas politizada nuestra generacion los jubilados pero ya se estan orgaizando los jovenes y de cristina ynestor no olvidar la moratoria jubilacion las escuelas yecnitecnicas y la 19 universidades del cono urbano tenemos la unahur en hurlingham toda equipada porfi no desestimes lo que hizo cristina por algo la atacan
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