martes, 17 de octubre de 2023

Elecciones del 22 de octubre 2023 en la Argentina: la masa avanza contra el pueblo

 


Rubén Rojas Breu

 

ELECCIONES DEL DOMINGO 22 OCTUBRE DE 2023 EN LA ARGENTINA:  

LA MASA AVANZA CONTRA EL PUEBLO

 

Ya reiteradamente publiqué acerca de que Pueblo y masa son antagónicos. Se puede encontrar la conceptualización en varios de mis textos, particularmente en “Concepto de Pueblo” en rubenrojasbreuelaula.blogspot.com.

 

Pueblo es la categoría superior y representa a la Política como actividad sublime para la emancipación y la realización plena, por lo cual se deduce que los pueblos a lo largo de la Historia dan su lucha contra los despotismos. El Pueblo, de tal manera, es la organización política por excelencia.

La masa fue descrita por variados intelectuales y también por científicos sociales entre los que me incluyo.

Entre quienes caracterizaron a la masa brillan Mac Dougall (inglés, aclaro; no yanqui), Le Bon, Freud, Canetti, Bion, Golding, Perón y Bleger. Mi labor fue la de profundizar la diferenciación entre pueblo y masa sistematizándola en toda su complejidad.

 

La masa es un agregado amorfo, casi indiferenciado, de baja organicidad, que se conduce a manera de rebaño entregando su capacidad de decidir para dejarla en manos de algún líder o de alguna simplota idea surgida de algún fanatismo.

 

Entregar su capacidad de decidir libera al miembro de la masa de hacerse cargo, de soportar la angustia que implica elegir.

De tal manera, la masa y cada uno de sus integrantes, prescinde de estudiar o de pensar per se, de informarse, de comprometerse, de militar y de correr riesgos, de generar una comunidad con otras y con otros para encarar una acción colectiva transformadora.

 

La masa es afecta al pensamiento mágico, a la creencia en que las palabras e ideas de cualquier espantajo que se presenta como salvador se materializan fácilmente superando, de un día para otro, las frustraciones.

 

La masa es un amontonamiento que puede optar por dogmas y líderes que van a destruir a todas y a todos, a cada una y cada uno, de sus integrantes.

Eso de votar en contra de los propios intereses es propio de la masa y de sus integrantes.

 

Por ese motivo, entre otros, LA MASA ES ENEMIGA DEL PUEBLO.

 

La dictadura cívico militar terrorista consumó la misión que sus antecesoras no habían podido concretar: destruir al pueblo argentino y lograr, con esa destrucción, acabar con la nación, con la integración latinoamericana, con toda democracia genuina, con la Política y con todo lo que significara un Proyecto.

 

Todos los factores de poder, todos los gobiernos civiles, todas las dirigencias, referentes, intelectuales, periodistas y consultoras desde la instauración de las formas institucionales acordes con la Constitución mantuvieron la proscripción del pueblo y se apoyaron en la masa.

 

Lo hicieron porque carecieron y carecen de auténtico conocimiento de la Política, porque carecieron y carecen de un Proyecto o porque era su interés mantener el sometimiento, la entrega, la subordinación a los concentradores de poder y de riqueza vernáculos y globales.

 

Seguramente se disgustarán muchas y muchos que lean estas líneas, pero las cosas no están para que calle lo que debe ser dicho solamente para cuidarme del qué dirán.

El compromiso con mi pueblo y mi nación es incondicional; no puedo dejarme llevar por la actitud mezquina que impulsa a hacerse el distraído o a cuidarse la espalda o a evitar herir la sensibilidad o de corruptos o de ingenuos.

Así que hablo claro y sin cortapisas.

 

Cada vez que el pueblo argentino intentó renacer de sus cenizas, a la manera del ave Fénix, se valieron de todas las artimañas y argucias para volver a sepultarlo. Con toda nitidez lo hicieron en ocasión de la rebelión popular de octubre y diciembre de 2001, a la cual el régimen imperante, de derecha a izquierda, sigue estigmatizando.

 

La masa aborrece la Política, la ciencia, las artes, la producción.

 

La masa prefiere el egoísmo y rechaza la solidaridad, prefiere hacer la propia y rechaza la justicia, prefiere el encierro endogámico y rechaza la interacción social, prefiere la intolerancia y rechaza la convivencia, prefiere el machismo y rechaza la igualdad de género y la diversidad, prefiere la grosería y rechaza el respeto, prefiere la frivolidad y rechaza la comprensión.

 

Queda claro que la masa está en sintonía con la derecha y la ultraderecha.

 

Por las mismas razones es compatible con el colonialismo y el imperialismo: la masa quiere que la Argentina sea una estrella más en la bandera gringa y de ahí su torpe e incalificable preferencia por acabar con nuestra moneda y adoptar el dólar, esa divisa manchada de sangre de los pueblos.

 

La masa cree en aquello de que “el que no llora no mama y el que no afana es un gil” (toda una expresión que supone apología del delito). La masa adhiere al “cé todo igual” de Minguito Tinguitella.

 

La masa en el repudiable formato de “mayoría silenciosa” apoyó a la dictadura genocida de Videla, Massera, Agosti, Martínez de Hoz y sus cómplices de las corporaciones empresarias, mediáticas, clericales, falsamente gremiales, militares, policiales a las que hay que agregar a castas y mafias de todo pelaje.

 

La masa se nutre de los medios más elementales y facilitadores de la estupidez o la mediocridad como las series y películas yanquis, la televisión farandulera y sensacionalista y en los últimos años las mal llamadas “redes sociales” a las cuales cabe denominar virtuales, cibernéticas, internáuticas o con algún nombre equivalente. Lo de “sociales” es por definición incorrecto y, tanto más, cuando desembocan en asociales.

 

Las facciones finalistas que se presentan a los comicios del 22 de octubre y sus candidatas y candidatos apuestan a la masa en desmedro del pueblo. A eso arribamos.

Si tanto va el cántaro a la fuente y al final se rompe, puede deducirse que, si tanto desde 1983 a la actualidad se apeló a la masa ninguneando al pueblo, la derecha y la ultraderecha llevan las de ganar, tal como señalé ut supra.

 

Nada más opuesto a la ciencia como las encuestas y los operadores de los “focus groups”, artificios manipuladores que también se circunscriben a la masa ignorando al pueblo. No tienen idea de la diferenciación entre masa y pueblo, “ma sé gual”.

Tampoco les interesa tener idea, a tal punto desdeñan la ciencia o los enfoques epistemológicamente sustentables.  Tampoco saben lo más mínimo sobre investigación social, a la cual tanto esfuerzo dediqué como puede comprobarse por mi trayectoria, mi producción, mis textos y mis clases.

Sólo saben alardear, besar manos y pies y, por supuesto, hacer negocios.

 

De tal manera, la inevitable y nefasta conclusión es que de tanto dedicarse a la masa se llega al domingo 22 con esta suerte de “la masa avanza”, con una runfla y un mascarón de proa que ponen empeño en vociferar lo que la masa quiere escuchar sin atender a principios, ideas, razonamientos, análisis o propuestas.

Apostar tanto a la masa llevó a lo que Bion describe como el supuesto básico de “ataque-fuga” por el cual una figura paranoide acaba ocupando el lugar del líder. Feo pero explicable cuando se analiza científicamente.  

Hay susto entre millones de personas honestas que tienen miedo porque se venga lo peor. No es para menos.

 

Las opciones del domingo son entre lo malo y lo peor y hay millones de argentinas y de argentinos que escogen lo malo. Es comprensible porque lo peor les genera pánico.

 

Si lo peor acontece existe el riesgo de que en poco tiempo todo vuele por los aires.

Un deseo inconsciente está ahí activo: el de que salte todo con la finalidad ilusoria de que sobrevenga algo distinto a este presente abrumador.

 

Mi esperanza está puesta en que el pueblo, el pueblo, reencarne, retorne a la vida.

Como no me gusta sentarme a esperar, seguiré accionando para que eso suceda.

 

 

 

 

 

 

 

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