Rubén
Rojas Breu
UN RÉGIMEN ELECTORAL QUE
SOCAVA A LA POLÍTICA
El
régimen electoral vigente es uno de los primordiales factores que socava a la
Política hasta destruirla.
Debilita
también a las instituciones poniéndonos ante un panorama desalentador.
Múltiples
son las causas de nuestra decadencia, iniciada a fines del gobierno
constitucional en 1976 reemplazado abrupta y sanguinariamente por la dictadura.
Una
decadencia que se agravó y agrava con el paso del tiempo.
Una
decadencia a la cual un régimen electoral injusto y absoluto contribuye mucho.
Todos
los regímenes electorales del planeta han caducado; ése es el contexto global.
Se
impone una reforma de fondo de los regímenes electorales, pero quienes deben
encararla se encuentran a gusto con los actuales.
El
menemismo, acompañado por toda la politiquería, fue el gran artífice de la
destrucción de la Política y el de la degradación definitiva del régimen
electoral.
El
menemismo arrancó desmoronando la cultura política, siguió con la
desintegración del peronismo y de todas las organizaciones políticas y,
finalmente, con el ruinoso Pacto de Olivos entre Menem y Alfonsín, consiguió su
ansiada reelección dando curso ya irreversible al electoralismo, una perversión
que llevó a niveles estratosféricos el encuestismo, todo un vicio.
Menem con
sus amigotes impulsó la era de los arribistas, de los faranduleros, de los frívolos
famosos, de los atorrantes de toda laya que de la noche a la mañana fueron
ungidos dirigentes y candidatos, una era que culmina, tres décadas después, en
el actual presidente, su hermana, su horda y su corte demencial.
Quienes
teníamos genuino compromiso político, quienes contamos con conciencia política,
con trayectoria y auténtica vocación política, pasamos a ser objeto de
ninguneo, de censura, de agravios, de exclusiones.
La
masa, de la cual emergió la horda, desplazó al Pueblo.
Quienes
buscaban el negocito, quienes alardeaban de analfabetismo político o pugnaban
por mostrarse mediáticos y brutos expulsaron a los dirigentes y militantes de
verdad, a los que creemos en la Política como actividad sublime.
Ese
cuadro de situación es lo que indujo a Kirchner a proclamar aquello de que
“para hacer política hace falta plata”.
Dicho
de otra manera, el curro y los morlacos pasaron a ser los recursos con los que
“hacer política” en reemplazo de la militancia, de las convicciones, de las
ideas, de la acción colectiva y del compromiso con un Proyecto de emancipación
y de realización.
En los
90 y enfáticamente desde el 2003, mis amigos y antiguos compañeros de
militancia de décadas argumentaban ante mí:
- “estamos
en la era de la lucha por el contrato”
- “ya a
nadie le interesa debatir ni mucho menos construir política”,
- “no estamos en los 40, o 50, o 60 o en los 70”
- y la
más dolorosa de todas, “ya a nadie le interesa la Patria ni el Pueblo, eso
quedó atrás”.
Se
decía eso mientras hacían campaña por el Frepaso en los 90 o, ya en este siglo,
por el kirchnerismo, por el progresismo o por la izquierda.
Las
campañas electorales ya no se basaban en propuestas políticas genuinas ni mucho
menos en un Proyecto.
Se adoptan
temas de las maliciosas “agendas” políticas, según la letra compuesta por
asesores inescrupulosos, por el periodismo cínico, por las empresas
encuestadoras.
Esa
letra es el anzuelo para los votantes, letra que oculta las verdaderas
intenciones: ocupar cargos, valerse del Estado, concentrar poder para sí y para
las “nuevas oligarquías”, así bautizadas en Europa.
Las
PASO sirvieron a este electoralismo viciado, fomentando más la politiquería.
Ahora,
en medio de tanta calamidad y pese a la lucha denodada del Pueblo, la totalidad
de las dirigencias políticas, gremiales y sociales, desalientan, frenan o
boicotean la movilización popular apostando a las futuras elecciones.
En
esas elecciones, más allá de los resultados subrepticiamente fraudulentos, el
Pueblo nuevamente será cancelado.
Dirigentes,
candidatas y candidatos optan por la masa con el beneplácito de los poderosos y
ningunean al Pueblo.
Pregunto:
quienes integramos el Pueblo ¿podemos apoyar a quienes nos descartan?
Dirigencias,
candidatas, candidatos, empresas encuestadoras, medios, manipuladores de las
redes virtuales y concentradores de poder y de riqueza locales y globales de
todo signo coinciden en algo: atraer a la masa, la población “apolítica”, la
“gente” con bajo compromiso social y político.
Atraer
inclusive a los faranduleros, a los famosos y hasta a los lumpen quienes hoy ya
son importante porcentaje del padrón.
Una
vez más, ante el altar de las urnas se ofrendarán campañas sucias, chicanas,
recíprocas denuncias de conjuras y conspiraciones, puestas en escena, grietas
ficticias, peleas por gallináceas, operaciones de prensa, sobrepromesas y
macaneos, disputas de egolatrías alimentadas por la ambición, la ignorancia y
los fanatismos.
Una
campaña en las que figuras repetidas y desgastadas abrumarán con sus chácharas.
Nada nuevo ni innovador, nada edificante ni esperanzador bajo el sol ni bajo
las estrellas.
Todo
el arsenal de la politiquería está listo para alcanzar el vergonzante éxito
electoral.
Por
comida y por dignidad es el único clamor que busca hacerse oír desde el subsuelo
de la patria consagrado por Scalabrini Ortiz.
Es un
clamor que no se tapa con afiches calcados y redundantes.
Un
exaltado periodista “estrella” de C5N proclama que se pone al frente de la Resistencia,
desvirtuando un concepto sagrado para la humanidad y para nuestro pueblo.
Llama
“resistencia” a una mera campaña electoral.
Cuánta
impudicia al ultrajar la memoria de luchas libradas por los pueblos contra los
conquistadores, invasores y tiranías de todas las épocas.
Así se
rebaja más la Política y se corroen aún más a las instituciones, se ponen más
obstáculos al Pueblo a la par de empeorar a niveles extremos las condiciones de
vida de argentinas y argentinos.
Luego
de los comicios dirán, mentirosamente, que el pueblo dio su veredicto,
sintiéndose habilitadas y habilitados para materializar sus mezquinos fines.
Entonces,
más destrucción de la Política y más deterioro de las instituciones.
Así se
saldrán con la suya.
SALVO
QUE, A TIEMPO, EL PUEBLO HAGA TRONAR EL ESCARMIENTO.
Rubén
Rojas Breu
Buenos
Aires, febrero 12 de 2025
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