Rubén Rojas Breu
LOS JUBILADOS MARCHAMOS, EL GOBIERNO
TAMBALEA
De
acuerdo al diccionario de la RAE, selecciono esta acepción de “marchar”: “ir a
un lugar con intenciones (ofensivas) o reivindicativas”. Respetando el clima de
época, quedémonos con reivindicar, reclamar por derechos.
La
RAE define así el vocablo “tambalear”: “moverse a uno y otro lado, como si
fuese a caer”.
Del
lado de jubiladas y jubilados, paso firme pese a las caídas,
como la de la compañera anciana golpeada brutalmente por un “azul” favorito del
caudillo libertario o el compañero fotógrafo impactado por el proyectil que lo
puso al borde de la muerte.
Del
lado del gobierno, un caminar a los tumbos, un
gobierno cesarista sostenido únicamente por la inacción, la impotencia, la
ineficacia, la complacencia o la complicidad de una oposición que en su
totalidad se hunde en el descrédito o que habita el campo abiertamente
antipopular y antinacional, en posición hostil a trabajadores y jubilados.
Una
oposición que está entregada a un electoralismo viciado confiando en que las
urnas en un tiempo improbable les donará el bien preciado.
Dejan
aviesamente que la población pase hambre y que el Pueblo haga el gasto en dolor
y sangre a la espera de pescar oportunamente en los ríos revueltos.
Más desvergüenza
ni en los garitos.
Legisladores,
gobernadores e intendentes “nos la deben”, mostrándose inescrupulosos o
inútiles.
A
causa de la marcha de los jubilados acompañados activamente por todo el Pueblo,
sordos ruidos oír se dejan: son las huestes que prepara el gobierno para dar su
batalla bélica, después de sufrir la derrota en las batallas cultural y
política.
Tres
motivaciones principales tiene el gobierno libertario para tomar las armas y
descargarlas, apelando a la infiltración:
UNA,
no tolera la movilización popular, a la cual considera su enemigo por
excelencia, no tolera al Pueblo haciéndose fuerte en las calles,
DOS,
es el comportamiento límite para controlar lo que se le está escapando de las
manos dado el fracaso en lo político, lo social y lo económico, dada la retracción
de las fuerzas concentradoras de poder que lo apoyaban.
La
masa, la “mayoría silenciosa”, esa vividora que se acomoda a lo que hay, empieza
a rotar mirando hacia dónde puede salir el sol próximamente o desde qué puntos
cardinales provendrán nuevos vientos.
En
el propio seno de la ultraderecha y la derecha hay una convulsión que se torna
incontrolable para la fratria Milei y sus laderas y laderos.
Las
redes virtuales se tornan esquivas y los troles agotan sus pilas.
TRES,
busca el pretexto para extremar las cosas declarando estado de excepción, estado
de conmoción interior tipo Conintes, estado de sitio.
¿Olvida
que el estado de sitio determinó la caída del gobierno de de la Rúa?
A los
memoriosos militantes de larguísima trayectoria estas prácticas represivas nos
recuerdan a las que eran habituales a fines de los 50, durante los 60 y a
comienzos de los 70.
Lo
cierto es lo que vengo insistentemente señalando: el Pueblo da la pelea
en soledad y la carencia de conducción política es más que evidente.
El
pretensioso César, vasallo y no emperador, es bicéfalo: hermana y hermano
apoyados por la horda que los catapultó, por una lujosamente vestida “corte de
los milagros”, por factores de poder, medios dominantes y empresas
encuestadoras que empiezan a titubear y contando solamente con fuerzas de
seguridad adictas a la represión por la represión misma.
Perturba
que todavía medios y analistas varios se aferren, complaciendo al gobierno y a
su ministra de la violencia institucionalizada, a la suposición de que actos
vandálicos fueron ejecutados o propiciados por los manifestantes cuando está
muy a la vista que los llevaron a cabo infiltrados por las mismas fuerzas
represoras siguiendo órdenes de muy arriba.
A
esta altura se trata de un gobierno que está siendo inspeccionado con creciente
desconfianza o con disgusto por los gobiernos latinoamericanos, europeos y de
demás latitudes, así como por los organismos internacionales, FMI incluido.
Ni
hablar del rechazo que está cosechando en medios de todo el mundo y en los
pueblos.
Preocupa
sobremanera en el mundo que la tan meneada gobernabilidad esté en riesgo y
espantan las políticas hambreadoras y la acción brutalmente represiva.
Fotos
y videos de la anciana golpeada, del fotógrafo baleado y del sinnúmero de
manifestantes apaleados y salvajemente detenidos circulan por todo el orbe.
Este
miércoles 19 el Pueblo se moviliza una vez más levantando la justísima causa de
los jubilados.
Se
moviliza con la expectativa de una convocatoria de todos los actores y sectores
que sirva para poner fin a un estado de cosas tan calamitoso.
La
conducción política tiene que elevar esta lucha y todas las luchas populares
que se dan en toda la Argentina mostrando que esas causas tan dignas se
inscriben en el anhelo de plasmar un Proyecto de emancipación y de realización
de la Nación, del Pueblo y de los trabajadores.
Porque
la conducción política no se guía por agendas ni por encuestas.
La
conducción política es síntesis y toma de iniciativa para
construir una Argentina soberana, justa y con la proyección regional e internacional
a la que debemos aspirar.
Rubén
Rojas Breu
Buenos
Aires, marzo 18 de 2025