Rubén
Rojas Breu
EL INTENTO DE HURTO DE UNA
NENA SOLIDARIA EN EL MARCO DE LA DESCOMPOSICIÓN DEL RÉGIMEN EN LA ARGENTINA
Una
nena de 13 años, teóricamente una púber o adolescente temprana, intentó hurtar
una caja de marcadores y lápices en una librería escolar de General Pico, La
Pampa.
Los dueños
o encargados del local, quizá adherentes a la doctrina ferozmente represiva que
proclama la ministra Bullrich, al advertir el comportamiento de la nena,
llamaron a la policía.
No a
la mamá como hubiera correspondido si se tratara de personas maduras o
civilizadas.
La
policía, ejecutando la doctrina de la ministra, llegó al lugar con un operativo
que podría estar destinado a capturar a criminales de alta peligrosidad.
Una
desproporción propia de regímenes dictatoriales; ya el gobernador de La Pampa
tendría que ser interpelado.
La
noticia me conmovió profundamente; si alguna persona conocida se hubiera
cruzado conmigo en la calle le hubieran llamado la atención mis ojos
enrojecidos y lacrimosos y mi rostro triste.
Vengo
desde hace mucho señalando cómo el Régimen excluye y maltrata a la infancia y a
la adolescencia. Comedores comunitarios en los cuales se ve a tantas y tantos
niñas y niños alimentarse con lo que hay corroe el alma haciéndola sangrar.
Nenas,
nenes y adolescentes viviendo en la calle y alimentándose con lo que consiguen
en los contenedores me causa una desazón que golpea en mi cuore y hace trepidar
a mi aorta.
Escolares
desnutridos o casi descalzos, perdidos en las oscuridades del desamor, me
estremecen por la pesadumbre.
A
manera de obsceno contraste, magnates, directores de los grandes conglomerados
económicos, famosas y famosos, integrantes de la corte del gobierno
absolutista, referentes destacados de todos los ámbitos exhiben comportamientos
regios y ostentan sus lujos y privilegios, como el ñato de la horda libertaria que
envía sus videos desde el fastuoso carnaval de Venecia y, desfachatadamente, nos
aconseja “privarnos de gustitos” para ajustarnos a las decisiones aberrantes
del gobierno absolutista, a sus decisiones empobrecedoras y ultrajantes
originadas en los despachos del FMI y en los directorios de las grandes
corporaciones.
El
vocero presidencial, imitando mal a María Antonieta, vocifera a diario palabras
que evocan aquello de “si no tienen pan, qu´ils mangent de la brioche”.
El
vocero presidencial, claro está, dice lo que le hacen decir sus infames
ventrílocuos.
La
niña pertenece a un hogar a cargo de su mamá viuda quien, trabajando de lo que
consigue, mantiene a sus seis hijas. Vale la pena informarse acerca del
comportamiento ejemplar de esta madre, desamparada.
La
nena, angustiadísima porque sus hermanitas carecen de útiles para la escuela,
intentó el hurto, un intento que demuestra la vocación solidaria de una pequeña
desesperada e impulsada por la necesidad implacable.
Por
supuesto que el hurto no se justifica, de lo cual son conscientes la pequeña,
su madre y sus hermanas.
Muchas
veces pienso que para comprender a fondo comportamientos movidos por las
carencias más dramáticas tiene uno que haber conocido en sus primeros años de
vida la falta de comida, la falta de vestimenta, la falta de útiles escolares,
las humillaciones.
Haber
padecido durante largos períodos de mi infancia y adolescencia esas privaciones
seguramente hace que mi sensibilidad se agite tanto.
El
episodio hubiera inspirado seguramente a artistas y literatos sensibles como
Leonardo Favio, José Hernández, Vittorio de Sica, Roberto Arlt, Víctor Hugo,
Antonio Berni, Frida Kahlo, Mabel Itzcovich, María Elena Walsh o Charles
Dickens.
Por
el contrario, como afrontamos un régimen en descomposición, de la cual es
responsable la totalidad de quienes lo encabezan o coparticipan, tamaña
manifestación de la tragedia de una Argentina en ruinas les resbala a
dirigentes, gobernantes, intelectuales, consultores y, por supuesto, a los
privilegiados gozadores de todos los privilegios.
Inclusive,
para el nefasto gobierno absolutista, la pobreza es el dato milagroso que certifica
su imaginario éxito.
Es así
como los cultores de la maldad interpretan los padecimientos de la sociedad.
Pero
quede claro: lo que protagonizó la chiquita pampeana es representativo de lo
que están sufriendo la inmensa mayoría de las argentinas y de los argentinos.
El
descomunal despliegue policial ilustra sobre la lógica que impera en los mandos
altos y medios del Régimen. Esos mismos efectivos y sus jefazos hubieran
arrugado y se hubieran quedado tomando mate asustados si los llamaran para
detener al Gordo Valor o la Garza Sosa, quienes siempre los tuvieron a mal
traer.
La
lógica imperante en el gobierno y la casta a la que responde, acompañada por
todo el Régimen es el de que los pobres sobran y estorban, nacen fracasados y
son responsables de su hambre.
Milei
es la acabada expresión del Régimen al que vino a salvar.
Sus comportamientos
de niño malcriado y de émulo de Herodes, el responsable de la matanza de los
inocentes en ocasión del nacimiento de Jesús, son comportamientos que siguen la
máxima más espantosa: “la pobreza se acaba castigando a los pobres”.
O
haciendo la gran Herodes.
Dejemos
en claro: Milei no sigue a Moisés.
Milei
reproduce la ferocidad de Herodes.
El
espectro de Herodes comandó a los verdugos que se lanzaron sobre una niña
solidaria con su mamá y sus hermanitas.
Porque
este hurto tiene dos facetas: una la reprobable, la acción ilegal; la otra, una
conducta desesperada impulsada por el amor filial y fraternal.
Flor
de dilema ante nosotros.
Ese
dilema se supera con justicia en todas las áreas de la vida en sociedad,
empezando por la social.
Ese
dilema se superará acabadamente cuando el Régimen sea sustituido, gracias a la
movilización popular y la conducción política genuina, por la democracia, la
democracia de verdad y no la farsesca.
Sustituido
respetando la legalidad por más precaria que sea e interpretando la vocación
pacifista de nuestro pueblo.
Jean
Valjean de “Los miserables” de Hugo fue perseguido tenazmente por décadas por
haber robado un pedazo de pan cuando se pasaba de hambre.
En
la opereta “La urraca ladrona” de Rossini una joven es acusada injustamente del
hurto de una cuchara, la cual había sido sustraída por una urraca. La joven es
cruelmente castigada por una sospecha infundada.
En la
circunstancia que motiva esta nota, la niña intentó el hurto, a diferencia de
la protagonista de la opereta; ahora bien, ese hurto tiene sus raíces en el
afano colosal y en gran escala que el Régimen, fuera de control con el gobierno
libertario, lleva a cabo contra la población y contra la nación, contra trabadoras
y trabajadores, contra jubiladas y jubiladas, contra desocupadas y desocupados y
en su extremo más asocial al mango contra niñas, niños y adolescentes.
El
dolorosísimo acontecimiento debe alertar enérgicamente que el gobierno absolutista
teocrático y sus mandamases se están lanzando contra la infancia.
Dar
la lucha contra tanta opresión es un imperativo del Pueblo argentino.
Ahí
me encuentran y me encontrarán siempre, probablemente con mis ojos y mi rostro
trasuntando la profunda pena que me invade ante la tragedia.
Rubén
Rojas Breu
Buenos Aires, febrero 22 de 2024
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