miércoles, 13 de agosto de 2025

EN LA ARGENTINA, ¿QUÉ VOTAR? ¿A QUIÉN VOTAR?




 

Rubén Rojas Breu

 

¿QUÉ VOTAR? ¿A QUIÉN VOTAR?

 

Se avecinan las elecciones de legisladores en la Provincia de Buenos Aires y en el orden nacional.

 

Las primeras en setiembre y las nacionales en octubre.

 

En consecuencia, el gallinero está que arde.

Argentinas y argentinos, viviendo lo indecible, empezamos a ser bombardeadas y bombardeados por la propaganda tan gastada, tan deslucida, tan a contramano de los intereses y de las preocupaciones de las mayorías que sufren.

 

Estos comicios muestran algo que ya se ha convertido en una constante desde hace años o décadas según se mire:

 

-       el contraste entre el interés mayúsculo en los comicios por parte de las dirigencias, las facciones que participan, candidatas, candidatos, medios y empresas encuestadoras de un lado

 

-       y, del otro lado, la indiferencia y la desesperanza de la población en general.

 

 

Las próximas elecciones importan únicamente a fanáticos e ingenuos que apoyan este atroz oficialismo o que adhieren a una oposición apática o complaciente.   

 

De un lado, un interés que se extrema hasta la desesperación a medida que pasan los días.

 

Del otro lado, una desesperación que deriva en desinterés, sabedora gran parte de la población que las elecciones son para beneficio de politiqueras, politiqueros y sus patrocinantes, sean los poderosos, sean los beneficiarios de un statu quo que parece eterno.

 

La Argentina está atrapada en la Tercera Ley de Newton cuyo enunciado es: “por cada acción que ejerce un objeto sobre otro se da una reacción de igual magnitud en sentido opuesto”.

 

De tal manera, la política en nuestro país, y con ella la sociedad en general, está incursa en una situación de contrapunto: la derecha y ultraderecha accionan en contra del kirchnerismo, el progresismo y la izquierda las cuales reaccionan contra las primeras las cuales a su vez reaccionan contra las últimas y así indefinidamente con el resultado de que pasan las décadas y seguimos anclados en el mismo lugar, en la decadencia, el atraso, la pobreza, el sufrimiento de la población expoliada por los concentradores de poder y de riqueza locales y globales.

Argentina está inmersa en un inacabable bucle temporal.

 

El efecto es un estado creciente de desazón colectiva, de desesperanza, de frustración.

 

Entonces, ¿qué votar? ¿a quién votar?

 

Nada en el horizonte se presenta mínimamente prometedor para el Pueblo, para la Nación, para trabajadoras y trabajadores, para jubiladas y jubilados, para niñas, niños, adolescentes y mujeres que son empujadas y empujados violentamente hacia la injusticia, el hambre, el desamparo y el maltrato.

 

El gobierno libertario abiertamente despótico ofrece más penuria reivindicándola como requisito para un no se sabe qué mientras consuma la entrega y el saqueo en un marco de injusticia y violencia.

 

El presidente, su hermana y su horda se ensañan inclusive con un niño autista mostrando el primero que quedó anclado en su infancia de mocoso malcriado consentido por su pareja simbiótica, su hermana carente de luces y de escrúpulos.

 

Un presidente que cuando habla muestra sus manos en garra, que cita el engendro yanqui nazi, misógino y oscuro Batman, que se subordina al país más deshumanizante del planeta, los EEUU del esclavista Washington, que acata la doctrina yanqui del “destino manifiesto”.

 

La oposición, kirchnerista, progresista o de izquierda, exhibe internismos inconducentes, parálisis intelectual, incapacidad política, inoperancia, burocratismo.

 

Se refugian en el electoralismo y en la falacia de que hay que sostener las instituciones como garantía de la democracia, falacia al servicio de preservar sus minúsculas porciones de poder, sus prácticas politiqueras, su vocación por autoperpetuarse en puestos y en vivir de las roscas y transas.

Al mismo tiempo, han hecho todo lo posible para frenar la movilización popular, para clausurar la única vía eficaz que puede sacarnos de este marasmo.

 

Todo redunda en una nada salvo el de darle el gusto al periodista Gustavo Sylvestre que se ve a sí mismo como adalid de una resistencia a vaya a saber qué.

 

Tenemos así una oposición que como gobierno y como integrante del Congreso creó y crea las condiciones para que la horda libertaria se encaramara y se sostenga y que facilitó la penetración cultural y política de los gringos.

 

La lideresa K se enreda en discusiones estériles, flojas de argumentos, desenfocadas, con el caudillo libertario dándoselas de popular por el uso de expresiones que orillan el ridículo como su “che, Milei”.

 

Se evidencia incapaz de entender la tragedia que nos está destruyendo.

 

Referentes, analistas políticos, periodistas y demás ejemplares pretenden que lo que acontece se explica desde la economía cuando, en verdad, el drama de la argentina es fundamentalmente político y debe encararse y resolverse desde la política.

 

Por ningún lado surge un Proyecto.

El único, realmente el único, es el que propuse, publicado en rubenrojasbreuelaula.blogspot.com.

 

Por lo menos alguien, yo, está proponiendo un Proyecto, un Proyecto de emancipación y de realización, un Proyecto con todas las letras, no modelos de ocasión para salvar las ropas de dirigencias que no saben ni quieren saber dónde están paradas.

 

¿Qué votar? ¿a quién votar?

 

Queda claro que no hay respuesta a tales preguntas.

 

Se entiende por demás que la abstención, sea la no concurrencia, el voto en blanco o el nulo sean opciones atendibles.

 

¿Quieren campaña?

 

La haré haciendo ver que este sistema político institucional está agónico y que este régimen electoral está agotado.

 

La haré por el Proyecto que elaboré con mi puño y letra y que pongo insistentemente a consideración.

 

Haré campaña por la democracia de verdad.  

 

Rubén Rojas Breu

Buenos Aires, agosto 13 de 2025

 


miércoles, 6 de agosto de 2025

EL TENEBROSO Y RECÓNDITO DESEO DE MILEI

 


Rubén Rojas Breu

 

EL TENEBROSO Y RECÓNDITO DESEO DE MILEI

 

Cuando me refiero a Milei me refiero a la fratria, a la fratria Milei, tal como desarrollé en anteriores publicaciones.

 

Hermano y hermana son, psicosocialmente, una unidad indivisa e indivisible, se sostienen en un tenaz vínculo simbiótico.

 

Él vocifera, la hermana opera.

Él derrapa y desborda, ella encarrila y contiene. Desequilibrio y vuelta al equilibrio, entropía y neguentropía.

 

Esas dos funciones, procesos identificatorios mediante en clave Freud, se propagan hacia seguidores: la horda, por un lado, extensión del hermano, los adaptados del otro, prolongación de la hermana.

 

A través de un nuevo desborde el hermano reveló el deseo más íntimo, más recóndito, más profundo y determinante: hacer de la argentina un cementerio.

 

Como expresión de tal deseo y, a la vez, como amenaza para argentinas y argentinos, profirió ante un auditorio de su gusto, la Fundación Faro: “si no llegaran a fin de mes, la calle estaría llena de cadáveres”.

 

Esas frases ponen de manifiesto su deseo más recóndito y, al mismo tiempo, encierran una amenaza: “hasta que la Argentina no se convierta en un extenso y colmado camposanto seguirá el ajuste”.

Acaba con toda esperanza si alguien todavía se aferraba a ella.

 

Se hace palmaria la inscripción que Dante Alighieri imagina en la entrada al infierno: “…abandona la esperanza si estás aquí”.

La Argentina de los Milei y sus esbirros es ese infierno.

 

Ese deseo y la amenaza vibran en sus adherentes, en los libertarios y en quienes todavía lo apoyan y votan.

 

Veamos.


La muerte es desde los tiempos más pretéritos no solamente negación de la vida, sino del Deseo como tal, de todos y cada uno de los deseos de humanas y humanos.

 

 

La muerte representa también lo opuesto a todo lo que está incluido en la Vida: el amor, la Política, el conocimiento y las ciencias, las artes, la filosofía y, también, la alimentación, la vestimenta, la vivienda, la justicia, la dignidad y largos etcéteras.

 

Aunque sorprenda, la muerte también arrasa con las emociones propias de la hostilidad como el odio, el impulso a la venganza, la envidia, los celos.

Para tales sentimientos se requiere estar vivo.

 

Desde el pasado más remoto, desde el comienzo de la Humanidad, el culto, la atracción y el temor a la muerte estuvieron presentes.

Es uno de los datos más elocuentes de que humanas y humanos nos diferenciamos tajantemente de los animales, por lo tanto, un indicador irrefutable de que no somos monos ni primates ni simios, digan lo que digan las decimonónicas taxonomías.

 

Todas las mitologías y religiones, particularmente las más ancestrales, tienen deidades que representan a la muerte.

 

Desde el vernáculo y protector de los pobres San la Muerte hasta la tercera de las Parcas, la aterradora y archiconocida Átropos, la que corta el hilo de la vida.

 

Nergal, Mot, Osiris, Hades, Mors, Hela, Mictecacihuati, Ah Puch, Supay, Izanami y Lama son algunos nombres de tales deidades desde el extremo Oriente hasta los pueblos originarios de nuestro continente.

 

También personajes de la literatura, fundamentalmente gótica, han logrado gran alcance como representaciones de la muerte o de la resurrección o del más allá: Drácula y Frankenstein, por ejemplo.

 

Humanas y humanos nos realizamos como tales venciendo a la muerte a través de la búsqueda de proyectos colectivos de realización que eleven la vida a través de la justicia, de la cultura en todas sus formas, de la convivencia, de la trascendencia a través de nuestras creaciones y a través de nuestra descendencia.

 

Es algo que olvidan o desconocen la totalidad de las dirigencias, los medios, las empresas encuestadoras, los intelectuales y, por supuesto, los concentradores de poder y de riqueza.

 

Nada de lo que acabo de enumerar como intrínseco de la Vida y conductas destinadas a vencer a la muerte, ni nada de lo que enuncié más arriba como incluido en la Vida, se encuentra en la fratria Milei.

 

En cambio, sí abundan en los Milei, y notoriamente en el hermano, símbolos de la muerte, palabras y gestos que invocan a la muerte, políticas letales, tomas de decisiones que depredan y devastan.

 

Asimismo, su alineamiento internacional con lo más inhumano del planeta expresa una desenfrenada vocación por la muerte.

 

 

Dentro de la iconografía Milei se destacan las representaciones de animales presentados como portadores de muerte como el león en toda su ferocidad y el águila, el diálogo con el perro favorito muerto, las amenazas sobre acabar con los “kukas” o con los “zurdos” buscándolos hasta el último rincón del planeta.

 

El más rimbombante, cruel y penetrante de sus emblemas es, sin duda, la motosierra.

 

Las figuras representativas de la muerte en las antiguas mitologías eran portadoras de la guadaña.

 

La motosierra de Milei es la versión moderna, contemporánea, de aquella terrorífica guadaña.

 

¿Más claro? Agua.

 

Como un desatino más, Milei anuncia que va a dejar de insultar, como si solamente insultara con sus palabras violentas, con su coprolalia irrefrenable, cuando insulta todo el tiempo con sus decisiones, con sus vetos, con su rechazo a trabajadores, jubilados, discapacitados, niñas, niños, pobres.

 

Invita a discutir ideas, obviando que para debatir en el alto nivel que la Argentina hundida en el atraso y la decadencia, requiere de un Proyecto y de conceptualizaciones que están muy por encima de su pobrísimo nivel intelectual y su inexistente formación científica.

 

Se requiere también comprometerse con la Vida, desechando a la muerte como imposible objeto de deseo.

 

El Pueblo sigue dando heroicamente la lucha en soledad.

 

De acuerdo a este análisis que estoy publicando, el Pueblo está desafiando a la muerte y dando la pelea por la vida.

 

Rubén Rojas Breu

Buenos Aires, agosto 6 de 2025

 

 


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