Rubén Rojas Breu
VIOLENCIA ES TODO EL PROGRAMA LIBERTARIO
MI REPUDIO AL ATAQUE DEL PRESIDENTE AL
KIRCHNERISMO Y SU LIDERESA
Quien esté al tanto de mi trayectoria política,
como militante y como dirigente, así como de mi producción científica y mi
carrera profesional, sabe que mis diferencias con el kirchnerismo son abismales.
Lo mismo vale con respecto a la distancia que me separa de la izquierda y del
progresismo.
Aclarado el punto, señalo:
1. Que considero a quienes pertenecen a esas
corrientes y fuerzas políticas compañeras y compañeros que comparten conmigo la
aspiración a la emancipación y realización de nación y pueblo,
2. Que lo que voy a exponer sobre la violencia
presidencial y libertaria, además de reflejar mi posición política sobre algo
crucial, es una expresión de solidaridad y una demostración cabal de
objetividad toda vez que no pertenezco a tales espacios.
El caudillo libertario, su LLA y sus aliados
incondicionales, tienen como único y acabado programa el ejercicio de la VIOLENCIA.
Violencia a través del ajuste brutal, violencia
a través de la destrucción de la educación y salud públicas, violencia a través
de demolición de la industria, de la ciencia y de la tecnología, violencia a
través de la entrega, violencia a través de la caída de salarios y
jubilaciones, violencia a través de la represión salvaje de toda manifestación
popular, violencia a través de su política internacional, violencia a través de
bravatas en medios de comunicación y redes virtuales, violencia a través de
amenazas, antecedidas por el intento de asesinato de la lideresa kirchnerista
hace dos años.
Por qué ese caudillo, acompañado por su
comunidad de energúmenos, está donde está.
La dictadura se propuso destruir, con su plan
exterminador, a la Política, al Pueblo y a la soberanía nacional.
Después del primer gobierno civil post dictadura,
encabezado por Alfonsín, el menemismo llevó a cabo un plan para arrasar con
nación y con pueblo, para liquidar a la Política, a las organizaciones políticas
y para aniquilar hasta el último vestigio de cultura política.
Los gobiernos que vinieron después no advirtieron
este proceso e, inclusive, inconscientemente o no del todo, lo alentaron.
Es así que desde la dictadura y luego con el
menemismo, cobra protagonismo la masa, la llamada “mayoría silenciosa”, en
desmedro del Pueblo.
Del seno de la masa, ya generada por la
dictadura, sus tenebrosos grupos de tareas y alentada descaradamente por el menemismo,
emerge la HORDA.
Esa horda se fue evidenciando y así sigue, con
los violentos de género, incluyendo abusadores y feminicidas, con el gatillo
fácil, con la violencia criminal, con el auge de los narcos, con faranduleros y
faranduleras desaforados y desaforadas que hicieron y hacen gala de salvajismo
en televisión y redes, con patoteros y barrabravas, con el crecimiento de
población lumpen que se ensaña con los pobres y con tanto más que se agregue a
esta incompleta lista.
Esa horda buscó desde su origen alguien que la
represente, pasando por las opciones de derecha que le parecieron insuficientes,
hasta dar con el actual caudillo libertario por obra de deleznables programas
de televisión y las redes.
Esa horda sintoniza con la descomunal
penetración cultural yanqui que posee un amplísimo espectro que va desde el
culto de los fascistoides superhéroes hasta extendidas costumbres abiertamente
deshumanizantes.
Esa horda arrastró a la masa manipulando a
esta con promesas de que, a través del ejercicio de la crueldad, a través del
castigo, a través de la hostilidad a lo nacional, a lo popular, a los pobres, a
trabajadoras y trabajadores conscientes de sus derechos, encontrarían su
felicidad canalizando resentimiento y odio cerril sin esforzarse y sin
comprometerse políticamente.
Agreguemos que con su amenaza de este domingo
20, justamente el día de la Madre, les aporta una prueba a quienes lo denuncian
por plagio ya que copia a Herminio Iglesias, quien, en el acto de cierre de campaña
de un ya degradado peronismo en octubre 1983, se paseó con un ataúd que
contenía un muñeco que asemejaba al líder radical.
Los actos violentos, las incitaciones e iracundia
de Milei, sobreactuaciones planificadas incluidas, tienen un doble propósito:
Uno, revalidar ante la horda su función de
representante ya que la misma es adicta la violencia a la manera en que Drácula
lo es a la sangre
Dos, intimidar a la población, a quienes se movilizan,
a la oposición y a todo lo que obstaculice el paso de la horda.
De tal manera, se trata de debilitar a la
horda.
A la horda se la debilita construyendo la
conducción política, generando organización política y regenerando la cultura
política.
Una manera de empezar es una amplia
convocatoria contra la violencia, contra la violencia que va desde el ajuste sanguinario
y la represión salvaje hasta tanta manifestación verbal y no verbal de brutalidad
verbal, tanta coprolalia, tanta grosería.
Por su parte, el Poder Judicial y los
constitucionalistas tienen que hacer lo que les cabe. Veremos.
Rubén Rojas Breu
Buenos Aires, octubre 22 de 2024
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