lunes, 18 de abril de 2022

CRÍTICA DE LA SACRALIZACIÓN UNIVERSITARIA a partir de la serie corena "SKY Castle"

 

 

 

 

Rubén Rojas Breu

 

CRÍTICA DE LA SACRALIZACIÓN DE LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA

a partir de la reveladora serie coreana “SKY Castle”

 

Consideraciones previas

No se trata de una crítica de la educación universitaria sino de la sacralización de la misma, una sacralización que tal como plantea la serie coreana desemboca en un mandato extremo, agobiante, aterrorizante e, inclusive, letal. Se trata de una crítica de un enfoque que confiere el estatus de sagrado a un área de la vida humana, como cualquier otra, que nada tiene que ver con lo divino o con anhelos y preceptos de dioses.

No es la educación universitaria lo que pongo aquí en cuestión, lo cual jamás haría ya que soy entusiasta egresado universitario -de la UBA- y, desde hace más de cincuenta años, docente del nivel superior y de posgrado. La educación universitaria es un pilar indiscutible del desarrollo de las naciones y de sus pueblos y, también, un instrumento fundamental de su realización. Además, da la posibilidad a tantas y tantos (es mi caso) de superar los límites de la endogamia y también de la pobreza para acceder al ejercicio profesional y a la producción de ciencia.

Lo que analizo acá es cómo cierta manera de concebir la educación universitaria consistente en sacralizarla, como parece suceder en Corea del Sur, conduce a familias y grupos diversos a una alteración insalubre de los vínculos interpersonales y de las relaciones sociales en general, así como de las propias configuraciones psíquicas.

Esa alteración insalubre, nacida del ansia desbordada o el frenesí por las notas o calificaciones con el fin de cursar carreras en las universidades más prestigiosas, llega a ser causal de suicidios, todo un flagelo en la sociedad surcoreana que pone fin a las vidas de numerosas y numerosos adolescentes y, también, de adultas y adultos.

El límite entre el logro denodadamente alcanzado y la frustración vivida como irreversible o terminal es sumamente delgado, tenue, lábil.

 

Sobre la serie

La serie muestra cómo madres, padres, familiares en general, docentes y, desde luego, estudiantes viven en vilo, sobreviven en la cornisa de un precipicio que, a menudo, los atrae a sus mortíferas simas o profundidades.  

El vocablo “sky” es al mismo tiempo “cielo” o “celestial” y un acrónimo de las universidades prestigiosas de Corea del Sur: Seúl, Korea y Yonsei.

Escenario principal de la acción es el castillo multiplicado, la ciudad o el barrio cerrado del “Cielo” o “Villa Celestial”, un lugar suntuoso e imponente ubicado en las afueras de Seúl y habitado por prominentes miembros de la élite cultural.

Escenarios secundarios son, fundamentalmente, el Hospital Universitario de Junam, así como la estación de policía de la localidad vecina, zonas paisajísticas y las calles de la capital coreana.

Lo nuclear del relato son las vicisitudes de elevada exigencia que afrontan familias enteras y sus entornos para que sus vástagos accedan a la Universidad Nacional de Seúl y, en algún que otro caso, a la universidad de Harvard, respecto de la cual la serie desliza un comentario mordaz signándola como simulacro, farsa o típico invento propagandístico yanqui.

Los conflictos se multiplican tendencialmente al infinito y en lo manifiesto se expresan entre madres o padres y sus hijas e hijos, entre cónyuges, entre abuelas o abuelos y sus descendientes, entre colegas, entre vecinas y vecinos, entre docentes y progenitores o alumnas y alumnos.

Paralelamente al esfuerzo se va mostrando a lo largo de la serie la corrupción que necesariamente acompaña el anhelo desmesurado por alcanzar el éxito. Un ejemplo de la misma es la comercialización de los exámenes por la cual alumnas y alumnos pudientes logran saber de antemano los temas y preguntas de las pruebas de evaluación.

La serie conjuga géneros diversos, particularmente el drama y la sátira condimentadas con algunas apelaciones a la comicidad.

Muestra cómo concurren, subrepticiamente, la tragedia y la farsa, el desamparo y el privilegio. Desnuda la injusticia como basamento de esa dramática, injusticia que se expone desde las primeras secuencias hasta las finales.

Alguien, en algún sitio, comentó que la serie, pese a todas las desdichas que narra tiene final feliz. Es un poco dudosa tal aseveración ya que a lo largo de esta serie sobresalen varios finales por cierto penosos o desgarradores; no todo es júbilo, más allá de cierto remate más convencional que venturoso.

Sería fácil atribuir los acontecimientos, lo que sucede con esa obsesión colectiva por llegar a la universidad prestigiosa y egresar como profesional promisorio, al capitalismo, al “individualismo”, a los espíritus competitivos o a la búsqueda de éxito a como dé lugar.

Sería fácil atribuir lo que se cuenta en la serie a las supuestas causales antedichas, pero incurriríamos en las explicaciones clisés, superficiales, manidas. Sería fácil pero infecundo.

La serie, que consta de veinte episodios, cuenta con elevada tensión dramática, tiene un ritmo muy ágil y describe situaciones que, in crescendo, abordan lo límite con desenlaces tanto dolorosos como satisfactorios según los distintos casos.

En el desarrollo tanto las situaciones y los conflictos, así como los vínculos y los personajes, van evolucionando, transmutan, al punto de que prácticamente, a su término, lo que sobrevive y quienes sobreviven distan notoriamente de lo que era y de quiénes eran en el inicio.

La dirección, el trabajo de cámara, la estética, la fotografía y las actuaciones son del encomiable nivel tan característico de las mejores producciones surcoreanas, a la altura de las mejores europeas, latinoamericanas, canadienses, asiáticas y africanas y, desde luego, como vale siempre enfatizar, muy por encima de las estereotipadas series y películas tan propias de los EEUU de Washington.

 

Análisis

Un enfoque ingenuo para el análisis de la serie SKY Castle incurriría en la suposición de que la misma se circunscribe a cómo madres y padres buscan imponer su deseo haciendo de sus hijas e hijos los instrumentos para su satisfacción y, eventualmente, para suturar las heridas de sus propias frustraciones. No cabe duda de que estas aseveraciones tienen sentido y se constatan por el relato de la producción que estamos analizando, pero implican un enfoque ingenuo y generalizador que nos aleja de una perspectiva sistémico-relacional de tal relato.

Madres y padres, hijas e hijos, abuelas y abuelos, docentes y profesionales responden, en lo relativo a la educación (también en lo culinario y otras áreas de lo humano) a una tradición milenaria. Todas y todos son manipuladas y manipulados por una suerte de mandato transgeneracional.

Dicho de otra manera, el deseo de madres y padres, así como de los otros actuantes arriba enunciados es la materialización en el presente de un imperativo de siglos, cuyos orígenes se remontan a Confucio y aún antes y, sin ninguna duda, a las dinastías Goryeo y Joseon.

Desde el punto de vista de mi creación, el Método Vincular, ese imperativo es propio del Posicionamiento Dominancial, el cual articula la Primarización con la dimensión Significante (o instituyente): es decir, se ubica en un posicionamiento en el cual prevalece la tendencia a la configuración endogámica, la cultura patriarcal, la imposición de lo transgeneracional, la competitividad en sus niveles más extremos y, por supuesto, el afán de dominio.

La mayoría de sus personajes quedan envueltas y envueltos en una encerrona:

  • o acatamiento o disolución de los vínculos,
  • o sumisión a un régimen educativo sumamente riguroso o castigo por vía de la pérdida del afecto, de la reprobación de las familias y docentes y, más decisivamente, de la sociedad, especialmente de sus élites o castas.

Esa concepción tradicional y tiránica acerca de la educación universitaria se basa en el modelo de la sociedad piramidal, modelo según el cual la base representa a la masa desprovista o desposeída, obligada a someterse, y la cúspide simboliza a la casta, visualizada como posición justificada por los méritos.

De tal manera, la versión corpórea de la pirámide de la que se vale uno de los protagonistas, un padre, restringe lo social, restringe las interacciones humanas, a una versión rígida y encorsetada por la cual se justifica los privilegios de los concentradores de poder y de riqueza al mismo tiempo que condena a las mayorías a la negación de todos los derechos.

Este modelo de lo social es propio del Posicionamiento Dominancial. Es una configuración sociopolítica que desconoce el carácter multipiramidal y, al mismo tiempo, la participación protagónica de un pueblo.

Las universidades genuinamente consideradas y, en general, la educación pública y laica, se encaminan en una dirección absolutamente contraria a toda sacralización.

Las universidades de las élites, las cuales no merecen tal nombre “universidades”, con las de los EEUU de Washington a la cabeza (v.g. Harvard, Yale, Stanford y demás) tienden a sacralizar o sacralizarse para erigirse en el imaginario colectivo como entidades fundadas por la divinidad. Estas “universidades” son, en rigor, usinas ideológicas que tienen por objeto disciplinar y adoctrinar con el fin de asegurar los regímenes injustos imperantes y la también sacralización del capitalismo, al cual se lo eleva, infundadamente, del lugar de formación socioeconómica a configuración cultural y sociopolítica.

Justamente, y contrariamente a lo que sucede en las universidades estatales argentinas, en esas “universidades” al igual que en las privadas de nuestro país y todo el mundo, la acción política está proscripta, está censurada, está reprimida.

En la serie coreana se percibe también tal omisión: centrarse desesperadamente por llegar a la universidad omite el rol de la Política induciendo a la suposición de que la educación del nivel superior es ajena al poder, es aséptica, no se contamina por las luchas de los pueblos contra los despotismos ni por la acción depredadora de éstos contra la humanidad y el planeta.  

Esto último y todo lo antes analizado es lo que pone sobre el tapete la serie coreana SKY Castle.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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