miércoles, 27 de diciembre de 2023

EL VERGONZOSO COMPORTAMIENTO DE LAS DIRIGENCIAS ARGENTINAS.

 



 

Rubén Rojas Breu

 

EL VERGONZOSO COMPORTAMIENTO DE LAS DIRIGENCIAS DE LA ARGENTINA

 

Me refiero principalmente a las dirigencias políticas y gremiales que se dicen peronistas, del campo nacional y popular o progresistas.

 

Voy a ser claro: peronistas, peronistas genuinos como tales, en estas dirigencias no hay.

 

Fui y soy militante y dirigente peronista; lo fui en las épocas más duras y sigo hasta hoy.

Hay compañeras y compañeros con quienes comparto.

 

También me consta que es en el Pueblo donde se encuentran las reservas, así como el fuego vivo del peronismo fundacional, el peronismo de veras, el peronismo tal como lo creó Perón con quienes lo acompañaron desde la primera hora, tanto dirigentes como trabajadoras y trabajadores, así como el Pueblo en general. También en ese fuego vivo se encarnan las tradiciones de lucha que llevan ya más de dos siglos y que precedieron al peronismo.

 

Ese fuego vivo está entonces en el Pueblo que ya se está movilizando enérgicamente y alzando las banderas que el peronismo fundacional nos lega y que compartió siempre con otras fuerzas políticas populares; también, en una síntesis formidable, lo que aportaron y aportan la izquierda y las corrientes innovadoras.

 

El Pueblo lo hace con una claridad conmovedora, muy por encima de la mediocridad dirigencial.

En estos momentos aciagos en los que se abate sobre nuestra Patria y nuestro Pueblo la acción depredadora de los concentradores de poder y de riqueza globales y locales, las centrales sindicales convocaron a una manifestación complaciente, una manifestación que se trató de un “como si”, una especie de “hagamos de cuenta que”.

 

Una manifestación que pareció ajustarse prolijamente al orden deseable para el gobierno absolutista, un gobierno intrínsecamente débil e incompetente además de instrumento de la vieja oligarquía, del gran capital vernáculo y del colonialismo e imperialismo.

 

La dirigencia política continúa borrada, es la gran ausente.

 

El Congreso está inactivo, durmiendo una siesta negligente por no decir deletérea y dejando al pueblo en total soledad y sin representación.

 

No se diga que para sesionar se requiere la convocatoria presidencial, respetar normas y demás, incurriendo así en un formalismo vacuo.

Nada impide que legisladores de Unión por la Patria, progresistas y de izquierda se expresen y se expidan con contundencia, tanto más cuando estamos soportando un gobierno que está violentando la Constitución y todas las leyes.

 

Tenemos que quedar a la espera de lo que haga una Corte Suprema viciada de origen y de comportamiento claramente opuesto a los intereses nacionales y populares, una Corte que persiste por la incapacidad o la transa del gobierno del FdT y sus aliados.

O tramitando amparos en juzgados cuya reacción es impredecible, como si estuviéramos pidiendo caridad.

 

Tampoco en su condición de dirigentes ni Unión por la Patria ni sus aliados o fuerzas políticas más afines se juega en estas circunstancias.

 

Tendrían que tomar la iniciativa y ponerse a la cabeza del Pueblo, pero ni siquiera están a la cola.

Borre total, indolencia, insensibilidad, desidia.

 

Si se reeditan las jornadas de diciembre de 2001 y toda la movida que se gestó entonces, ¿repetirán lo que hicieron en ese momento?

Les recuerdo que, en el 2001, en lugar de interpretar el valiente y encomiable levantamiento popular, hicieron todo lo posible para socavarlo y anularlo con el fin de preservar el régimen político institucional ya obsoleto.

 

Salvaron sus ropas con las elecciones de 2003 para que llegara al gobierno una fuerza política que se ocupó, abusando de gestos grandilocuentes, en mantener lo conocido, en apuntalar a los factores de poder y a la politiquería, todo disfrazado de una narrativa pretensiosamente “revolucionaria” y usando a manera de escudo un ropaje falsamente peronista.

 

Nada se hizo entonces y por casi dos décadas para impulsar la emancipación y el desarrollo; por el contrario, terminamos en una pobreza descomunal, en un atraso calamitoso, en condiciones de vulnerabilidad respecto de poderosos locales y extranjeros, en un presente penosísimo y con todas las incertidumbres sobre el futuro.

 

Hablo así porque hay que hablar claro si queremos salir de ésta airosamente en bien de los intereses nacionales, populares, de los trabajadores y jubilados; también por el bienestar, hoy tan negado, para niñas, niños y adolescentes.

Hablo así también porque estoy escuchando muy atentamente la voz del Pueblo, que se desespera ante tanto oído sordo.

 

De modo tal, de acuerdo además a lo que vengo insistiendo, que tenemos un Pueblo grandioso, pero carecemos de conducción política, de organizaciones políticas a la altura esperable y de dirigencias de verdad.

 

Esta movida popular va a continuar porque la injusticia y la entrega no van a pasar, no pueden plasmarse.

 

Al mismo tiempo, urge construir la conducción política y organizar a nuestro Pueblo que está clamando porque se lo interprete y se le dé respuesta, la cual no puede ser otra que la del Proyecto de emancipación y realización.

Rubén Rojas Breu

Buenos Aires, diciembre 27 de 2023

 

 


jueves, 21 de diciembre de 2023

EL IMPERATIVO DE CONSTRUIR LA CONDUCCIÓN POLÍTICA EN LA ARGENTINA

 


 

 

Rubén Rojas Breu

 

EL IMPERATIVO URGENTE DE CONSTRUIR LA CONDUCCIÓN POLÍTICA

 

En respuesta al ajuste letal, en respuesta al protocolo militarizado propio de una tiranía y en respuesta al decretazo que puso fecha de nacimiento para el más grande saqueo y la más grande entrega, se dieron en la víspera, 20 de diciembre, dos acontecimientos de la mayor trascendencia.

 

Fueron la marcha organizada por la izquierda, una marcha triunfante sin dudas, una marcha que le pudo al absolutismo teocrático del gobierno encabezado por el libertario Milei.

 

 

La marcha triunfó porque pudo arribar a la Plaza de Mayo pese a los obstáculos y la represión ordenada y dirigida por Milei y Bullrich que jugaron un papel tristísimo jugando a imitar a sus ídolos de barro del Pentágono o del FBI al seguir a través de monitores desde el Departamento Central de Policía la manifestación.

 

Con el decretazo que procura sepultar a la Argentina y a su pueblo, argentinas y argentinos respondieron con un cacerolazo de gran masividad y ciertamente potente.

 

Sus participantes demostraron una conciencia y una cultura políticas de la que carecen por completo los votantes y los adherentes del circunstancial oficialismo libertario, votantes y adherentes que navegan entre la bobería, la irresponsabilidad, la inconsciencia y la más garrafal ignorancia con el agravante de que no tienen idea de tamaña ignorancia.  

 

El domingo en las elecciones en el club Boca, Milei fue repudiado fuertemente y derrotado en las urnas junto con su compinche Macri, el veterano del endeudamiento escandaloso y descomunalmente dañino, además de responsables de tantas políticas contra la nación y el pueblo.

 

Todas estas fueron o son expresiones categóricas del Pueblo.

 

Me esfuerzo en señalar hasta el cansancio la diferencia entre Pueblo y masa.

 

Esta última es la que votó a Milei y los suyos, masa que por definición es antagónica del Pueblo, salvo cuando éste la atrae hacia sí.

 

El Pueblo es la organización política más compleja y tiene como objetivos estratégicos la emancipación y la realización de nación y pueblo, justamente.

 

Son objetivos estratégicos totalmente opuestos a los del absolutismo teocrático de Milei y de la derecha argentina ingénitamente antinacional a diferencia de las derechas de otras latitudes, como Europa, Oceanía, gran parte de Asia, el país yanqui y Canadá.

 

Ahora bien, a toda esta movida popular, planificada en el caso de la de la izquierda con todos sus méritos o espontánea en Boca y, sobre todo, la del contundente cacerolazo, exhibe una carencia de la que hay que dar cuenta ya: la carencia de conducción política.

 

Ninguna de las dirigencias, responsables todas de la decadencia y de que la ultraderecha en modo fantoche haya llegado al gobierno, está en condiciones de asumir la conducción política.

Tuvieron cuarenta años para hacerlo y acá estamos.

 

Por lo tanto, hay que construir, imperiosamente, una conducción política, imprescindible para que todo el movimiento popular en curso sea exitoso.

 

Se juega el destino de la patria, del pueblo, de los trabajadores, de los jubilados, de niñas, niños y adolescentes, de la ciencia, de la industria nacional, del agro de los pequeños y medianos productores, de nuestros transportes y rutas, de nuestras riquezas del subsuelo, del agua, de los ríos, bosques, mar y cordillera.

 

Sirva como ejemplo de la gravedad que afrontamos que, en el decretazo infame a más no poder, se da llave en mano a una corporación yanqui la ARSAT, al mismo tiempo que se entrega hasta el aire.

 

Para construir una conducción política lo primero a tener en cuenta es el Proyecto de emancipación y realización, o sea la brújula.

 

Porque no se trata de resistir, sino de dar la batalla en paz y organizadamente por ese Proyecto.

 

La conducción política, enmarcada por tal Proyecto, es conducción política de la nación, del pueblo y de los trabajadores.

 

La conducción política requiere contar con una estrategia, con la organización nacional y popular y estimular el incremento acelerado de la cultura política.

 

Todo eso devendrá de lo que ya tenemos, inclusive de fuerzas políticas, gremiales y organizaciones sociales ya existentes, pero que por sí mismas, del mismo modo que las movilizaciones espontáneas, no están en condiciones de liderar.

 

La conducción política es la articulación de toma de iniciativa y de síntesis.

Las dirigencias actuales están lejos de la toma de iniciativa toda vez que, en lugar de estar a la cabeza del Pueblo, corren detrás de la masa a la vez que se dejan llenar la cabeza por medios, consultoras, encuestas, “focus groups”, expertos, intelectuales y “analistas” de la política y de la economía.

 

Se trata de toda una congregación de hecho que tira para atrás, que confunde, que distrae, que desalienta, que se basa en la noción falaz de “la correlación de fuerzas” y tanta sofística.

 

La conducción política se anticipa siempre, eleva las miras, toma la iniciativa. Tira para adelante.

 

La conducción política al mismo tiempo que toma la iniciativa, sintetiza ya que tiene que contemplar activamente a la totalidad de los actores y sectores cuyo interés es el de la nación, del pueblo y de los trabajadores.

 

Sintetiza, no junta ni rejunta. Sintetiza.

 

Para articular toma de iniciativa y síntesis se requiere que la conducción tenga gran disposición a convocar, gran vocación por el desafío, gran compromiso genuino por la Política como actividad sublime y una gran empatía.

 

La conducción política, cuya primera tarea es la de canalizar y organizar la gran movilización de la sociedad argentina ya en marcha, es así la condición imprescindible para que tal movilización se fortalezca, evitando el desinfle, el agotamiento o la incertidumbre.

En resumen, HAY QUE PASAR YA A CONSTRUIR LA CONDUCCIÓN POLÍTICA.

 

Rubén Rojas Breu

Buenos Aires, diciembre 21 de 2023

 

 


miércoles, 13 de diciembre de 2023

ANTE EL AJUSTE LETAL DEL GOBIERNO LIBERTARIO EN LA ARGENTINA

 



Rubén Rojas Breu

 

QUÉ HACER ANTE EL AJUSTE LETAL EN UNA ARGENTINA CUESTA ABAJO Y CONTRA UNA POBLACIÓN EXHAUSTA

 

A la manera de un castigo divino empezó a caernos el ajuste, un ajuste letal en medio de tanta devastación.

 

El gobierno de ultraderecha se va revelando, definitivamente, como una parodia de teocracia, de ahí que aluda yo a castigo divino a la manera del que se descargó sobre las antiquísimas Sodoma y Gomorra aledañas al Mar Muerto.

 

La justificación de ese evento trágico de la Antigüedad es el que se aplica a la Argentina ahora: tenemos que pagar por la fiesta, como si fuera fiesta vivir al día los que así vivimos, la gran mayoría, en una tierra en que el 63% de niñas, niños y adolescentes se encuentran en la miseria, porcentaje que por obra y gracia del gobierno libertario puede ascender fácilmente al 80 o 90%.

 

Según el diccionario de la Real Academia, teocracia tiene estas acepciones:

 

-     Gobierno que se consideraba ejercido directamente por Dios, como el de los hebreos antes de que tuviesen reyes.

 

-     Forma de gobierno en que la autoridad política se considera emanada de Dios y es ejercida, directa o indirectamente por una casta sacerdotal o un monarca.

 

 

Las demostraciones de fe religiosa del nuevo y ocasional presidente son la expresión de una creencia profunda: su convicción de que es un enviado del Supremo para desterrar al Maligno.

 

Ciertamente, en pleno siglo XXI, en un Occidente que presume de su racionalidad, esa convicción y esas exhibiciones públicas de fe, que contrarían nuestra tradición laica en el ejercicio de los gobiernos, se articulan con el ajuste feroz.

 

Dirigentes, periodistas, intelectuales, analistas, referentes, para apoyar los muy menos o para rechazar la inmensa mayoría a tal ajuste, se ciñen a la Economía ya devastada, cometiendo un error, intencionalmente o de buena fe.

 

Porque se trata de la Política, siempre de la Política.

 

La sucesión, desde la dictadura cívico militar, de gobiernos insuficientes o antipopulares ha llevado a que una suerte de ungido o de salvador, imbuido de misticismo, arribe a la primera magistratura.

 

Todos los gobiernos, cada uno a su manera, se condujeron para que termináramos tan cuesta abajo y con una población exhausta por tanto remarla infructuosamente, exhausta por tanto tormento.

 

Exhausta al mismo tiempo que un minúsculo sector concentrador de poder y de riqueza, tanto de raigambre local como de procedencia global, se queda con el inconmensurable botín.

 

Esa ínfima minoría, formada por algunas familias, banqueros, grandes accionistas, grandes empresarios, directores y gerentes de las grandes empresas, agroexportadores y grandes hacendados son quienes, por designios de la divinidad materializados por el enviado, seguirán gozando de todos los derechos, de todos los beneficios y de la acumulación de poder y de riqueza sin limitaciones.

 

No reparten ni el poder ni la riqueza. La distribución consiste en el binarismo “todas las ganancias para los poderosos, todas las privaciones y cargas impositivas para las mayorías pobres o empobrecidas”.

 

Es responsabilidad fundamental de todos los gobiernos anteriores, así como de todo el espectro dirigencial, de medios de comunicación y hasta de intelectuales fogueados en la charlatanería que hayamos llegado a este estado de cosas.

 

Estos actores y sectores con todos sus afanes puestos en la politiquería jamás propusieron ni mucho menos se esforzaron por el desarrollo en todas las áreas, por la justicia integralmente considerada.

 

Se condujeron descuidando o debilitando las organizaciones políticas, sociales y gremiales y nos llevaron a la incultura política más espantosa de la que se tenga memoria.

 

Milei podrá creerse enviado divino, pero ciertamente no descendió de los cielos, aunque él lo crea así. Quienes lo acompañan dentro y fuera del gobierno están lejos de conformar un coro de ángeles.

 

Milei nació de las entrañas mismas de un régimen en descomposición, en el que además de tantas barbaridades, nos excluyó, ninguneó, censuró o persiguió a quienes demostramos con sobradas creces nuestro compromiso activo con la emancipación y realización de nuestra nación y nuestro pueblo.   

 

Desde 1974 carecemos de conducción política como pueblo y como nación y nada se hizo por parte de los responsables dizque “nacionales y populares”, “progresistas” o “de izquierda” para reconstruirla, distrayendo con liderazgos de miras de corto alcance.

 

Si una nación y un pueblo no se realizan, no materializan un Proyecto que conjugue soberanía en todos los campos con justicia y desarrollo en todas las áreas, la insatisfacción creciente termina detonando en esto, termina llevando al rechazo por la Política, a lo incivil, a la violencia y a la aceptación sumisa del despotismo más descarnado.

 

Ya debería estar convocándose a poner freno a la acción depredadora.

 

Ya debería estar organizándose a la población para que se respeten los derechos que tanto costó conseguir.

 

Ya debería estar movilizándose para que se dé marcha atrás con este ajuste letal y se exija a quienes acumulan y acumulan para que paguen los costos del ordenamiento justo de la economía.

 

 

No es con discursos que se afronta este cuadro de situación; mucho menos repitiendo prácticas ya perimidas y estériles. No va como intenta ahora el gobernador de Buenos Aires antagonizar “libertad versus justicia social”.

Menos cuando está claro que al nuevo gobierno nacional la libertad le importa un bledo.

 

Las naciones y los pueblos se construyen sobre la base de la libertad y de la justicia, de la justicia social y de la justicia en todos los órdenes, sobre la base del desarrollo en el más alto nivel.

 

La Argentina jamás fue el país más rico del planeta y jamás fue potencia, aunque así, falazmente, lo proclame el flamante presidente, quien desde que se hizo conocido hasta hoy incurre en mendacidad, aunque como loros repitan que “te dijo la verdad, te dijo lo que iba a hacer”.

 

Y quede claro que no es un líbero, no vino de afuera, no es lo que la horrible palabra inglesa “outsider” asevera: vino bien de adentro, de adentro de las corporaciones dominantes que todo el tiempo imponen figuras para lograr sus fines inconfesables.

 

Así que no caigamos ingenuamente en las versiones tramposas que difunden los poderosos.

 

Argentina no fue potencia, pero debería serlo, es una aspiración legítima que nada tiene que ver con una pretensión de dominio sobre otros pueblos. Argentina no fue nunca el país más rico, pero podría estar entre los más prósperos del mundo.

 

No va más eso de que los que se dicen, bastante desacertadamente, del “campo nacional y popular” se llamen kirchneristas o como se autodenominen, los llamados progresistas o los que se definen de izquierda, cuando están en el gobierno argumenten “correlación desfavorable de fuerzas” y cuando están en el llano se justifiquen con que hay que respetar “el voto de la gente” y “cuidar la gobernabilidad”.

 

Hoy ese voto y esa gobernabilidad nos arrojan a los infiernos, pese a las arengas de quienes dicen que nos esperan los cielos en un futuro impreciso, difuso.

Recordemos aquello de Keynes: “en el largo plazo estamos todos muertos”. Personalmente, al menos todavía, no sé si en la otra vida hay bienestar o pobreza, estabilidad o inflación.

 

Porque no se trata meramente de la Economía.  

 

Se trata sobre todo de la Política.

 

La Economía llega hasta el punto de diagnosticar lo atinente a sus incumbencias: desequilibrio fiscal, régimen impositivo, inversiones, precios relativos, moneda y su paridad, etc.

Con la diagnosis a la Economía le cabe formular soluciones.

 

Pero cómo resolver a fondo los enormes quebrantos diagnosticados, la dirección general para la superación de los mismos, es tarea de la Política, que es la que debe ocuparse de alcanzar el bienestar colectivo.

 

 

En buen criollo, es la Política la que define quiénes pagan tantos platos rotos. Esos platos se rompieron en las fiestas de los muy pocos, “la casta”, y ésos tienen que pagarlos o reponerlos.

 

Ni un procesado en serio por un endeudamiento ilegal, por tanta corrupción, por medidas tomadas a lo largo de décadas que nos llevaron a la quiebra ni por tanta represión ilegal. Nadie mandado a la gayola o que, siquiera, pague una multa.

 

Estamos empezando a padecer un castigo despiadado por demás y por decisión de quienes se creen avalados por la divinidad, por quienes creen que no corresponde a los humanos decidir sobre su destino, por quienes consideran que la voluntad divina está por encima de la voluntad popular y con esa funesta y obstinada convicción se sienten habilitados para hacer lo que se les ocurra.

 

Tengamos en cuenta que estos libertarios exponen ideas que nos retrotraen al Antiguo Régimen, al que precedió a la Revolución Francesa y, por ende, a nuestra propia Revolución de Mayo.

 

Recordemos que no votó el Pueblo, el cual ha sido permanente convidado de piedra. Votó la masa y la masa es adicta a los mesianismos y se opone a la acción política.

 

Como decíamos en los 60 y los 70, es la Hora del Pueblo.

 

El Pueblo es compromiso con un Proyecto de emancipación y realización, es la organización política más compleja, es cultura política en el máximo nivel y es el que genera y sostiene lo que nos falta y que ya hay que construir: la conducción política.

 

Así que a actuar.

PORQUE HAY PLATA.

 

Rubén Rojas Breu

Buenos Aires, diciembre 13 de 2023

 

 

 


jueves, 7 de diciembre de 2023

SOBRF EL RIESGO DE GOBERNABILIDAD PARA LLA EN LA ARGENTINA

 


 

Rubén Rojas Breu

 

LO QUE SE VE COMO GOBERNABILIDAD EN RIESGO PARA “LA LIBERTAD AVANZA” ES EL REFLEJO DE SU DEBILIDAD DE ORIGEN.

 

Ya he insistido seguramente hasta cansar acerca de que los procesos electorales vienen basándose en el vínculo entre dirigencias insatisfactorias y la masa.

Ni conducción política ni pueblo.

Más claro y simple: tenemos politiquería y votantes de escasísima cultura política.

Es el signo de estos tiempos oscuros para la Argentina.

 

En ese contexto, “La libertad avanza” empezando por su caudillo respondió a la demanda de ese agregado amorfo y sin conciencia política que es la masa, emprendiéndola al hacerlo, contra el Pueblo.

En particular, surgida de la masa tenemos a la horda que es el sostén, el único sostén político, de LLA y su jefe.

La horda, al igual que su progenitora, la masa, es voluble, inconsistente, caprichosa, frívola y sus intereses son siempre minúsculos a contramano de los de la nación y del pueblo.

Ése es el único apoyo de LLA.

 

Como se deduce ese apoyo, tener solamente ese apoyo, es la causa de que el gobierno que arranca el domingo 10 de diciembre comience con el tan meneado “riesgo de gobernabilidad”.

Es esa debilidad de origen la causante de ese riesgo y no lo que haga o deje de hacer la oposición, una oposición por cierto nada confiable que está siempre transando en lugar de representar los intereses nacionales y populares. Se refugian siempre en que hay que cuidar lo que llaman antojadizamente “democracia”.

 

Todo indica que la oposición le va a regalar la fuerza que necesita a un gobierno débil de origen que llega a ejercer por un acto formalmente legal sin genuina legitimidad.

 

Si “La libertad avanza” fuese una organización política con un Proyecto, con conducción, con concepción estratégica, con dirigentes probados y con cuadros, tendría la fuerza suficiente y la vocación y la capacidad para convocar a las organizaciones políticas, sociales, gremiales, religiosas y de todos los ámbitos; ergo, eso supondría contar con un Congreso que acompañe su gestión.

Pero no es el caso.

 

El presidente en su asunción no se dirige a la Asamblea Legislativa, acentuando su debilidad y supliendo ese acto por la modalidad yanqui espantosa de hablarle a la multitud vociferadora desde las escalinatas del Congreso, seguido esto por su tránsito por las avenidas hasta llegar a la Rosada con la expectativa de una Plaza de Mayo llena.

Pobre Plaza, la plaza que nace como plaza del pueblo, como plaza de gestas revolucionarias, en qué ha caído.

 

Si fuera capaz y tuviera audacia podría dirigirse a la Asamblea Legislativa diciéndoles en la cara a sus integrantes que son “la casta”. Sería una oportunidad para darse el gusto y, de paso, cumplir su palabra.

 

Así que es esperable que el nuevo gobierno afronte enormes dificultades para asegurar su gobernabilidad, pero eso se debe a su propia configuración.

 

Rubén Rojas Breu

Buenos Aires, diciembre 7 de 2023

 

 

 


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