viernes, 6 de septiembre de 2024

ANTE LA SUPUESTA INACCIÓN DEL PUEBLO ARGENTINO

 


Rubén Rojas Breu

 

ANTE LA DESAZÓN CAUSADA POR LA SUPUESTA INACCIÓN DEL PUEBLO ARGENTINO

 

Pido enfáticamente leer esta nota con el mayor detenimiento y, también, que la difundan, que se esfuercen por hacerla llegar a otras personas y a organizaciones o agrupaciones, de acá y de todo el planeta porque lo que me impulsa es:

 

1.         Contribuir a la comprensión y la acción dada la tragedia que estamos viviendo en nuestra tan venida abajo Argentina

 

2.         Valorizar a lo mejor que tenemos, el Pueblo, el cual merece todo el respeto y por el cual siempre me he jugado, pagando tanto por hacerlo sin arrepentirme jamás.

 

 

Si no se hace nada con esta publicación, si no se la esgrime ante quienes sea como herramienta de lucha, yo voy a sentir desazón por advertir que quienes me siguen o leen se desinteresan de mis aportes honestos, genuinos, así como totalmente originales y esclarecedores.

 

En momentos como los actuales mandar esta nota al baúl de los recuerdos implica mezquindad, egocentrismo o quizá envidia.

 

Tengo un deseo imposible de materializar: que esta vez no me plagien, pero no se puede evitar y ya estoy acostumbrado.

 

No van a alcanzar los iconitos de “me gusta” o “me encanta” ni, mucho menos, el petulante “me importa” y está fuera de lugar el “me enoja” porque no estoy escribiendo para ofender sino para dilucidar.

Es una nota extensa y quizá de lectura algo dificultosa, así que pónganse cómodas o cómodos para leerla.

No es admisible una lectura por encima o a medias; tampoco cabe que se la afronte con prejuicios.

 

Asumo que me juramenté hace más de seis meses no publicar más por haberme dado cuenta de que mis notas, artículos o publicaciones en general caían en saco roto.

 

Así que, desdiciéndome, publico estas líneas.

Las papas queman, las ollas están vacías, la Patria está siendo desguazada y mi Superyó me atenaza.

 

¿Por qué escribo ahora?

Porque se ha generalizado, injustificada y arbitrariamente, la idea de que el pueblo argentino está sumido en la pasividad, en la resignación o en la inacción callando o aceptando sumisamente las políticas brutales del gobierno despótico de LLA encabezado por Milei.

 

Leo y escucho todo el tiempo en distintos ámbitos reflexionar de manera tan equivocada, culpando al “pueblo”.

 

Esa creencia sobre supuesta modorra o pasividad del pueblo argentino no solamente es errónea, sino que también es injusta y corre el riesgo de sumar crueldad a la crueldad del gobierno despótico.

Además, desalienta a luchadoras y luchadores y eso le viene muy bien al enemigo.

 

El Pueblo argentino, en soledad, se está expresando, arriesgando vida, salud y libertad.

 

A diario se movilizan distintos sectores, desde jubiladas y jubilados hasta trabajadoras y trabajadores, grupos que denuncian la desesperación por el hambre de niñas y niños, estudiantes y sigue la lista.

 

Eso está muy a la vista y tira abajo esa idea de “una supuesta inacción popular”.

 

Que las cosas estén tan mal como están no se debe de ninguna manera al Pueblo argentino, el cual sigue siendo protagonista activo pese a tener tanto en contra.

 

Que las cosas estén tan mal como están se debe a la falta absoluta de CONDUCCIÓN POLÍTICA Y DE ORGANIZACIÓN POLÍTICA.

 

Ya señalé reiteradamente que la dictadura dejó como herencia las bases para la destrucción de la política, destrucción que fue luego impulsada por acción o por omisión por los sucesivos gobiernos civiles; en particular, el menemismo fue un depredador de la cultura política y de la organización políticas y la senda tenebrosa que abrió fue transitada por todos los gobiernos civiles que lo continuaron.

 

Todos esos gobiernos civiles, así como la totalidad de las dirigencias, a lo que se suman medios, encuestadores y “focus groups”, abonaron el camino que llevó a que la horda encabezada por los libertarios capturara el gobierno.

 

Ya señalé reiteradamente que hay que diferenciar masa de pueblo. A menudo, como ahora, la masa está en contra del Pueblo.

El Pueblo es siempre protagonista activo de la lucha para implantar la justicia, generar el desarrollo y alcanzar el bienestar colectivo y, si es posible, la felicidad, y también para hacer grande a la nación.

 

La masa es amorfa, sometida, fácilmente manipulable por los déspotas. Así que, la que no se moviliza, la que incurre en pasividad es la masa.

No confundir.

 

Del seno de la masa, ya desde la dictadura y, sobre todo, a partir del menemismo, fue emergiendo la horda.

 

Es la horda, la comunidad de los bestias, la que encaramó a Milei y su patota.

 

Para ser claro del todo: a Milei NO LO VOTÓ EL PUEBLO; LO VOTÓ LA MASA EMPUJADA POR LA HORDA.

Lo electoral enmascara, oculta, esa diferenciación tan determinante.

 

Toda la inacción actual es atribuible, únicamente atribuible, a las dirigencias que alardean de “nacionales y populares” o de “progresistas” o de “izquierda”.

 

No va lo que me responden muchas y muchos exclamando “no son todos iguales”.

Sí, son todas y todos iguales sea por complicidad, sea por ineficacia.

Me dicen: “los dirigentes de la izquierda, como los del FIT U están a la cabeza de las luchas populares” y yo les contesto: “pero sin una estrategia, con lo cual no conducen a ninguna parte”.

 

Quieren entretener con fueguitos artificiales, como por ejemplo hoy, viernes 6 de setiembre 2024, con el cruce entre Cristina Fernández de Kirchner y Javier Milei. Es decir, “mucho ruido y pocas nueces” como decía el bardo de Strafford-upon-Avon.

También los medios que presumen de “populares” y de opositores están en la promoción de figuras ya desgastadas o incapaces: tal dirigente social o tal gobernador o tal diputada y así contribuyen a la confusión, a la resignación.

Ya el “inefable” periodista Gustavo Sylvestre desde 2015 promocionó a Alberto Fernández hasta conseguir candidatearlo: no hace falta comentar; por supuesto, el “Gato” se hace ahora el desentendido, juega a “yo no fui”.

 

Esa inacción escandalosa de las dirigencias políticas, gremiales y sociales es estimulada por los intelectuales a la moda, por las redes virtuales, por los medios, por las encuestadoras y por los “focus groups”, todas herramientas de la manipulación grosera.

 

Encuestas de opinión pública y “focus groups” son inventos yanquis, inventos que desde que nacieron hasta hoy tienen un único propósito: manipular a las dirigencias y a las masas para mantener el orden establecido, para sostener a los despotismos.

No son instrumentos científicos, para nada. Son aberraciones del más rancio conservadorismo.

No hubiera habido revolución francesa, ni revolución  de Mayo, ni mexicana ni rusa si en esas épocas hubieran existido las encuestadoras; ni mucho menos el cruce libertador de los Andes.

 

En estas penosas circunstancias, las dirigencias de la Argentina se escudan en las encuestas, así como en un imaginario avance de la ultraderecha en el mundo para justificar dolosamente su inacción.

Su inacción y su incapacidad.

 

Siguen basándose en categorías políticas que caducaron y en análisis superficiales.

 

En conclusión:

 

NO HAY INACCIÓN DEL PUEBLO, EL CUAL ES PROTAGONISTA ACTIVO EN SOLEDAD

 

HAY SOMETIMIENTO DE LA MASA EMPUJADA POR LA HORDA

 

HAY PASIVIDAD DE LAS DIRIGENCIAS OPOSITORAS O SEUDO OPOSITORAS.

 

ES PERFECTAMENTE POSIBLE CONSTRUIR ACELERADAMENTE LA CONDUCCIÓN POLÍTICA.

 

ESTÁ FACILITADO HACERLO, JUSTAMENTE, PORQUE TENEMOS UN PUEBLO QUE ESTÁ DANDO LA LUCHA Y SEÑALANDO EL CAMINO.

 

Mi trayectoria y experiencia políticas aunadas con mi condición de científico social y mi conocimiento en profundidad de mi pueblo y de mi nación hacen que cuente yo con las claves para la construcción de esa conducción política. Habrá otras y otros que también tienen a la mano tales claves.

Es cuestión de convocar.

 

Hay compañeras y compañeros de las asambleas barriales, asambleas muy descaminadas, que me señalan candorosamente que la alternativa se construye desde abajo, que no va lo de la conducción política.

Se van a golpear contra las paredes. Me apena.

 

ASÍ QUE, A CONSTRUIR LA CONDUCCIÓN POLÍTICA. YA.

 

Como dije al principio, esta publicación no es para la catarsis de nadie, no es para tranquilizar espíritus.

Si no se hace nada para que este texto trascienda lo más posible y lo antes posible, me voy a sentir nuevamente muy defraudado y sin ninguna gana de volver a publicar.

Vean ustedes, creo que yo ya hice el gasto y, por cierto, que me expongo y que me estoy jugando; no estaría bien que lo hiciera inútilmente.

 

Rubén Rojas Breu

Buenos Aires, setiembre 6 de 2024


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