Rubén
Rojas Breu
EL
VERGONZOSO COMPORTAMIENTO DE LAS DIRIGENCIAS DE LA ARGENTINA
Me
refiero principalmente a las dirigencias políticas y gremiales que se dicen
peronistas, del campo nacional y popular o progresistas.
Voy
a ser claro: peronistas, peronistas genuinos como tales, en estas dirigencias
no hay.
Fui
y soy militante y dirigente peronista; lo fui en las épocas más duras y sigo
hasta hoy.
Hay
compañeras y compañeros con quienes comparto.
También
me consta que es en el Pueblo donde se encuentran las reservas, así como el
fuego vivo del peronismo fundacional, el peronismo de veras, el peronismo tal
como lo creó Perón con quienes lo acompañaron desde la primera hora, tanto
dirigentes como trabajadoras y trabajadores, así como el Pueblo en general. También
en ese fuego vivo se encarnan las tradiciones de lucha que llevan ya más de dos
siglos y que precedieron al peronismo.
Ese
fuego vivo está entonces en el Pueblo que ya se está movilizando enérgicamente
y alzando las banderas que el peronismo fundacional nos lega y que compartió
siempre con otras fuerzas políticas populares; también, en una síntesis
formidable, lo que aportaron y aportan la izquierda y las corrientes innovadoras.
El
Pueblo lo hace con una claridad conmovedora, muy por encima de la mediocridad
dirigencial.
En
estos momentos aciagos en los que se abate sobre nuestra Patria y nuestro
Pueblo la acción depredadora de los concentradores de poder y de riqueza
globales y locales, las centrales sindicales convocaron a una manifestación complaciente,
una manifestación que se trató de un “como si”, una especie de “hagamos de
cuenta que”.
Una
manifestación que pareció ajustarse prolijamente al orden deseable para el
gobierno absolutista, un gobierno intrínsecamente débil e incompetente además
de instrumento de la vieja oligarquía, del gran capital vernáculo y del
colonialismo e imperialismo.
La
dirigencia política continúa borrada, es la gran ausente.
El
Congreso está inactivo, durmiendo una siesta negligente por no decir deletérea
y dejando al pueblo en total soledad y sin representación.
No
se diga que para sesionar se requiere la convocatoria presidencial, respetar
normas y demás, incurriendo así en un formalismo vacuo.
Nada
impide que legisladores de Unión por la Patria, progresistas y de izquierda se
expresen y se expidan con contundencia, tanto más cuando estamos soportando un
gobierno que está violentando la Constitución y todas las leyes.
Tenemos
que quedar a la espera de lo que haga una Corte Suprema viciada de origen y de
comportamiento claramente opuesto a los intereses nacionales y populares, una
Corte que persiste por la incapacidad o la transa del gobierno del FdT y sus aliados.
O
tramitando amparos en juzgados cuya reacción es impredecible, como si
estuviéramos pidiendo caridad.
Tampoco
en su condición de dirigentes ni Unión por la Patria ni sus aliados o fuerzas
políticas más afines se juega en estas circunstancias.
Tendrían
que tomar la iniciativa y ponerse a la cabeza del Pueblo, pero ni siquiera
están a la cola.
Borre
total, indolencia, insensibilidad, desidia.
Si
se reeditan las jornadas de diciembre de 2001 y toda la movida que se gestó
entonces, ¿repetirán lo que hicieron en ese momento?
Les
recuerdo que, en el 2001, en lugar de interpretar el valiente y encomiable
levantamiento popular, hicieron todo lo posible para socavarlo y anularlo con
el fin de preservar el régimen político institucional ya obsoleto.
Salvaron
sus ropas con las elecciones de 2003 para que llegara al gobierno una fuerza
política que se ocupó, abusando de gestos grandilocuentes, en mantener lo
conocido, en apuntalar a los factores de poder y a la politiquería, todo
disfrazado de una narrativa pretensiosamente “revolucionaria” y usando a manera
de escudo un ropaje falsamente peronista.
Nada
se hizo entonces y por casi dos décadas para impulsar la emancipación y el
desarrollo; por el contrario, terminamos en una pobreza descomunal, en un
atraso calamitoso, en condiciones de vulnerabilidad respecto de poderosos
locales y extranjeros, en un presente penosísimo y con todas las incertidumbres
sobre el futuro.
Hablo
así porque hay que hablar claro si queremos salir de ésta airosamente en bien
de los intereses nacionales, populares, de los trabajadores y jubilados;
también por el bienestar, hoy tan negado, para niñas, niños y adolescentes.
Hablo
así también porque estoy escuchando muy atentamente la voz del Pueblo, que se
desespera ante tanto oído sordo.
De
modo tal, de acuerdo además a lo que vengo insistiendo, que tenemos un Pueblo
grandioso, pero carecemos de conducción política, de organizaciones políticas a
la altura esperable y de dirigencias de verdad.
Esta
movida popular va a continuar porque la injusticia y la entrega no van a pasar,
no pueden plasmarse.
Al
mismo tiempo, urge construir la conducción política y organizar a nuestro
Pueblo que está clamando porque se lo interprete y se le dé respuesta, la cual
no puede ser otra que la del Proyecto de emancipación y realización.
Rubén
Rojas Breu
Buenos
Aires, diciembre 27 de 2023