Rubén
Rojas Breu
EL ACABOSE
DE MILEI
Según el diccionario de la
RAE la palabra “acabose: denota que ha llegado a su último extremo”, un último extremo que representa la
catástrofe y también el “no va más”, el “hasta aquí llegamos”
Ese último extremo se da a
dos puntas:
Por un lado, el gobierno
libertario y, particularmente Milei, ha traspasado todos los límites, ha
sobrepasado las normas más elementales que la convivencia y que la vida en
sociedad proponen e imponen.
Por otro lado, también se
trata de un grito de ¡Basta! que brota de la garganta del Pueblo.
Milei además de aplicar un
ajuste brutal, inédito y descomunal que acaba con trabajadoras y trabajadores,
con jubiladas y con jubilados, con las mayorías, es una fiera desbocada que
hace trizas todo lo que significa respeto.
Su manifestación más violenta
de tal salvajismo es la vejación a personas con síndrome de Down.
Milei y sus esbirros
practican la coprolalia que se define como la tendencia patológica a proferir
obscenidades, una tendencia que también es visible en las redes virtuales o
internáuticas de las que abusa, compulsivamente.
Esa coprolalia se acompaña de
o se sostiene en la escatología que es la parte de la fisiología que estudia
los desechos corporales.
La trayectoria pública de
Milei desde su inicio hace unos años hasta su desempeño como presidente es la
combinación de coprolalia y escatología, es ejercicio de la obscenidad y de
gusto por la escoria en la palabra y la acción.
Quienes lo apoyan participan
de ese comportamiento abiertamente asocial, violento, propio de la barbarie.
Milei
y la masa que lo apoya junto con sus incalificables aliados y las voraces
corporaciones que lo sostienen o lo sostenían configuran un vínculo inestable,
frágil, insostenible en el largo plazo.
La
masa que todavía lo apoya carece de significación política, es un cero a la izquierda
ya que esa porción de la masa no tiene la más mínima involucración en la cosa pública,
es pasiva y carente de conciencia social.
Una
vez más afirmo que las encuestas no tienen ninguna confiabilidad.
Milei
llega a donde llegó gracias a la horda, esa comunidad de inciviles que carece
de toda conciencia y de toda cultura políticas.
La
horda, así como Milei, sólo busca satisfacer alocadamente sus instintos
primitivos, propios de un tiempo prehistórico impreciso.
Con su plan de destrucción tenía
que llegar el momento en el que a Milei todo se le pusiera en contra.
Milei
tiene hoy a toda la Argentina en contra.
En
las últimas horas el Papa dejó en claro que rechaza su acción de gobierno
(¿gobierno?) lo cual se suma al enfrentamiento con la casi totalidad de
gobernadores e intendentes, la totalidad de las dirigencias políticas,
gremiales y sociales incluyendo las confesionales, estados y gobiernos de todo
el planeta, los organismos internacionales desde la ONU hasta la CIDH e, inclusive,
el FMI lo reprende.
Sobre
todo, tiene en contra al actor más importante: el Pueblo argentino, un pueblo
que se moviliza imparable y valientemente desde su asunción.
Ante
la resistencia o la ofensiva popular sumamente activa, Milei y su horda, cada
vez más minúscula por tanta deserción, se descompensa.
La
desorganización mental que Milei muestra combinada con su notoria incapacidad
política, su nivel rudimentario en lo que engañosamente dice saber, la Economía,
le jugaron a favor en campaña y para arrancar con el gobierno.
Le
jugaron a favor para ganarse los votos de una masa frustrada, confundida,
desorientada, descreída, todo lo cual es entendible.
Pero
le juegan categóricamente en contra al frente del gobierno al quedar a la vista
su subordinación infame a las grandes corporaciones locales y globales y a los
mandatos del imperialismo.
Con
el paso de los días tal desorganización mental mezclada con las demás
insuficiencias se le vuelven contra cuando tiene que enfrentar reclamos y
demandas que surgen, como ahora, de quienes fueron sus aliados y cuando la
movilización popular se incrementa a paso acelerado.
Este
acabose de Milei es el preludio de su final.
Ese
final está demorado por la inacción de las dirigencias y, al mismo tiempo, tal
final está anunciado y promovido por la acción del Pueblo.
No
solamente por su incalificable gestión Milei se puso a la Argentina en contra.
Él decidió
también ponerse en contra de la Argentina desde el momento que, impúdicamente,
se declara yanqui, rindiendo homenaje a la infame bandera de las estrellas, postrándose ante ese esperpento llamado
indebidamente “estatua de la libertad”, un regalo de los franceses, y al
proclamarse devoto de los contravalores y de los figurones de la gran potencia
del Norte, el país más deshumanizante del planeta y de la Historia.
Este
1° de marzo, pronunciará su discurso estercolero en el Congreso de la Nación buscando
ir más allá todavía del acabose.
Los
legisladores se encontrarán nuevamente humillados y, es de esperar, que en esta
ocasión reaccionen con las reservas de dignidad que todavía posean.
La
movilización popular se va a alzar estentórea, haciendo tronar el escarmiento
como vaticinó Perón en 1974.
Va a
ser la oportunidad para que las dirigencias, los gobernadores e intendentes y
los distintos actores y sectores pronuncien su “se acabó”.
Si
esto no se verificase se prolongará un acabose que ya no tiene retorno.
Ese “se
acabó” anunciará la Hora del Pueblo.
Rubén
Rojas Breu
Buenos
Aires, febrero 29 de 2024