jueves, 29 de febrero de 2024

EL ACABOSE DE MILEI EN LA ARGENTINA

 



Rubén Rojas Breu

 

EL ACABOSE DE MILEI

 

Según el diccionario de la RAE la palabra “acabose:  denota que ha llegado a su último extremo”, un último extremo que representa la catástrofe y también el “no va más”, el “hasta aquí llegamos”

 

Ese último extremo se da a dos puntas:

 

Por un lado, el gobierno libertario y, particularmente Milei, ha traspasado todos los límites, ha sobrepasado las normas más elementales que la convivencia y que la vida en sociedad proponen e imponen.

 

Por otro lado, también se trata de un grito de ¡Basta! que brota de la garganta del Pueblo.

 

Milei además de aplicar un ajuste brutal, inédito y descomunal que acaba con trabajadoras y trabajadores, con jubiladas y con jubilados, con las mayorías, es una fiera desbocada que hace trizas todo lo que significa respeto.

 

Su manifestación más violenta de tal salvajismo es la vejación a personas con síndrome de Down.

 

Milei y sus esbirros practican la coprolalia que se define como la tendencia patológica a proferir obscenidades, una tendencia que también es visible en las redes virtuales o internáuticas de las que abusa, compulsivamente.

 

Esa coprolalia se acompaña de o se sostiene en la escatología que es la parte de la fisiología que estudia los desechos corporales.

 

La trayectoria pública de Milei desde su inicio hace unos años hasta su desempeño como presidente es la combinación de coprolalia y escatología, es ejercicio de la obscenidad y de gusto por la escoria en la palabra y la acción.

Quienes lo apoyan participan de ese comportamiento abiertamente asocial, violento, propio de la barbarie.

 

Milei y la masa que lo apoya junto con sus incalificables aliados y las voraces corporaciones que lo sostienen o lo sostenían configuran un vínculo inestable, frágil, insostenible en el largo plazo.

 

La masa que todavía lo apoya carece de significación política, es un cero a la izquierda ya que esa porción de la masa no tiene la más mínima involucración en la cosa pública, es pasiva y carente de conciencia social.

Una vez más afirmo que las encuestas no tienen ninguna confiabilidad.

 

Milei llega a donde llegó gracias a la horda, esa comunidad de inciviles que carece de toda conciencia y de toda cultura políticas.

La horda, así como Milei, sólo busca satisfacer alocadamente sus instintos primitivos, propios de un tiempo prehistórico impreciso.

 

Con su plan de destrucción tenía que llegar el momento en el que a Milei todo se le pusiera en contra.

 

Milei tiene hoy a toda la Argentina en contra.

 

En las últimas horas el Papa dejó en claro que rechaza su acción de gobierno (¿gobierno?) lo cual se suma al enfrentamiento con la casi totalidad de gobernadores e intendentes, la totalidad de las dirigencias políticas, gremiales y sociales incluyendo las confesionales, estados y gobiernos de todo el planeta, los organismos internacionales desde la ONU hasta la CIDH e, inclusive, el FMI lo reprende.

 

Sobre todo, tiene en contra al actor más importante: el Pueblo argentino, un pueblo que se moviliza imparable y valientemente desde su asunción.

 

Ante la resistencia o la ofensiva popular sumamente activa, Milei y su horda, cada vez más minúscula por tanta deserción, se descompensa.

 

La desorganización mental que Milei muestra combinada con su notoria incapacidad política, su nivel rudimentario en lo que engañosamente dice saber, la Economía, le jugaron a favor en campaña y para arrancar con el gobierno.

Le jugaron a favor para ganarse los votos de una masa frustrada, confundida, desorientada, descreída, todo lo cual es entendible.

Pero le juegan categóricamente en contra al frente del gobierno al quedar a la vista su subordinación infame a las grandes corporaciones locales y globales y a los mandatos del imperialismo.

 

Con el paso de los días tal desorganización mental mezclada con las demás insuficiencias se le vuelven contra cuando tiene que enfrentar reclamos y demandas que surgen, como ahora, de quienes fueron sus aliados y cuando la movilización popular se incrementa a paso acelerado.

 

Este acabose de Milei es el preludio de su final.

 

Ese final está demorado por la inacción de las dirigencias y, al mismo tiempo, tal final está anunciado y promovido por la acción del Pueblo.

 

No solamente por su incalificable gestión Milei se puso a la Argentina en contra.

 

Él decidió también ponerse en contra de la Argentina desde el momento que, impúdicamente, se declara yanqui, rindiendo homenaje a la infame bandera de las estrellas,  postrándose ante ese esperpento llamado indebidamente “estatua de la libertad”, un regalo de los franceses, y al proclamarse devoto de los contravalores y de los figurones de la gran potencia del Norte, el país más deshumanizante del planeta y de la Historia.

 

Este 1° de marzo, pronunciará su discurso estercolero en el Congreso de la Nación buscando ir más allá todavía del acabose.

 

Los legisladores se encontrarán nuevamente humillados y, es de esperar, que en esta ocasión reaccionen con las reservas de dignidad que todavía posean.

 

La movilización popular se va a alzar estentórea, haciendo tronar el escarmiento como vaticinó Perón en 1974.

 

Va a ser la oportunidad para que las dirigencias, los gobernadores e intendentes y los distintos actores y sectores pronuncien su “se acabó”.

Si esto no se verificase se prolongará un acabose que ya no tiene retorno.

 

Ese “se acabó” anunciará la Hora del Pueblo.

Rubén Rojas Breu

Buenos Aires, febrero 29 de 2024

 

 

   


lunes, 26 de febrero de 2024

MILEI, LA MOTOSIERRA SIN CABEZA

 


 

Rubén Rojas Breu

 

LA MOTOSIERRA SIN CABEZA

 

Esteban Echeverría apodó al general Juan Lavalle “la espada sin cabeza”.

 

Lavalle era considerado por San Martín único por su coraje, coraje demostrado en nuestra guerra por la independencia combatiendo contra el ejército monárquico español.

 

Por otra parte, Lavalle cegado por la influencia de figurones de la “casta” de su época, comete errores gravísimos en nuestras guerras civiles del siglo XIX.

 

El acto más deplorable fue el del fusilamiento de Dorrego, también héroe de nuestra independencia y el gran líder que encabezaba el movimiento popular.

Ríos de tinta corren desde hace casi dos siglos expresando que ese fusilamiento alteró, para mal, la historia de la Argentina.

 

Los doctores que le calentaron la cabeza a Lavalle terminan volviéndosele en contra y reprochándole que decide solo y mal, que decidía sin escuchar opiniones y recomendaciones.

 

Inspirado en lo que acabo de exponer se me ocurre que a Milei le cabe el mote de “la motosierra sin cabeza”.

 

Dejo en claro que Lavalle combatió por nuestra independencia, que su patriotismo era indiscutible y que su valentía era excepcional, como destacó San Martín, a cuyas órdenes combatió.

 

Milei responde a intereses antinacionales y abiertamente antipopulares, vende como audacia lo que, en rigor, es desatino mayúsculo y solamente se anima contra las mayorías hambreadas y vulnerables alentado por su horda y las grandes corporaciones.

Milei ejecuta sin pensar, Milei y quienes lo acompañan y apoyan pasan de su impulso a la acción sin detenerse en la reflexión, sin atender a llamados de atención, sin considerar las circunstancias.

 

Así planteadas las cosas, lo único en común entre Lavalle y Milei es la condición “sin cabeza”.

 

Lavalle usó la espada tangible contra el ejército realista español con el fin de liberarnos mientras que Milei usa su imaginaria motosierra para despojar a la Argentina de sí misma y para reducirnos a la esclavitud.

 

Milei es caudillo de una horda movida por el resentimiento y el gusto por lo bestial, ejecuta o “fusila” sin pensar ni escuchar, se lleva todo por delante con el fin de aplicar un programa que combina principios dogmáticos obsoletos con una visión esquemática, simplista y elemental.

 

Milei disocia, aísla, secciona, amputa la macroeconomía escindiéndola de la sociedad e ignorando la complejidad propia de la Argentina.

 

Recorta una parte en desmedro del todo: usa la motosierra para cortar la rama que lo obsesiona sin considerar dónde va a caer, tala el árbol sin tener en cuenta el bosque.

 

El primer uso de su motosierra es el de recortar lo que entiende por macroeconomía, desechando todas las demás áreas de lo social.

Al hacerlo, a cada paso que da se encuentra con consecuencias que no prevé, moviéndose como orangután con navaja: dicta unilateralmente medidas que redundan en efectos indeseados al punto de que lleva adelante un ajuste que afecta a la recaudación de impuestos, además de generar hambruna.

 

Cuando las funestas consecuencias le estallan en la cara, responde con prepotencia considerándolas indicadores de su éxito: niñas, niños, adolescentes, jubiladas y jubilados arrojados a la pobreza son para él y los suyos una demostración de que está haciendo todo muy bien.

 

Tan obstinado se muestra que ni siquiera escucha a su patrocinante, el FMI, ni a gran parte de sus apoyos de las grandes corporaciones que le empiezan a pedir clemencia.

 

Cuanto más ajusta menos recauda el Estado nacional, cuanto más libera precios y tarifas, más recesión genera y así con todo lo demás.

 

 

No tiene idea de qué es la cultura ni, mucho menos, de cómo conducirse en política y de cómo gobernar.

Su motosierra terminó mutando a guillotina, buscando decapitar a las provincias.

 

El pueblo, así como gobernadores, intendentes y las dirigencias políticas, sindicales, religiosas y sociales en general se lanzaron a desactivar ya a esta motosierra metamorfoseada en guillotina.

 

Si Milei conociera algo de Historia, sabría que la guillotina terminó decapitando a su inventor y a quienes la usaron durante el Régimen de Terror en la Francia de finales del siglo XVIII.

 

La motosierra sin cabeza ya se quedó sin combustible o sin batería y sin operadores ni usuarios.

NO HAY GESTIÓN MUTILADORA DE TODO QUE DURE CIEN DÍAS.

Debería saber Milei que Lavalle murió en patética soledad, y con la totalidad de sus anteriores aliados y seguidores convertidos en implacables enemigos.

 

El Pueblo argentino clama por una cabeza, es decir, por la conducción política y por la organización política que, a la mayor brevedad, se hagan cargo de nuestro destino como nación y como sociedad.

 

Rubén Rojas Breu

Buenos Aires, febrero 26 de 2024

 

 

 

 


jueves, 22 de febrero de 2024

EL INTENTO DE HURTO DE UNA NIÑA SOLIDARIA EN LA ARGENTINA

 


Rubén Rojas Breu

 

EL INTENTO DE HURTO DE UNA NENA SOLIDARIA EN EL MARCO DE LA DESCOMPOSICIÓN DEL RÉGIMEN EN LA ARGENTINA

 

Una nena de 13 años, teóricamente una púber o adolescente temprana, intentó hurtar una caja de marcadores y lápices en una librería escolar de General Pico, La Pampa.

 

Los dueños o encargados del local, quizá adherentes a la doctrina ferozmente represiva que proclama la ministra Bullrich, al advertir el comportamiento de la nena, llamaron a la policía.

No a la mamá como hubiera correspondido si se tratara de personas maduras o civilizadas.

 

La policía, ejecutando la doctrina de la ministra, llegó al lugar con un operativo que podría estar destinado a capturar a criminales de alta peligrosidad.

Una desproporción propia de regímenes dictatoriales; ya el gobernador de La Pampa tendría que ser interpelado.

 

La noticia me conmovió profundamente; si alguna persona conocida se hubiera cruzado conmigo en la calle le hubieran llamado la atención mis ojos enrojecidos y lacrimosos y mi rostro triste.

 

Vengo desde hace mucho señalando cómo el Régimen excluye y maltrata a la infancia y a la adolescencia. Comedores comunitarios en los cuales se ve a tantas y tantos niñas y niños alimentarse con lo que hay corroe el alma haciéndola sangrar.

Nenas, nenes y adolescentes viviendo en la calle y alimentándose con lo que consiguen en los contenedores me causa una desazón que golpea en mi cuore y hace trepidar a mi aorta.

Escolares desnutridos o casi descalzos, perdidos en las oscuridades del desamor, me estremecen por la pesadumbre.

 

A manera de obsceno contraste, magnates, directores de los grandes conglomerados económicos, famosas y famosos, integrantes de la corte del gobierno absolutista, referentes destacados de todos los ámbitos exhiben comportamientos regios y ostentan sus lujos y privilegios, como el ñato de la horda libertaria que envía sus videos desde el fastuoso carnaval de Venecia y, desfachatadamente, nos aconseja “privarnos de gustitos” para ajustarnos a las decisiones aberrantes del gobierno absolutista, a sus decisiones empobrecedoras y ultrajantes originadas en los despachos del FMI y en los directorios de las grandes corporaciones.

 

El vocero presidencial, imitando mal a María Antonieta, vocifera a diario palabras que evocan aquello de “si no tienen pan, qu´ils mangent de la brioche”.

El vocero presidencial, claro está, dice lo que le hacen decir sus infames ventrílocuos.

 

La niña pertenece a un hogar a cargo de su mamá viuda quien, trabajando de lo que consigue, mantiene a sus seis hijas. Vale la pena informarse acerca del comportamiento ejemplar de esta madre, desamparada.

 

La nena, angustiadísima porque sus hermanitas carecen de útiles para la escuela, intentó el hurto, un intento que demuestra la vocación solidaria de una pequeña desesperada e impulsada por la necesidad implacable.

 

Por supuesto que el hurto no se justifica, de lo cual son conscientes la pequeña, su madre y sus hermanas.

 

Muchas veces pienso que para comprender a fondo comportamientos movidos por las carencias más dramáticas tiene uno que haber conocido en sus primeros años de vida la falta de comida, la falta de vestimenta, la falta de útiles escolares, las humillaciones.

Haber padecido durante largos períodos de mi infancia y adolescencia esas privaciones seguramente hace que mi sensibilidad se agite tanto.

El episodio hubiera inspirado seguramente a artistas y literatos sensibles como Leonardo Favio, José Hernández, Vittorio de Sica, Roberto Arlt, Víctor Hugo, Antonio Berni, Frida Kahlo, Mabel Itzcovich, María Elena Walsh o Charles Dickens.

 

Por el contrario, como afrontamos un régimen en descomposición, de la cual es responsable la totalidad de quienes lo encabezan o coparticipan, tamaña manifestación de la tragedia de una Argentina en ruinas les resbala a dirigentes, gobernantes, intelectuales, consultores y, por supuesto, a los privilegiados gozadores de todos los privilegios.

 

Inclusive, para el nefasto gobierno absolutista, la pobreza es el dato milagroso que certifica su imaginario éxito.

Es así como los cultores de la maldad interpretan los padecimientos de la sociedad.

 

Pero quede claro: lo que protagonizó la chiquita pampeana es representativo de lo que están sufriendo la inmensa mayoría de las argentinas y de los argentinos.

 

El descomunal despliegue policial ilustra sobre la lógica que impera en los mandos altos y medios del Régimen. Esos mismos efectivos y sus jefazos hubieran arrugado y se hubieran quedado tomando mate asustados si los llamaran para detener al Gordo Valor o la Garza Sosa, quienes siempre los tuvieron a mal traer.

 

La lógica imperante en el gobierno y la casta a la que responde, acompañada por todo el Régimen es el de que los pobres sobran y estorban, nacen fracasados y son responsables de su hambre.

 

Milei es la acabada expresión del Régimen al que vino a salvar.

 

Sus comportamientos de niño malcriado y de émulo de Herodes, el responsable de la matanza de los inocentes en ocasión del nacimiento de Jesús, son comportamientos que siguen la máxima más espantosa: “la pobreza se acaba castigando a los pobres”.

O haciendo la gran Herodes.

 

Dejemos en claro: Milei no sigue a Moisés.

Milei reproduce la ferocidad de Herodes.

El espectro de Herodes comandó a los verdugos que se lanzaron sobre una niña solidaria con su mamá y sus hermanitas.

 

Porque este hurto tiene dos facetas: una la reprobable, la acción ilegal; la otra, una conducta desesperada impulsada por el amor filial y fraternal.

 

Flor de dilema ante nosotros.

Ese dilema se supera con justicia en todas las áreas de la vida en sociedad, empezando por la social.

Ese dilema se superará acabadamente cuando el Régimen sea sustituido, gracias a la movilización popular y la conducción política genuina, por la democracia, la democracia de verdad y no la farsesca.

Sustituido respetando la legalidad por más precaria que sea e interpretando la vocación pacifista de nuestro pueblo.

 

Jean Valjean de “Los miserables” de Hugo fue perseguido tenazmente por décadas por haber robado un pedazo de pan cuando se pasaba de hambre.

 

En la opereta “La urraca ladrona” de Rossini una joven es acusada injustamente del hurto de una cuchara, la cual había sido sustraída por una urraca. La joven es cruelmente castigada por una sospecha infundada.

 

 

En la circunstancia que motiva esta nota, la niña intentó el hurto, a diferencia de la protagonista de la opereta; ahora bien, ese hurto tiene sus raíces en el afano colosal y en gran escala que el Régimen, fuera de control con el gobierno libertario, lleva a cabo contra la población y contra la nación, contra trabadoras y trabajadores, contra jubiladas y jubiladas, contra desocupadas y desocupados y en su extremo más asocial al mango contra niñas, niños y adolescentes.

El dolorosísimo acontecimiento debe alertar enérgicamente que el gobierno absolutista teocrático y sus mandamases se están lanzando contra la infancia.

 

Dar la lucha contra tanta opresión es un imperativo del Pueblo argentino.

 

Ahí me encuentran y me encontrarán siempre, probablemente con mis ojos y mi rostro trasuntando la profunda pena que me invade ante la tragedia.

 

Rubén Rojas Breu

 Buenos Aires, febrero 22 de 2024


martes, 20 de febrero de 2024

EN LA ARGENTINA "ES IMPOSIBLE VIVIR ASÍ"

 




Rubén Rojas Breu

 

“ES IMPOSIBLE VIVIR ASÍ”

 

La frase del título, meramente descriptiva y lacrimógena, fue pronunciada por el gobernador cordobés.

 

Él, sus pares y la totalidad, TOTALIDAD, de las dirigencias políticas y sectoriales son responsables de que el gobierno absolutista teocrático encabezado por el señor Milei esté ahí, para extremo padecimiento de la mayoría de las argentinas y de los argentinos, para el atroz sufrimiento que tiene por víctimas preferenciales a niñas, niños, adolescentes, ancianas y ancianos.

 

Gobernadores, legisladores, dirigentes en general, intelectuales y periodistas son complacientes con semejante gobierno que hace de la crueldad y de la injusticia el modo de gestionar.

 

Con vociferar, denunciar, interponer amparos en el Poder Judicial o publicar documentos en los que abundan las falacias, no se sale de esta situación tan espantosa.

Se sale con la acción, se sale con la acción política

 

El Régimen, todo el Régimen, está en descomposición; nuestro vernáculo Antiguo Régimen se cae a pedazos.

 

Antiguo Régimen es la expresión que adoptaron los revolucionarios franceses en 1789 para referirse a la monarquía absolutista de Luis XIV acompañada por los duques, marqueses, cardenales y obispos.

 

La Rae tiene un elevado número de acepciones para la palabra “descomposición”.

 

Selecciono las que mejor se adecuan a mi análisis:

 

-      “estropear, deteriorar, romper, averiar, dañar, desgastar, gastar”

 

-      “corromperse o hallarse en estado de putrefacción”

 

 

El gobernador cordobés declaró, de declaraciones también se vive, que “es imposible vivir así”.

Indiscutible afirmación, pero qué hace él para que sea posible vivir.

Hasta acá, nada hace; esta aseveración mía también le cabe a la totalidad de los gobernadores y las gobernadoras, legisladoras y legisladores, intendentas e intendentes, dirigentes y sigue la lista.

 

Además, incurren en lo que Perón despreciaba: “las gallináceas”: por ejemplo, tener berrinches porque en el AMBA las tarifas de transporte y servicios son supuestamente más bajas, sin percibir, en onda boba, que deberían ser sobradamente accesibles en todo el país, tal como acontece en todo el planeta.

En los países avanzados se subsidia por muy justificadas razones, al punto de que hay ciudades europeas en las cuales el transporte es gratuito.

 

 

Como vivir es “tener vida” veamos el significado de la palabra “vida” que nos proporciona el diccionario de la RAE:  

“Conjunto de los bienes necesarios para vivir” y da un ejemplo que yo modifico: “la vida en la Argentina está carísima, está inviable”.

 

Todo lo antedicho me hace antipático para las dirigencias y para los factores de poder a los que sirven. Corro el riesgo de ganarme el odio no solamente de la horda libertaria sino de todas las facciones políticas.

 

Pero mi compromiso inclaudicable es con la Patria, con el Pueblo y con trabajadoras y trabajadores, con jubiladas y jubilados, con niñas, niños y adolescentes por los que me conmuevo hasta los tuétanos viéndolos en situación de calle o en los comedores y paradores.

 

Van a contestarme con hostilidad quienes se consideran injustificadamente militantes de la causa nacional y popular, los progres y la izquierda trotskista.

Me adelanto al reproche con el que me están tratando: soy consciente de que no son todos iguales.

Tengo décadas de jugadísima trayectoria política como para no percibir las diferencias.

Empero, con esas diferencias no alcanza.

Si no aciertan a encontrar el rumbo, si no aciertan con la lucha eficaz que nos lleve a la emancipación y a la realización, forman parte del Antiguo Régimen.

 

Personalmente, me censuran, me ningunean y me excluyen, pero pretenden en modo soberbia que los halague y que me sume a ellos.

Piden demasiado a cambio de nada.

 

Estoy participando de las asambleas populares barriales y ya me estoy decepcionando: están muy lejos de asumir el rol que deberían asumir y, además, se molestan porque les señalo las incongruencias y la ineficacia, porque les señalo la incapacidad política y la debilidad ideológica.

 

No me corran con que soy injusto en mis evaluaciones o con que no valoro lo que hacen tantas y tantos.

No me corran cuando con toda mi trayectoria sigo militando y dando la pelea con el mismo fervor con que empecé a hacerlo en el último grado de la escuela primaria, algo que ninguna y ningún dirigente puede reivindicar para sí.

 

Además, fui preso político a mis 19 años, expulsado de la facultad de Medicina de la UBA a mis 21 por mi militancia, perseguido tenazmente por las dictaduras cívico militares, nuevamente expulsado de la UBA por López Rega siendo docente y me quedo corto con todas las que pasé y paso.

 

No hay gobierno libertario absolutista si no viniéramos desde hace décadas sometidos a un Régimen despótico.

 

El llamado kirchnerismo, ante la rebelión popular de principios de siglo y aquellas asambleas de las cuales fui un fundador, se ocupó del triste papel de salvar al Régimen.

Es así nomás.

Y, aunque no les guste lo que digo, la izquierda trotskista convalida.

Todo lo que hicieron sirvió para crear las condiciones para que hoy nos opriman el FMI, las grandes corporaciones globales y locales y, por supuesto, el esperpéntico gobierno absolutista.

Con honestidad a unos y a otros les planteé reiteradamente cuál es el camino de la genuina transformación, un camino enteramente político y en paz, entiéndase bien.

 

Me respondieron siempre con oídos sordos y descalificaciones desde la petulancia.

Ahora, para plagiarme según sus esquemas referenciales, ni siquiera se persignan.

 

Quienes con su disposición y generosidad lean estas líneas se sorprenderían quiénes y cuántos fueron mis interlocutores a quienes les transmití estas preocupaciones y mis recomendaciones para superar este destino crecientemente letal. Hablo de interlocutores que están y estuvieron en las posiciones más encumbradas.

 

No me victimizo; para victimizarse hay otras y otros que llegan a presidentes o presidentas, a dirigentes y punteros, a gobernadoras y gobernadores, etc.

 

Si estoy autorreferencial es porque ya estoy a punto de declararme impotente ante tanta mediocridad, ante tanta infamia, ante tanta manipulación, ante tanta genuflexión.

 

Y ante tanta destrucción, ante tanta ruina.

 

Los ingleses con la visita repudiable de su canciller a nuestras Malvinas y los yanquis con el portaaviones que se paseará por acá, nos humillan y para quienes se enojan conmigo, con tamañas agresiones a nuestra soberanía “todo bien”.

Si los gobernadores solamente lloran, está todo dicho.

 

El Pueblo está dando su lucha como puede y en penosísima soledad.

No tiene conducción.

Participo de las asambleas, una vez más, con una esperanza a la cual ya tengo que renunciar dado el tenor de las mismas.

 

Tenía la esperanza de que de las asambleas surgiera la conducción política genuina que la Patria y el Pueblo requieren.

 

Me gustaría que las asambleas den el volantazo para tomar por la ruta que lleve a ese objetivo que se torna imperioso: el de la construcción acelerada de la conducción política.

 

Nos quedamos ya sin tiempo.

 

Rubén Rojas Breu

Buenos Aires, febrero 20 de 2024

LAS DISOCIACIONES DE MILEI

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